Prólogo. Todo comenzó...

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PRÓLOGO
TODO COMENZÓ

Naomi Hammer, una chica de tez levemente morena, ojos café y pelo negro hasta la cintura. Mide 1.60, y es algo hiperactiva, es creativa y no puede quedarse quieta, siempre tiene que tener sus manos ocupada, ya sea creando algo, arreglando algo o simplemente jugando con sus dedos.

Su mamá Jessica Hammer, es muy sobreprotectora con ella. Jessica trabaja en un taller, en el cual Naomi ayuda; aunque su madre trabaje en un taller con la grasa y la suciedad, ella fuera de eso es muy delicada en todo. Jessica mide 1.73, su pelo llega a sus hombros de color castaño claro que a la luz del Sol luce rubio, sus ojos son de color café y tiene una tez blanca.

Cualquier mamá no dejaría que su hija trabajara en un taller con máquinas pesadas y peligrosas, pero Jessica dejó que la ayudará, porque una vez cuando Naomi tenía ocho años, ella se fue hacía el taller sin que su madre lo supiera. Cuando Naomi llegó pudo notar que había una computadora sobre el escritorio de su madre. Esta se encontraba abierta, y tenía herramientas esparcidas a su alrededor. Naomi comenzó a trabajar y al cabo de quince minutos lo había terminado. Su madre, antes de que ella terminará el trabajo, había entrado al taller y cuando divisó a su hija tan ensimismada trabajando con el aparato esta se escondió detrás de una caja y se quedó ahí hasta que Naomi termino.

-Ya está-dijo Naomi feliz, prendiendo la computadora.

-Naomi... ¿Cómo lo lograste?-dijo su madre saliendo de su escondite.

-Lo... lo siento, mamá.

-¿Por qué lo sientes? Yo no podía terminar eso, pero... ¡Tú lo lograste en solo quince minutos!

Jessica abrazó a su hija y Naomi le correspondió el abrazo.

-Naomi, quiero que trabajes conmigo.

-¿En serio, mamá?

-Claro que sí, hija. Tienes un talento único.

Naomi emocionada corrió a agarrar un martillo.

-¿Qué puedo hacer ahora mamá?

Su madre rió al ver el repentino entusiasmo de su hija.

-Ven, amor. Podemos empezar con esto-dijo su madre guiando a Naomi más adentro del taller, para descubrir un auto que era un poco viejo y necesitaba algunos ajustes.

-Es hermoso mami. ¿Es nuestro?-preguntó la niña con inocencia mientras se paraba de puntitas para ver a través de las ventanas.

-Si lo arreglamos, será nuestro.

Eso hiso que Naomi se pusiera a trabajar con más entusiasmo que antes, su madre la había platicado que sus vidas serían mucho más fáciles y tendrían más tiempo libre si tenían un coche.

Naomi, todos los días que volvía del colegio, iba directo al taller para trabajar en el coche. Hasta que un día lo terminó, y emocionada fue a buscar a su madre.

-¡Mamá, ven!-llamó a su madre de un grito mientras salia de debajo del coche, con una pequeña mancha de grasa en su mejilla.

Su mamá llegó y miró maravillada a su hija, suponiendo cual era la causa del llamado de la niña.

-Pruebalo-dijo Naomi emocionada.
Jessica se acercó al coche, abrió la puerta lentamente y dio vuelta las llaves. El motor del coche rugió y la madre de Naomi se llevó la mano al corazón. Luego se dio la vuelta y abrazó a su querida hija.

-¿Te gusta, má?

-Si, hija. Me encanta-dijo la madre con una sonrisa mientras le limpiaba con el dedo la mancha que tenía en la mejilla.

Me enamoré del lado oscuro; N. DI ANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora