Capítulo 11: Inventos Inventos...

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~Capítulo 11~

Me encontraba durmiendo tranquilamente, hasta que surgió un problema. Si, un pequeño problema surgió mientras dormía; estaba en llamas. Si no hubiera sido por Nico que me encontró y le aviso a Leo, probablemente hubiera destruido el Argos II. Eso, seguramente, hubiera dejado devastado a Leo.

Después de solucionar el "pequeño problema", Leo me regaño y Nico me defendió. Ojala mi queridísimo hermano no fuera a prueba de fuego, podría chamuscarle un poco las puntas del cabello... Soy malvada, lo sé. Pero no es mi culpa, no puedo controlarlo.

Me acerque a Nico para preguntarle si había visto algo raro en mi, quiero decir, además de que estaba envuelta en llamas.

-En realidad, yo iba de camino a tu cuarto a despertarte, pero antes de entrar, escuche que te quejabas. Entonces, abrí la puerta y te encontré envuelta en llamas. Eso es todo - dijo mientras observábamos el paisaje desde la borda. Llevábamos dos días viajando, aún sin saber a donde dirigirnos concretamente.

-Esto me preocupa cada vez más. Es la segunda vez que me pasa lo mismo; no quiero que nadie resulte herido por mi culpa-dije desviando mi mirada del paisaje y mirando el suelo.

Nico me iba a responder, pero el reflejo de Annabeth apareció frente a nosotros; y si me permiten decirlo, Annabeth estaba hecha un desastre, se notaba que no había dormido para nada.

-¿Annabeth?-preguntamos al unísono.

-Hola-nos sonrió radiantemente, aunque sus ojeras dejaban mucho que desear.

-Hola sombritas-se escucho una voz de fondo, la que podía reconocer como la de Percy.

-Deja de llamarme así, Percy-dijo Nico, claramente molesto.

-¿Qué paso, Annabeth?-pregunté, solo faltaba que Nico y Percy comenzaran a pelear-Sin ofender, pero te ves terrible-dije haciendo una mueca.

-Lo sé, y es tu culpa, amiga-me dijo ella, sin borrar la sonrisa de su rostro.

¿Qué?

-Prosigue-dijo Nico, sin desviar los ojos de la rubia.

-He estado investigando, y...

-¡No es nada nuevo!-interrumpió Percy con un grito.

-Cállate Perseus. Bueno, como les iba diciendo, estuve investigando acerca de los posibles responsables de la desaparición del cetro. Mis sospechos son: Prometeo, Afrodita, o la mismísima, Hera-dijo con una orgullosa sonrisa.

-Y... ¿Por qué ellos?-interrogó Nico.

-Gracias por preguntar, Nico-dijo Annabeth con una sonrisa, se notaba que estaba ansiosa por fundamentar como había llegado a esa respuesta-Prometeo porque, como sabemos, le robo el fuego a Hefesto para dárselo a los humanos. Afrodita porque se casa con Hefesto obligada, y él ahora se empeña en molestar e intentar dejar en ridículo a Afrodita y Ares frente a todo el Olimpo. Y Hera... bueno, la odio y sé que haría cualquier cosa para llamar la atención y desatar conflictos en el Olimpo.

-Buenos argumentos, Annabeth. Pero, tomate un descanso y vete a dormir. Lo necesita-dijo Nico y esbozó una pequeña, pero muy tierna, sonrisa.

Me enamoré del lado oscuro; N. DI ANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora