Crossroads | Merodeadores

Capítulo 02: La lección

- 𝐌𝐀𝐑𝐂𝐇 𝟏𝟗𝟔𝟓

Nunca olvidarás el día del incidente. Fue solo una semana antes del quinto cumpleaños de Remus.

Os habíais vuelto muy cercanos incluso cuando sus padres os explicaron que no erais hermanos y que tus propios padres no estaban. Pero no te importaba, disfrutabas tu vida estando con ellos, incluso a pesar de las veces que Remus tiraba de tu cabello solo por diversión y luego corrías hacia su mamá para contarle lo que había hecho. Y, sin embargo, cada vez que regaña a Remus y se disculpa contigo, sabías que era mejor no creerle de inmediato. No era en absoluto sincero, ya que siempre te sacaba la lengua después de que Hope se gira para irse.

Había días en los que realmente te empujaba al límite. Te enfadabas tanto con él, que tus emociones nubladas se convertían en rabia cuando la magia dentro de ti conjuraba torbellinos en vuestra habitación compartida.

Y ese fue uno de esos días.

Tuviste una pelea con Remus. Acababa de destruir tu único y favorito juguete que te dio su padre, Lyall. Era tu posesión más preciada. Remus, sin embargo, pensó que sería ridículo pisarlo.

Los pedazos rotos, otros juguetes de madera y el contenido de las camas se elevaron y volaron por la habitación. Tus emociones eran demasiado fuertes y no podías escuchar a Remus y Tbly tratando de calmarte por el sonido de las duras palabras que salían incesantemente de tu boca.

Enfadada, te enfrentaste a la ventana del dormitorio, sin poder mirar a ninguno de los dos, pero también tratando desesperadamente de disminuir tu ira. La noche se veía pacífica en contraposición al caos que creabas por dentro. Y entonces lo vio, un destello de dos orbes dorados más allá de la oscuridad de la noche. Algo dentro de ti agitaba el peligro, pero estabas demasiado ciega y con un gran resentimiento en ese momento para escucharlo.

Remus puso una mano en tu hombro, luchando contra el viento, "Gianna, estoy tan..."

Antes de que pudieras detener las palabras que salían de tu boca, ya te habías arrepentido.

Te vuelves hacia él y le espetas bruscamente: "No. Te odio, Remy".

Sabía horrible en tu boca porque sabías en el fondo que no era cierto y, sin embargo, podías ver el dolor que causabas en sus ojos. Inmediatamente, el viento se detuvo y se disolvió, dejando caer todo lo que volaba en el aire con un fuerte golpe en el suelo.

Podías ver el cuerpo de Remus encogiéndose lentamente incluso más de lo que ya lo hacía. ¿Cómo se llegó a esto? Se amaban, pero se estaban lastimando el uno al otro. De mala gana dio un paso atrás, repentinamente interesado en el suelo mientras evitaba tu mirada ardiente. Sabía que lo que hizo estaba mal, no sabía cómo había llegado a la idea de lo que hizo, pero eso no significaba que lo que dijiste no doliera.

Luchando contra las lágrimas que brotaban detrás de tus ojos, saliste de la habitación enfadada con Tbly siguiéndote de cerca, dejando a Remus solo en el desorden.

Caminando por el pasillo, se sentó en lo alto de las escaleras, agarrándose a uno de los ejes de madera. Podías sentir que Tbly colocaba una pequeña mano en tu hombro mientras llorabas en silencio.

"¿Cómo pudiste decir tal cosa, Lyall?" Hope echaba humo.

Saltas sorprendido por la voz repentina. Vacilante, miró hacia la sala de estar para ver a la madre y el padre de Remus alzándose el uno al otro. La razón por la que no pudieron escuchar el sonido de tu destrucción dentro de tu habitación fue porque estaban teniendo su propia discusión acalorada. Esa era la primera vez que los veías realmente furiosos el uno con el otro, y el miedo que reemplazó a tu ira casi te petrificó.

"¡Porque es verdad! Son criaturas viles." Lyall gritó, levantando ambos brazos con exasperación.

"¡Son incomprendidos! Pensé que tú, de todos los magos, lo entenderías."

"¿Cómo puedes saber eso, Hope? ¡Eres muggle!"

"¡Sé lo suficiente, Lyall!"

Y luego se quedó en silencio por un momento. Pero ese momento fue todo lo que necesitó para notar un fuerte estrépito en tu habitación, donde estaba Remus. Y luego lo oyes gritar. Rápidamente te pusiste de pie de un salto y corriste hacia el sonido. Hope y Lyall finalmente salieron de su discusión alarmados, rápidamente siguieron y corrieron escaleras arriba.

Una vez que llegaste a la puerta, te quedaste sin aliento ante la horrible vista. El hombre frente a ti estaba junto a la ventana rota. Era grande, de aspecto vicioso. El cabello gris se extendió por sus rasgos faciales. Tenía los dientes al descubierto, pero no eran dientes humanos normales, eran largos y puntiagudos. Y luego te volteaste para mirar al suelo frente a él, Remus estaba inconsciente. Su brazo sangraba en el suelo.

"¡Remy!" Gritaste, corriendo hacia él.

El hombre rápidamente notó tu presencia, gruñó y agitó su brazo para enviarte volando contra la pared al otro lado de la habitación. Te golpeaste la cabeza al aterrizar con fuerza contra el suelo de madera.

"Maestra Gianna" gritó Tbly, tratando de correr hacia ti, pero solo para ser enviado volando por la puerta y fuera de la habitación.

"¡Aléjate de ellos!" Escuchas a Lyall gritar y lanzar un hechizo al gran hombre.

"¡Sabías que esto vendría!" Gruñó el hombre mientras se tambaleaba hacia atrás, "Que esto sea una lección para vosotros, humanos, y ver que no podéis juzgarnos tan fácilmente". Se rió disimuladamente, dando una última mirada a los dos pequeños cuerpos en el suelo antes de huir por la ventana.

Su visión y audición se estaban desvaneciendo rápidamente, pero todo lo que podía ver era a Remus. Se quedó tendido frente a ti, inmóvil. Las lágrimas se derramaron de tus ojos, lamentando tener que discutir por una pequeña cosa estúpida en primer lugar.

Trataste débilmente de alcanzar su mano, "Rem..."

Y luego todo se volvió negro.

El día que Remus fue mordido por un hombre lobo, fue culpa de Gianna.

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Travesura realizada

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