Sus ojos, el color Ámbar que jamás veré en otra persona. Sus dientes blancos, también algo afilados, es la primera vez que veo algunos así.Tiene una encantadora sonrisa, esa expresión también le queda bien, seguía moviendo de lado a lado su cabeza, tal vez, preguntándose ¿quién soy? ¿cómo llegué ahí? ¿Por qué lo miro? ¿Por qué no me voy?.
Tsukasa. Levanté mis manos a mi rostro, mirándolo más fijamente. Sus pupilas parecen dilatarse, ¿volví a hablar en voz alta?.
Acentuó con la cabeza, mientras una afirmación en forma de pregunta salía de su garganta, aún sonriendo.
Preste atención a sus labios, que se movían, con cada palabra, palabras dirigidas a mi. Cuando volví a ver sus ojos, se mantenían fijos en mi, acerco sus manos a mi rostro y, sostuvo mi mejillas.
Me acercó más a él, pasando su pulgar por debajo de mis ojos, estaba volviendo a llorar.
Pero no siento tristeza, o irá, tampoco desagrado e inquietud, solo una fuerte sensación desconocida.
Cerré mis ojos, disfrutando su toque frío como cómodo. ¿Así se sentiría, si de verdad existiera? Aún así, quiero seguir cerca de él.
Me seguía mirando, se sentía tal vez ¿intrigado o confundido?, mis acciones solo querían más de su atención. Apretó mis mejillas, duele pero es soportable, mis labios se juntaron.
Tsukasa se acercó, examinando más detenidamente. Tome el pliegue de su ropa, estirándolo para acercarlo todavía más, sus ojos se dirigieron rápidamente a mi mano y, se separó.
¿Se sorprendió? Ahora que lo pienso, recuerdo que era un fantasma... Ahora me siento más patética.
Me dejé caer al suelo, derrumbándome en el piso, sabía que volvía a tener esa mirada pérdida, anhelando volver a casa.¿Por qué estoy llorando? ¿Porque siempre lloro? No soy tan débil, sólamente que me acostumbré a aligerar mi carga así.
Tsukasa. Intente volver a llamarlo, necesito que vuelva a mirarme, que no se aleje, quiero seguir interesándole. Murmuré súplicas, mientras me arrastraba en dirección hacia él. Pidiendo que ponga sus ojos en mi pero no me hizo caso.
Se elevó todavía más, soltando una deliciosa risa, para luego, irse o más bien, abandonarme.
Sabía que no podría interesarle, no le importo, está concentrado en sus asuntos pero no evita, lo doloroso que es saber que lo amas, que te has enamorado de algo, algo que es imposible.Sentía como me temblaba el cuerpo, no solo dolía por estar en el suelo todo este tiempo, también era la impotencia de verlo. Sujete su ropaje, abalanzándome hacia él, para abrazarlo, pasando mis manos por debajo de sus brazos, uniendo al final mis dedos, que ahora descansaban en su estómago.
Coloqué mi frente en su espalda, sintiendo una pequeña elevación. Su cabeza volvió a girarse hacia mi, haciendo su característico sonido de impresión.
Creí que volvería a dejarme pero en cambio acaricio mi cabeza, agarrando un puñado de cabello y, estirándolo.
El pequeño aullido de dolor, ¿lo tomo desprevenido? Parecía observar a Sakura, quien todavía no era conciente de un extraño en el cuarto.
Volvió a jalar mi cabello, aumentando la fuerza. Chillé de dolor, su mirada volvió a concentrarse en Sakura hasta pasar por Natsuhiko, agarro mi parte tracera de mi cabeza, acercándome a su rostro.
Entendí que parecía confundido e intrigado. ¿Será por la falta de atención que tengo, por parte de la regla de tratar bien a las damas?.
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No [Tsukasa Yugi y Reader]
RandomAdvertencias: ¿Incomodidad y tristeza? ésto es lo que pasa cuando te obsesiona algo, Aun cuándo duermes, puedes imaginarlo. Su voz, hasta su apariencia pero jamás será igual, porque es solo tu interpretación de ello.