Advertencia: ansiedad, mención de desorden alimenticio
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20 de Julio, cumpleaños de Sunny. Ya era el día en que finalmente cumpliría los diecisiete años.
Aunque le avergonzaba admitirlo, a Sunny le gustaban sus cumpleaños. Adoraba que la atención sólo fuera para él, y nadie más. Era de las pocas veces donde podía sentirse querido y olvidaba todas sus preocupaciones. No obstante, en esta ocasión no podía sentirse del todo feliz; no importaba si sus amigos le hicieron una pequeña fiesta en su casa, Sunny no era capaz de sentirse feliz en lo más mínimo.
Sus padres no le habían llamado en todo el día para felicitarlo. Podía pasárselo por parte de su padre ya que ese hombre le parecía importar más su trabajo —y Mari— que su propio hijo, pero, ¿su madre? Ella nunca de los nunca se había olvidado de felicitarlo. Cuando su madre no estaba en casa en su cumpleaños, Sunny siempre era despertado por el ruidoso sonido del teléfono sonando; siempre resultaba ser su madre que lo felicitaba con la voz más cariñosa y entusiasta del mundo. En esta ocasión, no fue el sonido del teléfono lo que lo había despertado, sino que fue Mari quien lo despertó cantándole la canción de feliz cumpleaños.
No había rastro de que sus padres lo llamarían, y eso tenía a Sunny preocupado; pero más que cualquier otra cosa, eso tenía a Sunny triste. No quería imaginar que su progenitora ya no lo amaba, pero su estúpido cerebro le creaba escenarios no deseados en su cabeza. Se imaginaba que su madre sabía que era su cumpleaños sólo que no le importaba en lo más mínimo, y eso le dolía a Sunny. Tanto, que hasta estaba comenzando a asustarse y ponerse nervioso.
A ese punto, Sunny ya no le prestaba atención a su alrededor, ahora sólo estaba hundido en sus horribles especulaciones que su cerebro le creaba. Ya no le importó si eran falsas o no, sólo dejó que fluyeran como una corriente de agua turbia y contaminada al sentirse derrotado.
¿Y qué si realmente su madre nunca le importó Sunny? Tal vez ya se había hartado de actuar y al final quiso mostrar sus verdaderos colores. Sí, debía de ser eso. Su madre se hartó de mostrarle el falso cariño que siempre le dirigió al Alfa como su adorado bebé.
Por otro lado, también creía que él era el que exageraba. Su madre estaba en todo su derecho de ya no quererlo, ¿no? Sunny nunca fue un buen hijo después de todo. Su condición física era lamentable, siempre fue algo lento para hablar, además de ser demasiado tímido, y nunca hacía nada bien. ¿Desde cuándo Sunny había dicho mínimo 'gracias' alguna vez a la gente más cercana a él? Ninguna vez, era lo más seguro.
¿A sus amigos les importaba Sunny? No supo de dónde había salido esa pregunta, pero hizo que su nerviosismo empeorara. De seguro estaban hablando mal de él a sus espaldas ya que se fue de la sala de estar sin avisar. Podrían estar hablando de que él era un mal agradecido de primera o que ni siquiera demostraba que la fiesta le importara.
¿Su hermana mayor pensaría igual? No, no, no. La Beta no era así, no había manera de que fuera así. Mari era mejor que eso, ella no toleraba que hablaran mal de la gente a sus espaldas. Pero entonces, ¿por qué no escuchaba gritos ni reclamos? ¿Acaso ella también dejó de amarlo?
Sintió un conocido revoltijo en su estómago junto con un enorme asco. Oh no. No, por favor. No quería vomitar la pizza que había cenado y que sus amigos le compraron con su propio dinero. Se prometió a sí mismo que ya no vomitaría de manera compulsiva.
Salió de su habitación con prisa. Sentía cómo sus nervios impulsaban la comida para que saliera de su sistema, lo podía sentir perfectamente en su garganta; la sensación del ácido en su esófago era demasiado latente y le quemaba. Era una verdadera fortuna que el baño estaba al lado de su habitación, no sabría qué escenario podría pasar si no llegaba a tiempo; y no parecía alentadora la idea en ver las expresiones de asco de sus amigos al saber que se había vomitado sobre el suelo del pasillo.
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☀️𝑰𝒕 𝒂𝒍𝒍 𝒔𝒕𝒂𝒓𝒆𝒅 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝑴𝒆𝒘𝒐🌻 || 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞
FanfictionMewo llevaba desaparecida una semana y eso tenía a Sunny preocupado. Afortunadamente, la felina regresó sana y salva con un olor a ¿manzanilla?, y que por alguna razón él era la única persona que podía olerlo. OMEGAVERSE AU SOULMATE AU Parejas: Slow...