Jungkook, un omega de alto rango, vive la vida que se le devolvió en busca de venganza. Pero en el camino se encuentra con el príncipe heredero, Taehyung, un alpha muy apuesto que llega a interesarse en él a pesar de estar en una relación amorosa co...
-Ah pasado más de una semana, el príncipe dijo que regrese a casa señorita Sana- Aquel soldado la reverenció y desapareció de su vista.
La beta mordía su uña con fuerza mientras un sonido irritante se desprendía de tal acción, caminó en círculos durante horas, pensando en como librarse y tomar de nuevo el control de Taehyung, quien por lo visto, estaba completamente enamorado de Jeon.
Esto último hizo irritar más a Sana, quien se acercó al gran espejo que había en su habitación para verse con detenimiento.
-¿Qué es lo que me falta?- Se preguntó
Era tonto, no había nada en ella que un hombre no desease, claro, salvo Taehyung. Quien por su lado, estaba pasando un gran momento junto al que parecía que iba a robarle el puesto de emperatriz.
-Maldito seas Jeon.-
...
-Maldito seas Hoseok- Murmuró el menor.
Cada vez que este intentaba hablarle Taehyung simplemente se quedaba observándolo con una leve sonrisa en los labios. Esto incomodaba mucho a Jungkook, pero para ser francos, esto lo era más para el duque Jimin.
Él había estado observando todo el coqueteo que había entre ellos, la forma vulgar en la que su amigo soltaba sus feromonas para atormentar a Jungkook era tan infantil.
-Majestad, vuelvo en un momento.- Habló con fuerza.
-Como digas- Agitó su mano sin despegar la mirada del menor.
En cuanto Jimin se fue, Jungkook se trepó en el regazo de Taehyung, quien lo acariciaba como de coger se tratase.
-Uhm, quiero hacerlo.- Gimoteo el castaño.
¿Pero que estaba pasando?, Solo había pasado una semana desde el incidente, ¿Cómo es que Jungkook aceptó tener coito con él?
Para ponerlos en contexto, cuando un omega es marcado, solo puede hacerlo con su pareja, al ser Taehyung un alpha dominante, es obvio que el cuerpo de su omega reaccione de manera lasciva y sumisa.
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-¿Quieres hacerlo aquí?- Besó al menor.
-Sí...sí, quiero hacerlo contigo- Movió sus caderas rozando ambos sus genitales.
-Uhm....- Mordió su cuello.
-AH.- Chilló
El mayor no esperó mucho, solo fue cuestión de bajar levemente sus pantalones para empezar a penetrarlo.
-Uhm...es tan grande.- Murmuró en el oído del rubio, mientras sonreía coquetamente.
-¿Te gusta tanto eh?-
-S..Sí, es m..muy excitante- Dijo mientras daba unos fuertes sentones, e intentaba besar al mayor, quien solo sonreía por la torpe forma en la que Jungkook juntaba sus labios.
-¿Cariño, nunca has besado?- Preguntó
El castaño se ruborizo ante la pregunta y escondió su rostro en le pecho de Taehyung.
-Hahaha, solo...abre la boca.- Habló audiblemente.
El menor elevó el rostro con algo de vergüenza y obedeció las órdenes de su superior.
El rubio se enterneció con tal acción que le fue casi imposible no tener ganas de besarlo.
Jungkook, por su parte, sintió como su interior palpitaba. -S..Se hizo más grande.- Exclamó
Pero de nada sirvió su queja, pues sus labios estuvieron casi en su límite después de ese beso dedicado por Taehyung.
Jungkook estaba a punto de llegar al orgasmo, sus piernas temblaban y sus ojos estaban en blanco, el placer que estaba recibiendo era exquisito, si no fuera por esa desagradable voz que se oyó por fuera de la oficina, hubiera perdido la cordura por completo.
-¿M..Majestad?- Preguntó con voz baja.
El príncipe se detuvo, reconoció la voz, era Sana, suspiró con molestia y miró a su contrario. Él estaba apenado, tapaba sus labios con sus manos para así evitar hacer ruido. Taehyung mofó por lo tierno que se veía.
Tomó sus manos y preguntó; -¿Por qué te apenas, cariño?-
El menor abrió los ojos como platos y se apuró en cubrir los labios del contrario. -¿Estás loco?- murmuró.
El rubio sonrió, quitó las delicadas manos del omega y contestó con burla. -Este loco está dispuesto a dejarlo todo por ti, a cambio solo pido una vida al lado tuyo, ¿Es eso tan difícil?- lo embistió.
-¡Nhg!Aahhhh- se corrió
-¡Oh sí, sigue moviéndote así cariño!- Lo tomó con fuerza.
-T..Tae, me gusta, h..hazlo más fuerte- Dijo agitado.
Sana, quien escuchaba los gemidos y jadeos se fue avergonzada y molesta de allí.
Sus pisadas eran rudas, sus gestos molestos y sus lágrimas lamentables. Era un completo DESASTRE, bueno hubiera sido que vaya a su casa, pero el odio la hizo cambiar de opnión. Ordenó al cochero que la llevara a la mansión de los Jung.
Al bajar se dirigió a la entrada, empujó al mayordomo y subió las escaleras que daban al segundo piso. Caminó un poco por el pasillo hasta que encontró la habitación que buscaba, abrió la puerta con total confianza y dijo; -Tenemos problemas Hoseok.-
