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La sorpresa para Izana ya estaba casi lista

Llevabas más de dos semanas reuniendote con la pareja de casados, para saber si querían adoptar al pequeño Kakucho.

Sabias que el esposo era estéril a lo que no podían tener hijos. Así que les hablaste de Kakucho y cuando lo vieron quedaron encantados de que el niño fueran tan dulce.
Incluso el señor dijo que esa cicatriz era como la de un guerrero romano.

Si todo salía bien muy pronto Kakucho sería su vecino. Ya querías ver la sonrisa de Izana al enterarse.

Salias de hacer las compras mientras tus hijos estaban en la escuela excepción de Shinichiro el dijo que ya no quería estudiar y que abriría una tienda de motocicletas.

Esperabas que al menos tuviera éxito aunque no estabas muy de acuerdo de que dejara la escuela como si nada.

Cargabas las bolsas de comida, hasta que visualizas a un pequeño niño escondido en una pared mirando algo.

¿Tal vez estaba perdido?

Con eso en mente te acercaste al pequeño, debías ayudarlo.

-Ey pequeño estas perdido? - Le preguntaste mientras dejabas las bolsas en el suelo para tocarle el hombro.

El niño se sorprendido ante esa pregunta y por la forma amable con la que te dirigiste.

Ante el silencio creíste que lo habías asustado pues solo eras una extraña.

-Tranquilo si? Solo quería saber si no estás perdido un niño adorable como tu no puede estar solo-Le sonreiste para que se sintiera tranquilo. - Mira, mi nombre es Sano t/n y el tuyo? -

El niño te miró, por un momento sentiste un cambio en el ambiente pero decidiste ignorarlo.

-Kisaki... Tetta-Habla el pequeño en ese momento su mente estaba llevando demasiada información.

-Bien kisaki no estas perdido cierto? - Preguntaste con una sonrisa el niño negó lentamente, te sentiste aliviada-Ahhh, que bien pequeño ya me habías preocupado, entonces me voy, adiós pequeño - Te despediste con una sonrisa mientras volvías a tomar las bolsas para iniciar a caminar.

El niño te miraba hasta que te perdiste de su vista.

'' Tanto Hinata como esa mujer t/n debían ser de él''

Kisaki iniciaría su plan desde ese momento.

El reloj inicia su conteo regresivo.

Mamá, no te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora