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Takemichi salía de su trabajo cansado.

Esta vida era una mierda, desde cuando había terminado así?

Siempre disculpandoce y teniendo la cabeza gacha. Una mierda.

Pero al ver las noticias y enterarse de lo que estaba sucediendo lo tenía mal. Al parecer había una pandilla muy peligrosa llamada la Tokyo Manji y hace unos días se cobro la vida de varias personas entre ellas Hinata Tachibana su única novia y Naoto Tachibana.
Además también las calles se estaban poniendo más peligrosas al saber gracias a las noticias que la madre del líder de esa peligrosa organización fue asesinada y ese tipo se estaba desquitando con los inocentes.

Llegando a la estación de metro, en sus pensamientos no se da cuenta cuando alguien lo empuja haciendo que caiga a las vías y sin tiempo de reacción el metro solo estaba a centímetros de él.

Pero en ese momento solo sintió una fuerte chispa, que al abrir los ojos lo dejó más que impresionado.

Estaba 12 años en el pasado.




















-Izana levantate!!! - Gristaste desde la cocina al ver que Izana no venía a desayunar.

-Mamá acabo de salir del reformatorio quiero descansar. - se queja Izana

-Izana... Saliste del reformatorio hace medio año no seas tonto. - Hablaste con una ceja alzada el solo quería dormir - Date prisa kaku-chan te llevas esperando bastante - Hablaste mientras le dabas un bento de comida.

-Y Manjiro? - Pregunta Izana ya tenía una idea de donde estaba.

-Pues en la escuela, Ken ya vino por el desde hace rato. - Hablaste con una sonrisa Emma también se había hido hace un momento - Que te vaya bien - le diste un leve beso en su mejilla el también haciendo lo mismo.

-Bye~-habla para irse junto a Kakucho que lo esperaba afuera con una sonrisa. Izana ya sabía que Mikey casi no hiba a la escuela pero quería que su madre se enterara por sí sola sería muy divertido ver la cara de mikey.

Terminaste de hacer la limpieza del hogar para salír, debías ir a trabajar.

-Dios... Ya siendo adolescentes pero comen demasiado - Hablaste con una sonrisa.

Vaya que hubo tiempos difíciles, el funeral de Shinichiro había sido toda una penumbra, incluso habías pedido permiso en el reformatorio para que saliera solo para asistir al funeral.

También que sufriste una serie de problemas económicos, claro tus hijos no lo sabían, eran tus problemas. Pero con muchas horas extras en diferentes empleos como mesera, limpiando casas, repartidora, pudiste pagar varias cuentas pendientes.

También que habías hido a visitar a Kazutora, después de un tiempo lo habías perdonado, pero notabas una actitud un poco extraña pero viste como dejo de tener tensa la espalda cuando le dijiste que lo perdonabas.

El pequeño de Keisuke lloro en tu pecho cuando lo perdonaste.

Todavía te dolía la muerte de Shinichiro y te seguiria doliendo para siempre pero debías salir adelante, ahora ya no llorabas al recordarlo solo sonreias feliz.

-Bueno iniciemos el día. - Hablaste para salír del departamento para ir a trabajar.

Mamá, no te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora