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— Hehe ella estara bastante emocionada por conocerte.

Cruzando la sala, se encontraron al Uchiha en la puerta.

Suigetsu rodo los ojos.

— Apártate, nos vamos.

Y Sasuke se corrió, incluso les abrió la puerta y señaló hacia afuera.

— Suerte, espero que te vaya de maravilla, Naruto.

Naruto se aferro al brazo de Suigetsu queriendo fundirse en el, tal vez era el miedo o quizá era el sentimiento de abandonó que debía de estar sintiendo en ese momento. El peliazul se enfadó aún más.

Suigetsu tiro del rubio y lo sacó hacia afuera pero antes de seguir su camino, se giró hacia Sasuke para decir sus últimas palabras antes de retirarse.

— Olvídate de que tienes un amigo. Ya no existes para mi, Sasuke...

Y se fue. Y quizá sus palabras habían causado una pequeña ruptura en el frio corazón del azabache.

El camino a la casa de Suigetsu fue un largo trayecto en el que el no dejo de hablar para distraer al pequeño híbrido.

— Tengo entendido que tu nombre es Naruto, me gustan los...ya sabes...el Narutomaki...los pasteles de pescado...que están en el ramen.

—lo has probado...Ramen

El rubio no entendió nada de aquello pero negó.

 —movió la mano restándole importancia— le diré a Karin que te lleve a probarlo cuanto antes, te encantará.

Y entonces el auto se detuvo.

Y una híbrida con un par de orejas Rojas apareció caminando frente al auto,Suigetsu salió de el para ir en su encuentro. Naruto sonrió feliz al ver como los dos se abrazaban, deseando tener lo que ellos tenían pero con el chico bonito de ojos negros como la noche. No estaba seguro de que eso fuera a pasar, el chico bonito lo odiaba y el no lo entendía. Iba a ponerse a llorar, si no fuera porque la puerta de su lado fue abierta abruptamente. Naruto se sonrojo al ver a la otra chica, era de su tipo y con eso se refería a las orejas, por supuesto.

— Hola —la chica sonreía, mostrando sus blancos dientes y pequeños colmillos, el le devolvió la sonrisa— soy Karin. Ven —tomo su mano y lo sacó del auto, corriendo lo hizo entrar en el acogedor hogar que habían logrado conseguir junto con Suigetsu, le mostró todas las habitaciones y en cuanto el rubio las vio juntas sonrió, supo que se llevarían más que bien.

— ¿Qué dicen si pedimos una pizza?

Ambos le dijeron que si.

Mientras tanto, en la residencia Uchiha, Sasuke se encontraba como siempre en el sillón, sólo que esta vez estaba acompañado por la botella más cara y efectiva de whiskey que había logrado conseguir tan pronto como su ahora ex-amigo se fue.

Se lamentaba, claro que se lamentaba de haber sido tan poco humano en sus acciones y palabras. Pero lo hecho, hecho estaba y el nunca se echaba para atrás. Y aunque quisiera disculparse, jamás podría, Suigetsu nunca le respondería las llamadas o lo aceptaría en su casa, el lo había ofendido y ciertamente no sabía arreglar aquello.

Se le pasará, pensó.

Y entonces sonrió descaradamente. Se le pasará y estarán hablando en menos de tres días como los buenos amigos que son.

Pensar en eso no lo ayudaba a sentirse mejor, había algo que le estaba molestando y estaba casi seguro de que tenía que ver con Naruto.

Su estómago dio un vuelco.

No debía arrepentirse de su decisión.

No debía arrepentirse de su decisión

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⏰ Última actualización: Jan 31 ⏰

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