Capítulo2:

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Después del almuerzo en la cafetería tuve que ir a la clase de teatro, nos pasamos toda la tarde con la instructora ensayando una obra que había que presentar el lunes.

Cuando terminó ya era hora de la salida por lo que me tenía que ir ya a casa, fui en busca de mi amiga para irnos juntas pero ella por problemas personales tuvo que irse temprano.

Me dirijo a las afueras de la escuela para emprender mi viaje hasta mi casa, está no quedaba tan lejos ya que vivíamos en un pueblo considerablemente pequeño y se podía llegar a pie.

Cloud es muy hermoso. Existe un bosque que lo rodea, pero solamente están autorizadas a entrar en él las personas con licencia para cazar o guardabosques, ya que varias especies de animales lo habitan.

Dicen, -porque nunca he entrado- que en su interior hay un estanque realmente hermoso. Los primeros habitantes del pueblo lo llamaron el "espejo del alma" por sus aguas cristalinas que reflejan todo a su alrededor, como un auténtico espejo.

En el pueblo hay una pequeña clínica en la cual trabaja mi madre como enfermera. También hay varios negocios familiares entre ellos se encuentran una cafetería y un restaurante los cuales pertenecen a la familia García. Al frente, se encuentra una peluquería que es propiedad de los Miller -la familia de Ava-, y el pequeño pero acogedor cine, el cual es de la familia más misteriosa de este pueblo, su apellido es lo único que se ha podido saber ya que nadie ha habitado esa gran y misteriosa casa hace años, ellos son los White. Ya terminando este paseo turístico se encuentra mi colegio.

«Las personas de este pueblo son agradables, cuando llegamos aquí nos recibieron amablemente y nos ofrecieron todo lo que tenían , en ese momento pude saber que los que tienen poco te dan más, y los que tienen mucho a veces no te ofrecen nada. Pues este pueblo es pequeño y no tiene muchos recursos pero te ofrece todo lo que tiene. Así que sin más preámbulos bienvenidos al misterioso pueblo de Cloud».
...
Cuando llego a la casa saco mis llaves de la mochila y abro la puerta. Un aroma delicioso golpea mi nariz, este viene desde la cocina. Mi casa no es tan grande pero es muy acogedora. Cuando llego al lugar de donde provenía ese excelente aroma encuentro a mi hermosa madre tarareando una canción mientras prepara la cena que por cierto se ve deliciosa y no es por presumir pero ella es una excelente cocinera. Ella está en sus 48 años pero se ve más joven, su pelo castaño con algunos asomes de canas le llega a los hombros, tiene puesto un vestido floreado de verano que le hace relucir muy bien su cuerpo.

Me le acerco en puntillas y le doy un fuerte abrazo por detrás, mi madre es mi ejemplo a seguir y estoy muy orgullosa de ella por no rendirse nunca y siempre buscar la manera de salir adelante.

Ella me devuelve el abrazo y me da un gran beso en la frente.

―Mi niña ya llegaste que bueno, como te fue en el colegio. ―Esos ojos color café cansados y ya con algunas arrugas me miran con la mayor dulzura que existe.

―Bien mami y a ti como te fue en la clínica. ―Me separo de ella y me dirijo a la mesa, dejo mi mochila en una de las sillas y me siento un rato a descansar las piernas de la caminata.

―Todo bien hija, ve a bañarte para que hagas tus tareas y bajes a cenar.

―Ok mi generala a sus órdenes ―contesto con una gran sonrisa y le doy un beso.

Mi hogar es de dos pisos y arriba queda mi habitación junto a la de mi madre. Me adentro a la oscuridad de mi desordenado cuarto. Enciendo la luz y dejo mi mochila en mi mesa de estudiar, mi cuarto está pintado de azul cielo ese color es mi favorito y además le da más vida a la habitación.

Busco en el armario que ponerme y me decido por un short azul claro holgado que me llega un poco más arriba de las rodillas, lo voy a combinar con una blusa de tirantes del mismo color, un atuendo necesario para el calor que está haciendo en este pueblo.
...
Después de darme una ducha y alisar mi pelo me dedico a observar mi rostro en el reflejo del espejo, mi pelo color miel y rojizo en las puntas está recogido en una coleta alta, mis ojos de un color café claro nunca vistos están un poco apagados por el cansancio de la semana, mi nariz es perfilada y en ella se pueden encontrar algunas pecas ya que mi piel es muy blanca y sensible, mis labios son gruesos y siempre están un poco rosados.

Espejos del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora