Capítulo5:

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No me acuerdo en qué momento me quedé dormida, pero una notificación de mi celular  fue lo que me despertó.

Me levanto perezosa  en busca de este y cuando lo enciendo casi lo suelto del susto.

Número desconocido: Ten cuidado están muy cerca de ti, son peligrosos, y todo por sus ojos. Te quieren a ti y no para algo bueno, ya estás advertida.

Mi corazón va a mil, se me nubla todo y me da un fuerte mareo y traté de sujetarme pero acabé rompiendo una caja de cristal donde tenía mis aretes. El fuerte ruido despierta alarmada a Ava y rápidamente mira en mi dirección y se queda pálida, sigo su vista y me doy cuenta que me cortó uno de los pedazos de cristal. Todo a mi alrededor se pone negro y solo siento un grito de Ava.

Siento un sonido molesto a lo lejos, mis parpados están un poco pesados y mis labios secos, siento una voz, pero no distingo de quien se trata.

―Oye, despierta, ten cuidado con ellos, son muy malos, y no solo son ellos, hay más y todos van a por ti.

Rápidamente abro mis ojos y me entra un gran mareo por la luz al chocar con mis ojos, cuando logro adaptarme a la claridad miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en un hospital y tengo un suero conectado a mi brazo y mi mano derecha está envuelta, seguro que fue ahí donde me corté al desmayarme, pero lo más preocupante es que no veo a nadie. ¿Me estaré volviendo loca?  Que yo sepa me faltaban algunos tornillos, pero no tantos para estar escuchando voces.

De momento la puerta se abre y no puedo creer lo que mis ojos ven, ya son muchos sustos para mi pobre corazón.

Blanche entró y se paró al pie de la cama, me está sonriendo pícaramente, aunque me he dado cuenta de que esa  es su sonrisa característica, es que todo en el grita picardía.
                                                    
                                                                               Blanche:
Entro a su habitación y veo que ya se despertó, eso me alivia un poco. Es jodidamente hermosa, tiene el cabello recogido en una trenza un poco alborotada, trae puesta una bata de hospital que para mi gusto le queda un poco corta y esos labios carnosos que ayer me dieron tantas ganas de besar están un poco secos. Ha cambiado mucho, y sobre todo que ya no es esa niña tierna, sino una gran guerrera. Le sonrío porque ha puesto una cara que me da a entender que soy la última persona que quiere ver, pero eso me divierte más y me anima a sacarla de sus cabales un rato igual como hice ayer.

―Buenas niña malcriada, quiere que le traiga su desayuno y le dé el avioncito―.Me pone los ojos en blanco junto a una gran mueca de molestia.

―Puedes ir a joder a alguien más, y no me digas niña y mucho menos malcriada, y si no sales de aquí cuando yo cuente hasta cinco voy a formar la mayor actuación de mi vida― dice amenazante.

―Mira hermosa relájate, lo que pasó ayer es pasado, vengo en paz, no quiero otra discusión, por lo menos hoy no.

―1….2

―Oye, oye calma…

―3….4

―No te voy hacer nada tranquila.

―5 te lo advertí.

Comienza a gritar como una loca, de un momento a otro se levanta de la camilla zafándose del suero que estaba conectado a su brazo y se lanza encima de mí tirándome al sillón y yo quedando encima de ella. Me he quedado paralizado, no sé cómo pasó todo eso, no me pude ni defender. De momento abre la puerta una enfermera bastante joven y muy linda, pero nadie le llega a los talones a Alissa, ella es única y está bien loca. Me agarra del cuello y me hizo besarla, todo quedó como ella quería, todo parecía que yo la estaba forzando a besarme. Rápido me lanzo del sillón al suelo y me quedo sin moverme por un buen rato mirándola frunciéndole el ceño sin entender nada de esto que había pasado, todo mi cuerpo se activó con ese roce de nuestros labios, son tan suevas y jodidamente deliciosos. Alissa no deja de gritar  y estoy a punto de darle otro beso para que se calle. La enfermera me mira como si fuera un demente, yo rápido me para del suelo para poder explicarle la situación.

Espejos del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora