capítulo 2

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-Ella antes de irse... Te dejó una carta, iré a ducharme Sari.

Él me entregó la carta. Voy a mi habitación a leerla

Hola cariño, te voy a dar esto el día de tu cumpleaños número 16, ya estas muy grande, estoy muy orgullosa de ti, sos una chica muy inteligente, dulce, sos lo más importante que tengo, quiero que sepas que mami te ama y te amaré muchísimo, lo haré por y para siempre sin importar nada, sos mi alegría, mi ánimo.
Recuerdo el día que te pusieron en mis brazos, un 13 de agosto, desde que estabas en mi panza te amo, nunca lo olvides bella.

FELIZ CUMPLE!!!
-Mamá

Cada vez más lágrimas salían de mis ojos, quiero morir, no quiero seguir si no es con mi madre.

-Todavía no puedo creer que se haya ido, no la voy a ver nunca más, mami no, mamá vuelve.

Era hora de cenar pero no tenía hambre, estaba en mi cuarto llorando, triste, sabiendo que no pude expresar todo mi amor a ella, hubiese elegido no pelear con ella, pasar más tiempo a su lado, quisiera volverla a ver, al menos despedirme.

-esta todo arruinado, mi vida, quiero matarme lo haré pero no puedo ahora, mi padre esta en casa, tengo que planear algo e hacerlo cuanto antes.
Mientras pienso que hacer quiero buscar formas de Autolesionarme escuche que calma mucho en estas ocasiones
Rasguños, sí, es algo simple pero por lo mínimo se empieza.
Miro mis brazos con temor y pensando que si lo que estoy por hacer es o no un error, lamentandome, sufriendo, cada vez sufro más, Necesito un descanso de esta miserable vida
Mi miserable vida, me odio, Necesito a mi mamá, con ella acá todo seria más fácil, ¿Máma dónde estás?
Las lágrimas volvieron a caer...
Agarro el suficiente valor para pasar muy fuertemente y rápidamente mis uñas por mi brazo.

-Hijaa, Sara, baja a almorzar, después tenemos que ir a casa de tu prima.

Mierda, casi lo logro pero justo llegó mi padre.

Aún así, seguiré intentando, lo voy a hacer tarde o temprano

Juro que cuando tenga la oportunidad voy a cortarme todo el maldito brazo y las piernas.

Soy consciente de que lo que estoy haciendo no esta bien y mi madre no estaría feliz ni orgullosa pero es la única forma que encuentro para calmarme, al menos un poco. Aun así, pensar que no veré más a mi madre me aterra y me pongo peor, lo más feo es que no puedo evitar pensar en ello.

-Mamá.

Otra vez, me tiro al suelo y me pongo a llorar, la voz de mi padre interrumpe mi desahogo.

- Hija, baja porfavor, no me dejes solo.

-ya voy papá.

Decido pararme y cambiarme la ropa, no tengo ganas de comer ni ir a la casa de mi prima, no la soporto.
Bajo las escaleras y me encuentro a mi padre ya sentado en la mesa.

-papá no quiero almorzar, estoy cansada, tampoco ir a la casa de mi prima

-por esta vez te voy a dejar, Prometeme que no harás lío y vas a contestar mis llamadas.

-Sí papá, lo prometo.

-bien cariño, ve a tu cuarto. En unos 20 minutos iré a casa de mi hermana.

Bien, otra oportunidad más para poder tranquilizarme, obvio, haciendo marcas en mi brazo.

-Sarii, ya me voy, cuídate.

-adiós papá.

Ahora viene el mejor momento de toda la puta tarde.
Me acuesto en mi cama junto a la foto de mi madre, mis ojos no tardan en ponerse rojos y a sacar lágrimas.

   Llegó el momento Lo estuve esperando toda la mañana y desde ayer.

...................

   Gracias por leer

                                JASMINE

La miserable vida de Sara        (En Curso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora