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NO OLVIDES 

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Narradora Pov

—¿Qué tratas de decirme?

—Te veo diferente.

—Estoy igual.

—Cariño...

—Por favor, mamá. Estoy bien —dijo Akko, pero Carmen no lo creyó del todo.

La segunda madre de la sucesora de los Kagari, estaba preocupada por el pequeño, casi mínimo, cambio de apariencia y comportamiento que tenía. Desde que regresó de las tierras de Bastan, había notado lo distraída que se encontraba.

—Tus amigas vendrán.

—E incluyendo a los demás lideres —agregó—. ¿De qué hablaran esta vez?

—La formación correcta de las defensas. Los osos también lucharan. —Carmen la miraba con preocupación—. He escuchado que le mostraste un símbolo.

Akko desvió la mirada y frunció ligeramente el ceño recordando aquella conversación que había tenido con su madre Daria.

—A ella no le importó.

—¿Puedo verlo? ¿O puedes hablarme de eso?

La castaña regresó sus ojos con sorpresa.

—Si hay una manera de conseguir una verdadera victoria. Me encantaría conocerlo.

.

.

Amanda: Tiene un poco de sentido.

Carmen: ¿Lo hiciste tú?

—Sí... —contestó nerviosa.

Lotte: ¿Cómo sabremos cual es el líder?

—No lo sé, pero supongo que lo averiguaremos en el momento.

Mary: Sólo quedan dos lunas.

Fiora: Nos prepararemos —dijo la hembra de Bastan; segunda madre de Amanda y su primogénito.

Lillian: A los lideres pueden parecerle una tontería, pero esto. —Apuntó la hoja—. Puede ser nuestra única salvación —agregó la hembra de Reyna; segunda madre de Lotte y Mary.

Barbara: ¿Lo haremos todas juntas?

Hannah: Los lideres nos mantendrán segura en las tierras de mi padre. Las defensas no dejaran que escapemos a las tierras de Bastan.

Deidra: Creo tener una idea para eso —habló la hembra de Konrad; segunda madre de Barbara y Hannah.

Había pasado dieciséis lunas desde que, Akko, había tenido a los tres sanos cachorros. La castaña permaneció una luna más con la rubia para terminar de alimentarlos y que luego no la necesitaran. Sin embargo, después de verlos y tenerlos en sus brazos no podía sacárselos de la cabeza.

Akko no tenía intenciones de abandonarlos y continuó visitando a la Cavendish tras haberlos dado a luz. Aún le parecía un poco incomodo y curioso ver a tres criaturitas corriendo en su dirección cuando se presentaba cada dos días. La castaña los recibía de la mejor manera e intentaba no hacer contacto visual con la persona que la miraba de una forma que le creaba una sensación de hormigueo en el vientre.

Ella era madre; había traído al mundo a tres cachorros. Dos eran Cavendish y el otro un Kagari. Akko pensó que Diana se disgustaría al ver que uno de los dos machos había nacido con su sangre, sin embargo, sucedió lo contrario, la rubia estaba feliz de tenerlos a los tres. Cavendish les entregaba el mismo cariño y educación por igual.

Cavendish (Diakko♥) Mini HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora