❝𝕬𝖑𝖉𝖊𝖆 𝖊𝖝𝖙𝖗𝖆ñ𝖆❞ [ᴛᴏʙɪʀᴀᴍᴀ ꜱᴇɴᴊᴜ]

➤ ❝ [ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 4] ❞

Como una familia

— ¿Que? — Sus manos se apoyaron en la mesa del hokage, acercando su cuerpo al de el. — ¿¡Que!? — Grito enojado, tomándolo del cuello del traje. 

— K-kagaya... tranquilizate... por favor... — El castaño rogó mientras levantaba las manos con temor, el ceño fruncido del uzumaki ya lo asustaba. — Es solo que... todos los equipos ya tienen profesor... y si te dejaba fuera te enojarias... — Hashirama estaba apunto de soltar lagrimas de miedo, pero se negaba, tenía suficiente cerrando los ojos queriendo esquivar la mirada del pelirrojo. 

— ¡Pudiste haber dejado fuera a él! — Con furia atrajo el cuerpo del castaño, arrincono al hombre contra el escritorio. — Mira, hashirama... yo no pienso aguantar algún insulto de Tobirama... — Los susurros eran amenazantes, filosos, sentía que cortaban su tímpano. — Te aviso... si Tobirama me provoca... ten por seguro que no dejare que siga... — Lo soltó, dejando que caiga al suelo. 

— S-si... esta bien... — Dijo sonriendo con temor, el pelirrojo lo miro una última vez antes de irse de la habitación. — Ah... mierda... — Se paro del suelo para limpiarse el sudor. 

La puerta se abrió y se sobresalto pensando que era Kagaya. 

— ¡Entendí lo que dijiste, tranquilo, Kagaya! — Dijo girándose, encontrando a su hermano allí, mirándolo con los ojos en blanco. — A-ah... ¿tu no vienes a gritarme no? — Dijo en broma, recibiendo una mala mirada del peliblanco. 

— ¿Por que Kagaya salió enojado de aquí? ¿Que le dijiste? — Pregunto acercándose a su hermano mayor. 

— Es solo que... — El castaño dio la vuelta para sentarse. — Solo... Tu y él se encargaran del equipo seis... y el... no quiere estar contigo... — Explico, el peliblanco lo miro, y frunció el ceño con enojo. — P-pero... se repartirán el trabajo, el se encargara de el primer encuentro, tu del segundo... — Se intento ayudar a si mismo. 

— Agh... — El menor lo miro con furia para luego irse, no iba a actuar de manera infantil como Kagaya, no pensaba actuar así... 

Carajo ¿Estos dos están destinados a tratarme mal no? 

Pensó Hashirama sudando.

. . .

Estaba llegando a la pequeña academia ninja, todos los niños ya se habían ido con sus profesores, al llegar encontró a Tobirama parado, mirándolo con reproche, probablemente por llegar tarde. 

— Llegas tarde... — El albino hablo, recibiendo un murmullo del pelirrojo como respuesta. 

— Como si no me hubiera dado cuenta, idiota... — Susurro, luego paso la mirada a los niños. — Hola, cositas feas. — Saludo, un niño lo miro enojado.