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3 años después, Mitsuri vivía en un matrimonio disfuncional.
No tenía la menor idea si su marido la amaba o no. Las constantes peleas por los celos le decían que sí, pero la indiferencia y la falta de comunicación con su esposo le decían que no. Su matrimonio era tóxico e insalubre. El cariño, la comprensión y la paciencia que tenía Mitsuri en los primeros meses de su matrimonio se había acabó. Había intentado de todo para reponer su matrimonio, encontrar temas de conversación para entretener a su esposo, obedecer sus órdenes: cocinar sus platillos favoritos, sonreír más, conversar e iniciar una amistad con las esposas de sus socios, involucrase en el circulo social, convertirse en una digna socialite* con la única finalidad de acaparar poder, presumir sus conexiones y disfrutar de glamurosas fiestas rodeados de la elite. Se debe tener más cerca a los enemigos y fortalecer las relaciones con los aliados, como siempre, eufórico, le recitaba su esposo antes y después de un evento social.
Solo para conseguir asentimientos, contestaciones vacías y unos desabridos "gracias" y "bien hecho".
No solo intento lo más simple, también fue a lo más extremo, si no podía conseguir a su marido de la forma más decente lo haría por medio de su cuerpo. Gracias a un ardua investigación recopilo información de la cual no esta muy orgullosa de haber conseguido. Basandose en libros, en foros de internet, inclusive en los consejos vergonzosos de su madre, su plan fue un éxito y eso parecía haber solucionado todos sus problemas maritales. Mitsuri logró seducir a su esposo con diversos trucos y consejos para tener la llama que su matrimonio. Pero todo su matrimonio era sexo. No había amor pero Mitsuri se negaba a creerlo. Se engañaba así mismam tomando las caricias, las mordidas y los besos lascivos como amor; cría ciegamente que su esposo le demostraba sus verdaderos sentimientos por medio de la lujuria. El sexo era la manera en que su esposo demostraba su amor, según ella. Los periodos de celo lo confirmaban, su alfa amaba a su omega, por lo tanto; su parte humana también lo hacía, para la joven no había duda en ello, pero su esposo se cansó de solo tener sexo.
—Mitsuri no quería ser un impaciente, pero esto es el colmo, tenemos relaciones casi todos los días y no has quedado embarazada.
Kei quería un hijo. Llevó a esposa a una clínica de maternidad donde se demostró que ella no poseía ningún problema para tener hijos, sus niveles de fertilidad eran altos. Su esposo, negando su posible infertilidad, siguió engañándose, llevando a su esposa a diversas clínicas solo para obtener el mismo resultado. Mitsuri era fértil. Él problema era él no su esposa. Fue un gran golpe a su ego. El orgullo de un alfa es lo peor que posee, es bastante peligroso cuando se trata de preservar la sangre y el poder, porque sí; Kei solo quería un primogénito que heredará su cargo en el futuro, para preservar el poder de la empresa a los Fujisawa y no a los Kanroji. Disgustado, Kei empezó a desquitarse con su esposa, no había golpes ni agresiones sexuales, pero había muchas discusiones; todas y cada una de ellas rebajaban la dignidad de su omega destinada. Mitsuri trató de defenderse pero:" una buena esposa no cuestiona a su marido", "si el te da todo, no deberías negarle nada a tu marido", las palabras de su madre y su suegra resuenan en su mente, por lo que, la joven solo asentía y escuchaba. No quería hacer enfadar más a su marido. Así, su esposo la doblegaba con cada argumento que vociferaba. Kei era tan bueno para convertirse en la víctima de su propia historia, y convertir a su esposa en la bruja malvada del cuento. La joven se encogía con cada alegato sintiéndose como una niña, siendo regañada por su padre en cada discusión que tenían. Mitsuri tenía la culpa de todo, siempre la tenía en ojos de su esposo.
Con esto, Mitsuri no podía negar lo obvio, su esposo, su alfa destinado no la quería, no la protegía, no la amaba; ella lo entendió en el segundo aniversario de su matrimonio arreglado.
Ella no podía soportar esta situación, lloraba constantemente. Evitaba a su esposo para no escuchar sus insultos, sus agresiones verbales y su desprecio. Dormía más de 8 horas para olvidar el horrible cambio que tuvo su vida. Creía que sus sueños se habían cumplido y que se cumpliría el más anhelado que había formado el día de su casamiento, tener un hijo; pero su esposo se negaba rotundamente a ir a una clínica de fertilidad. Temía del que dirán, lo vergonzoso que sería reconocer que era un alfa infértil. Los Kanroji verían una oportunidad para robar su puesto en el futuro, y no solo ellos, también sus hermanos y sus primos. No aceptaría que es infértil porque eso sería demostrar debilidad. Un verdadero alfa nunca se muestra débil a sus oponentes.
Su esposo era un narcisista egoísta. Su esposo no la amaba. A la joven no le importaban los lujos, ni las delicias que podía consumir. Solo quería volver a ser feliz de nuevo, pero, nada volvería a traer a la inocente y risueña Mitsuri de 20 años, que había cometido el error de casarse con su alfa destinado, pero con el hombre incorrecto.
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*Socialite: Es una persona famosa, de clase social alta, de la plutocracia que pasa gran parte del tiempo participando en actividades sociales como eventos benéficos, fiestas privadas, desfiles de moda, comida, festivales entre otros acontecimientos exclusivos.
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Ni en esta, ni en la otra |ObaMitsu| GiyuuTan| Omegaverse [EN CORRECCIONES]
Fanfiction❀Donde Mitsuri y Obanai se aman con locura, pero no son destinados. ❀ Donde Tanjiro Kamado está casado con Tomioka Giyu pero no es su destinado. ➸ Alphas α | Giyuu | Iguro ➸ Omegas Ω | Mitsuri | Tanjiro ¡WARNIGS! ʚ +18 ɞ ʚInfidelidad ʚAngst