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DIECISEIS

🎶Eres como un champán🎶

—Señor Park, el joven Yoongi lo está esperando en la sala —avisó una de las empleadas de la mansión al ingresar al despacho de su jefe

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—Señor Park, el joven Yoongi lo está esperando en la sala —avisó una de las empleadas de la mansión al ingresar al despacho de su jefe.

—¿Cómo? ¿Qué hace aquí? —cuestionó para sí mismo—. Ve y dile a Lim que lleve al mocoso a su habitación. ¡Rápido! —ordenó con un fuerte tono de voz y la muchacha salió corriendo del lugar con el objetivo de cumplir lo dicho. Arregló su corbata al mismo tiempo que planchaba ligeramente con sus manos su saco para después dirigirse al comedor de su hogar.

—¡Yoongi! —manifestó con falsa sorpresa—. Me da mucho gusto tenerte de regreso en mi casa. ¿Necesitas que te ayude con algo? —preguntó al momento de extender su mano para estrecharla con la del pelinegro.

—Buenas tardes, señor Park —saludó con una sutil sonrisa—. En realidad vine porque Jimin no fue a clases, tampoco lo encontré en su departamento así que supuse que estaría aquí. ¿Sucedió algo con él? —interrogó con preocupación.

—Mi hijo amaneció enfermo por eso no asistió a clases y ha tenido que pasar todo el día en cama —dijo tragando ligeramente un poco de saliva al tratar de contener su nerviosismo.

—¡Maldición! —susurró bajo el alfa debido a la frustración—. ¿Puedo verlo? —solicitó junto con una expresión de pánico al no saber el estado de salud de su omega. Había pasado todo el receso esperando su llegada a los vestidores pero el pelirosa jamás apareció para finalmente enterarse que no asistió a clases.

Las clases se hicieron eternas hasta que al término de la mismas salió corriendo a su automóvil para ir camino al departamento del omega sin embargo tampoco lo halló ahí. Llamó y llamó incontables veces a su celular pero jamás respondió teniendo que detener su pequeña búsqueda debido a un problema en la empresa familiar que requería de su presencia.

Las horas que pasó en su oficina no dejó de enviar mensajes y marcar por si su omega respondía pero ya que continuaba desaparecido decidió ir al único lugar en dónde creía podía estar.

—Claro, ella te guiará —indicó al momento de señalar con su mano a la empleada. Subió una amplia escalera para después atravesar un largo pasillo hasta quedar frente a una de las habitaciones del lugar.

—Aquí es joven Yoongi —dijo señalando con su mano la puerta blanca de madera—. Si desea algo no dude en avisarnos —ofreció despidiéndose con una leve reverencia.

El aroma de Jimin no parecía ser tan embriagante como comúnmente era ya que no lo percibía con la misma intensidad a pesar de estar a unos pocos metros de distancia. Al abrir la puerta encontró un pequeño bulto oculto entre las gruesas sábanas, unas pequeñas manos se hicieron presentes dejando al descubierto una parte de aquel hermoso rostro que deseaba ver con tanta urgencia.

Anti-Romantic [By Ania]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora