¡! nuevos planes

830 117 12
                                    

La clase 3-A era un caos. Desde un Denki arriba de las mesas cantando, y dedicándole eléctric love a Jirou, un Mineta viendo por debajo de la falda de Yaoyorozu, un Iida regañando a todo el curso, una pelinegra ya anteriormente mencionada dándole tremendo puñetazo al enano de la clase, y Tsuyu por que le dio la gana, le pegó igual. Kirishima apoyaba el cántico, pero el de él iba dirigido a la chica de cabellos rosados, Mina. Y mientras una de las chicas estaba avergonzada, otra le gritaba a su novio a que le cante más fuerte para demostrarle su amor.

No hacía falta de decirle que la última chica era Ashido Mina. Ella era conocida por siempre tener una actitud alegre y carismática, llegó a reconocerse más cuando se supo que era la novia del capitán del equipo de básquetbol. Aunque aquello ella lo tomó como un cero a la izquierda. Le importaba un chicle pisado y escupido la popularidad. Su curso la admira por eso, incluido nuestro protagonista.

Todoroki Shouto siempre le tuvo un gran aprecio y respeto a aquella relación. Y por alguna parte, sentía envidia. Envidia por que su exnovia no le importo joder su relación por unos piropos. Envidia por que Kirishima si pudo tener a alguien que no le importaba la clase social. Envidia por que no ser como el.

A veces llego a pensar que fue por su culpa que su relación se fue al caño. Por su falta de tacto. Aunque de eso último lo está dudando, por que, por decirlo así, perdió muchas cosas con ella. Y entre ellas está que se enamoró por primera vez, su primer beso no fue. Pero si su primera vez que intimó con alguien.

Lo recuerda, no fue su habitación, ni casa. Por que a pesar de que Kiyomi era su novia en ese entonces, nunca la presento con sus padres. Por alguna razón, sentía que ninguno de los dos estaban listos. Iban a cumplir cinco meses, pero Shouto sentía que todavía él no estaba preparado para eso. Si, estaba enamorado. Pero no sentía aquella emoción que había oído de cuando quieras presentar a tu pareja.

Ella le pidió, varias veces, que fuera con su familia. Pero se negaba, sabía que si él se presentaba con los Yaoyorozu, él tenía que presentarla y además de que su padre y el padre de ésta eran amigos, obvio iba a saberse.

Agradeció mentalmente a Momo por no decir nada de esto a su familia.

Su primera vez fue en una fiesta que Kaminari junto a Sero organizaron. Y aunque él no lo habría deseado así, pues la cosa se dio y ya. ¿Que iba hacer? Por que dejarla no era una opción ya que sería algo estupido. Pero en el fondo, se sintió mal por no poder entregarse en un lugar lindo, y no tener solo sexo, si no, hacer el amor.

Todo era irónico, ya que desde lejos se notaba que Shouto era un chico frío y sin sentimientos. Pero era todo lo contrario. Él era un chico cariño y muy romántico cuando quería. Además, tenía un un lado tan tierno y inocente que nadie llegó a conocer. Ni siquiera Kiyomi.

Y dudaba que alguien le viera comer galletas de forma de dinosaurio mientras veía partidos en televisión sobre su jugador favorito, y de quien se inspiró. Tampoco que supieran que no le gustaban los panes con bordes, o que le gustaban los besos en la nariz, tanto darlos como recibirlos. Lastima que ella no noto nada de esto.

Solo vio a su pareja, el más popular del bachillerato y a quien debía aprovechar para conseguir su objetivo.

Suspiró. Cada que veía a Kirishima y Ashido siempre se acordaba de algo parecido y por la mierda comenzaba a hartarse.

Un grito le hizo alzar la cabeza confundido.

—¡BESO, BESO!

No pudo evitar reír levemente, mientras veía a Momo y Tenya ser interceptados por sus compañeros para que por fin, se dieran el beso que tanto todos esperaban. Y que es Yaoyorozu y Iida era otra pareja más de la clase, solo que no se notaba por que ésta prefería hacer las cosas en privado. Como debía ser realmente.

El número 61 | TodoBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora