Hace algún tiempo USA y URSS pasaron una noche juntos, años más tarde se vuelven a encontrar, solo que el estadounidense no está solo, sino que una pequeña personita lo acompaña, una pequeña personita muy parecida a cierto soviético.
Historia corta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ninguno hablaba. El único sonido emitido era de los autos pasando a la lejanía. URSS estaba sentado en una banca afuera de las ventanas del balcón mientras el rubio se recargaba en el barandal, dándole la espalda.
Habían tenido una breve discusión afuera de la habitación de Jun, pero con los lloriqueos del niño se dieron cuenta que lo despertaron, así que después de volverlo a dormir, USA accedió a salir a hablar con el soviético.
― ¿Es mío?― URSS se animó a preguntar después de varios minutos. Tenía la cabeza inclinada hacia el suelo y los brazos entre las piernas, trataba de no ver al mayor.
El americano guardó silencio.
― América.
― Es obvio ¿no?― se giró. ― Es idéntico a ti.
URSS se puso de pie y se colocó a un lado de su ex.
― ¿Cuándo...?
― No lo sé...― hizo su cabello hacia atrás―. Cuando me enteré tenía dos meses...justo el tiempo que llevábamos separados.
― No sabes cuanto lo lamento.
― Eso no sirve ahora, me dejaste por hacerle caso a un gobierno que ya ni siquiera era tuyo.
― No fue mi-
― No me interesa. ― USA lo miró―. No te voy a dar a mi hijo.
URSS frunció el ceño.
― No te lo voy a quitar. ―Lo enfrentó―. Quiero ser parte de su vida.
El mayor rio.
― ¿Ser parte de su vida? ― picó su pecho―. Te fuiste y terminaste conmigo en el primer momento en que alguien te lo ordenó ¿ahora qué? ¿vas a luchar por estar con él? ¿qué cambió?
― Es mi hijo.
No iba a admitirlo, pero le dolió eso.
― Tienes más hijos, URSS. No me-
― No son mis hijos biológicos. ― Interrumpió―. No son mis hijos biológicos, y por ende no tienen al que yo quiero que sea el padre de mis hijos.
Lo tomó por la cintura y su barbilla, obligándolo a encararlo.
― ¿En serio no lo recuerdas?
"Mientras afuera su gente se preocupaba por planificar una guerra que poco le importaba al soviético, éste tenía entre sus brazos a un estadounidense perdido en el placer que le era otorgado con embestidas fuertes y certeras.
Llevaban la mitad de la noche así, tratando de desquitar las ganas que tenían después de meses sin haberse visto a causa de sus políticos que los ocupaban a su lado.
El cuerpo del rubio estaba lleno de marcas hechas por el menor, mientras que éste tenía su espalda llena de rasguños y el cuello de mordidas.
