Capítulo 6

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Jun no dejaba de ver con fascinación y curiosidad al resto de los hijos de URSS

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Jun no dejaba de ver con fascinación y curiosidad al resto de los hijos de URSS. Eran muy altos a su parecer. Todos tenían sus miradas en él, como si trataran de averiguar si era alguna clase de broma, pero volteaban a URSS y éste parecía ir en serio.

Ucrania admitía que le encantaba su nuevo hermanito.

Las reacciones después de la primera impresión fueron relativamente buenas, incluso bromearon con que el niño era el regalo de cumpleaños adelantado de URSS.

Incluso Rusia, que parecía repeler al niño con su sola presencia, terminó siendo uno con los que más hablaba.

En su mente, USA imaginó que todo iba a terminar con los quince luchando por el niño. Del que más llegó a temer fue el propio ruso, agradecía que por lo menos su ex pareja lo mantuvo a raya en un inicio.

― Rusia se estaba besando con Ucrania en la cocina. ―Le informó avergonzado el menor mientras se acomodaba en la cama para dormir. Había sido un día largo y Jun necesitaba descansar ―. ¿Son novios, papi?

Bueno, eso era una sorpresa. Siempre creyó que Rusia terminaría siendo pareja de Alemania o China. ¿URSS lo sabría?

― No lo sé, cariño.― Acomodó la cobija y cubrió su pequeño cuerpo con ella―. Quizá después lo sepamos. ¿Cómo lo descubriste?

― Ucrania fue a traerme juguito y se tardó.

― ¿Lo fuiste a buscar?― USA rio y acomodó su cabello―. No lo vuelvas a hacer ¿si?, hay que respetar su privacidad.

― Si, papi.

― Descansa, Jun.― Besó su frente y encendió la lamparita de nube que habían llevado.

― Tu también.

Le regaló una última sonrisa y luego salió de ahí para buscar su propia habitación. Según URSS, estaba hasta el fondo del pasillo. Caminó hasta la puerta e intentó abrirla, pero se vio interrumpido por la voz del soviético.

― ¿Ya se durmió?

Soltó un respingo ante su repentina aparición. ¿Qué tenía URSS con aparecer de repente?

― Si― prefirió omitir lo que el niño le había contado. No era algo que le correspondería a él.

― Quiero hablar contigo.

― ¿De nuevo?― sobó su frente con pesar―. URSS, ya hablamos sobre Jun y-

― Lo sé, lo sé y sé que no resultó bien anoche, pero necesito hablar sobre nosotros.

― ¿Nosotros?― frunció el ceño―. No hay un nosotros.

― Ame...―sujetó sus mejillas―. Sé que lo arruiné, pero te amo aún.

― ¿Y qué cambió ahora?―preguntó―. ¿Es por Jun? ¿Sólo quieres estar conmigo por él?

― No...―acarició sus pómulos―. Vine con Rusia por ti, enterarme de Jun fue algo que jamás vi venir.

«Maldición, voy a arrepentirme después»

USA tomó por el cuello el menor y lo acercó hasta su rostro para besarlo. URSS pareció sorprendido al inicio, pero no tardó mucho en corresponder.

Bajó las manos hasta su cintura y la acarició levemente.

Ambos se separaron un momento para mirarse antes de fundirse en otro beso más tosco. Sus dientes chocaron y las lenguas lucharon por el control de la otra. Ambos sabían a donde se dirigían ¿cuánto tiempo pasó desde que tuvieron sexo por última vez?

USA pasó una noche con Filipinas meses después el nacimiento de Jun, a diferencia del soviético que no volvió a estar con nadie

URSS abrió la puerta detrás de ellos y empujó al más bajo dentro. Lo cargó por las piernas, enredándolas en su cadera y se acostó en la cama arriba de él. Comenzaron a soltar bajos jadeos cuando el pelinegro comenzó un lento vaivén.

USA empujó un poco al mayor para poder desabrocharle el pantalón. El menor lo sujetó por la cintura y le dio la vuelta, quedando boca abajo. Terminó de quitar su cinturón y sacó su pene, apenas bajando un poco su ropa. Se presionó contra el trasero del rubio y ambos soltaron una risa. ¿Qué estaban haciendo?

― Hazlo de una vez. ―Pidió el americano.

― ¿Estás seguro?― URSS alcanzó una almohada cuando el otro asintió y la colocó debajo de su cadera.

― Si no lo haces de una vez te sacaré de la habitación.

USA aflojó su pantalón como pudo y con ayuda del menor lo bajó un poco, lo suficiente como para...

― Oh, Dios.―USA mordió una almohada cuando sintió el miembro dentro de sí.

No podía quejarse, él había pedido que fuese rápido.

― Mierda, muévete ya.

El de ojos verdes encaró una ceja pero accedió. Puso sus manos a cada lado del mayor y comenzó a moverse.

El cuarto pronto se llenó de jadeos bajos y gruñidos. USA mordió su mano cuando una fuerte embestida casi lo hace soltar un fuerte gemido.

URSS comenzó a hacer más lentos sus movimientos. Lentos pero terriblemente placenteros para la mano de USA que ahora estaba llena de mordidas que la almohada no aguantó.

El cojín debajo de su cadera fue retirado para poder recostarlo por completo sobre la cama que empezó a mancharse del líquido preseminal que traspasó la ropa.

El menor se acomodó por completo encima de él e hizo sus embestidas más fuertes. Alcanzó la boca del otro y metió dos de sus dedos dentro. USA los mordió con fuerza cuando una corriente eléctrica lo traspasó, dándole el orgasmo que hacía tiempo no tenía por otra persona.

URSS soltó un gimió por lo bajo cuando las paredes del rubio lo apretaron de una manera que fue difícil no terminar por correrse en su interior.

Se recostó un momento por completo antes de ponerse de rodillas para retirar su pene de la cavidad del otro. Se sintió culpable cuando notó rastros de sangre. Intentó preguntarle si estaba bien, pero al parecer estaba muy cansado y se negó a decir algo. 

 

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