|| Endless Night ||

Capítulo 5

Jun Aleksey Davis mentiría si decía que no estaba emocionado por conocer a su otro padre.

Quería estar cerca de él y abrazarlo hasta que tuviesen que arrancarlo de sus brazos. Pero le daba vergüenza hacerlo, y al parecer su papi no se llevaba tan bien con el otro. Era una lástima eso, pues quería pasar tiempo con ambos y llegar a conocerse.

Su tio Canadá ya casi nunca los visitaba.

Frunció el ceño ¿Por qué su papá se estaba yendo con el otro tipo? ¿Por qué su papi no hacía nada para detenerlos?

― Papi, papi― sujetó la sudadera del mayor tratando de llamar su atención, pero éste estaba muy ocupado atendiendo al ruso y unos detalles finales con respecto a la reunión.

Se sentó sobre el sofá al ver al soviético tomar su abrigo y colocarse los zapatos antes de regalarle una sonrisa y salir de la casa. El pequeño bajó la mirada y movió sus piecitos lado a lado, aguantando las ganas de llorar al verlos subir al auto y marcharse.

USA volvió a su lado y frunció el ceño al verlo con un puchero y unas claras ganas de llorar.

― ¿Junnie?

Jun era un niño muy propenso a llorar, pero que lo hiciera sin razón aparente fue lo que sorprendió a su progenitor. ¿Se había golpeado?

― ¿Qué sucede, sweetie?

Su boquita tembló y negó.

― ¿Es por URSS?

― ¿Dejaste que se fuera?―cuestionó en voz baja.

― Cariño...

― Es que...―talló sus ojitos, buscando quitar las lágrimas―...yo quería hablarle pero me dio pena.

― ¿Se fue por qué no le caí bien?

Y ahora venía la culpa. ¿Acababa de hacer llorar a su hijo por que su padre se fue y en parte era culpa suya?

Maldición.

― No tienes nada que ver en esto, Jun. Estoy seguro que le agradas mucho.

― Pero...yo quería pasar más tiempo con él.

Esto era nuevo ¿Debería llamar a URSS?

Tomó su celular rápidamente al ver al menor comenzar a soltar lágrimas y marcó al soviético.

― ¿Pasó algo?― respondió rápidamente―. ¿América?

― Iré y llevaré a Jun.

URSS rio.

― Le diré a Rusia que los espere.

Estando ya en el avión privado del ruso, USA pudo darse cuenta de algo: Jun no quería despegarse de URSS. ¿Dónde había quedado su timidez?

Se sentía estafado.

Cerró los ojos mientras en el fondo su hijo platicaba con el soviético. De pronto, a su mente vino el recuerdo del nacimiento de Jun. Había sido difícil cuidar un bebé él solo, más si tenían en cuenta que además ayudaba a guiar un país.

Fue en ese tiempo en el que más odió a URSS por dejarlo.

Canadá lo ayudó un poco, y fue imposible que México no se enterara después de faltar a tantas reuniones con ONU.

Miró de reojo a su ex pareja y rio. Tal vez le mintió al decirle que sólo su familia y su mejor amigo lo sabían, cuando en realidad casi todo el continente lo hacía.

Su padre solía decir que un era el niño mimado de América.

Frunció el ceño al darse cuenta de algo: era probable que Netherlands supiera de Jun ya que era novio de Jamaica. Y si eso era cierto, media Europa igual debía saberlo. Netherlands no era conocido por ser la persona más discreta.

¿Cómo es que URSS no lo llegó a saber antes?

Cuando volvió a abrir los ojos, ya estaba en el auto de Rusia para llegar a su casa.

Se sentó de pronto ante eso... ¿en qué momento?

Se giró levemente solo para ver a URSS y Jun jugando un juego de manos y a Rusia dormido en la parte delantera mientras el chofer conducía.

― Te quedaste dormido y te cargué hasta el auto. Llegaremos en una hora. ―El soviético le informó sin dejar de restarle atención al n iño en sus piernas.

― Señor URSS― el chofer habló―. El joven Rusia me informó que sus demás hermanos estarían en la casa para celebrar su cumpleaños.

USA sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo.