Aquella promesa [SangWoo + GiHun]

capítulo 8

—Yaaaa, no hagas el cuento largo, sonrisitas tontas.— Jiyeong se acercó a Gihun dando brinquitos frente a él. El chico la miró confundido mientras se detenía en el pasillo, ¿sonrisitas tontas?

—¿Cómo me llamaste?— Abrió los ojos mientras su amiga se detenía en seco, pero lo observaba con una sonrisa de oreja a oreja.

—Sonrisitas tontas.

Gihun no pudo ocultar su risa. Y a decir verdad, el apodo puesto por la bajita le quedaba como anillo al dedo. —¿Quieres que te responda de la misma forma? Porque tienes mucha tela de dónde cortar, Ji.

—Uhm, ¿qué tal si mejor no?

Saebyeok se acercó a ellos con pasos largos y luego guardaba sus manos en la sudadera de su uniforme. Una ligera sonrisa también se formó en sus labios. —Pero ya, Gi. Cuéntanos, ¿qué te tiene sonriéndole a la pared?

—¿Sonriéndole a la pared?— Preguntó confundido, realmente confundido. No tenía idea de que había estado sonriendo. ¿Estaba sonriendo? ¿Y por qué no lo sabía? ¿En qué momento sucedía? De repente sentía que nada tenía sentido pero al mismo tiempo, ¿encajaba de alguna forma? Al final del día, ¿quién era Gihun sino el chico más sonriente de todo el pueblo que irradiaba felicidad con su simple sonrisa? 

Pero él no sabía eso.

—No puede ser que seas el único que no se da cuenta, Seong Gihun— Saebyeok regañó y Gihun no pudo detenerse cuando su mente comenzó a dar vueltas. ¿Qué le sucedía? —. Literalmente empezaste a sonreír de un día para otro. Aún cuando ese día tenías un golpe en la cara.

Y entonces, algo hizo click en el cerebro de Gihun. Era cierto. Se había sentido mejor desde que Sangwoo le había hablado, y eso podría explicar porque sonreía naturalmente a todo a su alrededor. Aunque su amistad no fuera tan cercana como antes, al menos habían interactuado un poco y con eso Gihun sentía que nada estaba mal.

Para ser tan noble, poco entendía él.

—Oye, es cierto. No nos dijiste qué te sucedió en la cara— Por un momento el mundo se detuvo para Gihun. Aquello resonó en su mente y borró su sonrisa. No quería dar explicaciones aún. No aún, ni antes y probablemente nunca. Fue entonces que un empujoncito de Jiyeong en su hombro lo trajo de vuelta a la tierra. —. Ahora tienes muchas cosas que contarnos, Gi.— Y le dedicó una mirada tierna. Gihun ahora se sintió culpable. Por todo. Por no haberles dicho antes que sucedió. Por no querer hacerlo. Por haberlas preocupado. Y nuevamente, por todo.

—Ehhh...

—¿Todo bien?— Preguntó Saebyeok. Gihun, en cambio, se preguntaba internamente si su moretón había sido tan notorio, pero recordó que al final se había cansado y dejó de esconderse. Agradecía que las chicas fingieron no notarlo -ahora sabía que actuaban bien- y no cuestionaron nada en ese momento.

Y solo pudo susurrar. —Ah, sí.— Mentiroso, se dijo su consciencia, inútil, mentiroso. Al fin había dejado de sonreír involuntariamente. La pesadez sobre su espalda regresó. El dolor de sus hombros hizo acto de presencia y se sintió más desagradable que nunca. Quería irse a casa ya. Y al mismo tiempo, no quería llegar jamás.

—¿Entonces?— Jiyeong preguntó, y su emoción anterior se desvaneció un poco. ¡No, no te desanimes por mí!, un pinchazo en el pobre corazón de Gihun hizo que encontrara fuerzas y tomó aire hasta donde sus pulmones le dieron permiso.

—Uh— Se pasó una mano por su cabello y la dejó un rato tras su nuca, casi acariciando su cuello. —, Sangwoo me habló.

—¿¡Qué!?— Ambas chicas preguntaron y una clara emoción brilló en las miradas de las dos. Gihun incluso tuvo que retroceder un paso de la impresión. No pensó nada, pero tampoco era como que tuviera o quisiera ocultar aquello que le ponía feliz desde hace una semana.