capítulo 11

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Sangwoo, el chico más aplicado de la escuela y el mejor estudiante de su generación, el más disciplinado y correcto de todos, el que siempre tenía buenas notas y destacaba por su actitud de liderazgo, finalmente no sabía que hacer. Ya había arruinado todo dos veces, y no quería volver a hacerlo. Se había decidido hace tiempo a lograr su objetivo, y equivocarse dos veces -una en el pasado y otra hace unos días- no iba a detenerlo. Porque si había algo que era, definitivamente era decidido. Pero también era un cobarde.

Su quijada hacia tanta fuerza que la mandíbula le dolía de puro coraje. Sentía demasiado dolor cada vez que intentaba acercarse a su hyung. Probablemente no elegía los momentos más adecuados, pero eso era algo que no sabía.

Intentó acercarse a Gihun antes de que salieran al receso, pero no lo alcanzó. Intentó acercarse en la clase de historia, pero el profesor y su aburrida clase lo hicieron quedarse pegado a su silla. Tuvo intensiones de hablarle en la clase de inglés, pero cuando tuvieron que trabajar en equipos, Saebyeok y Jiyeong lo abordaron rápidamente y no quiso acercarse a ellas. Cuando caminaban por los pasillos, Gihun andaba a pasos acelerados. Y luego, a la hora de la salida, parecía que su hyung quería quedarse hasta el final para salir y si él también se quedaba, seguro iba a huir -tal y como parecía que llevaba haciéndolo todo el día.

Sangwoo suspiró y, antes de ir a la salida, pasó a los baños a lavarse las manos por lo nervioso que estaba. Nervioso por algo que huía de él todo el jodido día. Un escalofrío recorrió su espalda al recordar lo que había sucedido allí hace apenas unos días. La preparatoria era una tortura y solo habían pasado unos meses.

Sin embargo, cuando finalmente salió de los baños y se aproximó a la salida, lo vió. Y algo dentro de él le dijo que esa sería su oportunidad.

•●•

Cuando Gihun salió de la escuela, las gotas de la lluvia comenzaban a caer y el cielo no mostraba ni una sola parte azul. No fue hasta ese momento en que se dió cuenta de que no llevaba consigo un paraguas. Y, aunque se maldijo por dentro, decidió seguir adelante con su racha de mala suerte y llegar lo antes posible a casa y evitar el aguacero que se avecinaba prontamente.

Aún tenía muchas cosas que terminar, tareas que realizar y temas que repasar para los próximos exámenes. Y la verdad era que prefería hacer todo aquello y no estar pensando constantemente en cosas que no le hacían ni un bien.

—¡Gihun!

Y esa voz -que comenzaba a causarle escalofríos sin entender el motivo- lo detuvo en seco. No supo cómo sentirse en ese momento.

Vete.

Se dió la vuelta despacio para ver al chico que se dirigía hacia su dirección con su paraguas abierto. —... Sangwoo-ah...

Un pequeño silencio se formó, y Sangwoo tuvo que buscar fuerzas de algún lugar para mantenerse de pie. Gihun lo notó, aquella expresión de inseguridad en el rostro de su amigo nunca la había visto. Era impresionante.

Sangwoo tomó aire y confesó. —He estado intentando hablarte todo el día. ¿Estás evitándome?

—¿Evitándote? Claro que no.— Mintió. En realidad, no tenía idea de que Sangwoo había estado buscándolo por algún motivo, pero después de haber decidido dejar las cosas por la paz, quizás si lo estaba evitando de alguna forma.

—¿Por qué te alejas cada vez que me acerco a ti?

—...— Y aunque Gihun estaba confundido por lo que el otro decía, de alguna manera le molestaba.

—¿Hyung?

Déjame solo.

—Espero que esa pregunta no sea en serio.— Una sonrisa irónica se formó en su rostro, y el tono de molestia comenzaba a notarse cada vez un poco más.

Aquella promesa [SangWoo + GiHun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora