🄿🄰🅁🅃🄴 7. 🄻🅄🅉.

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Abrí los ojos y estaba en un cuarto vacío y blanco. No recordaba que hacía aquí, ni desde cuando estaba, ni quien era. Estaba perdida. No era nadie. Y de repente, todo se apagó y sólo una luz apareció a lo lejos del lugar, como un camino que tenía que seguir, pero tenía miedo de ir.

No sabía nada ni estaba segura de lo que hacía, excepto que, no debía de ir hacia esa luz. Por nada del mundo lo haría.

—Lovelle... —alguien llamó, y creí que yo era esa chica a la que llamaba—. Ven.

No tenía que ir.

A pesar de que esa voz detonaba poder, yo no creía correcto seguirla. Tenía miedo de hacerlo, pues yo no quería ir a esa luz. Tenía miedo de esa luz.

—Es tu momento, Lovelle —dijo con voz grave, mientras yo daba la vuelta y comenzaba a correr, tratando de adentrarme a la oscuridad, dejando atrás esa luz. Pero la luz me jalaba hacia ella. Desesperándome.

—¡No, no, no! —grité, aun corriendo. Queriendo llorar, pero sin poder hacerlo. Era un asco—. ¡Por favor! ¡No! ¡Aún tengo mucho que vivir! —rogué aun intentando mantener distancia, aun queriendo huir de la voz y de la luz. Pero, por más que intentaba, no corrí nada, ni me cansaba, ni lloraba. No había nada. Y me tiré al suelo, y me hice bolita, abrazándome, tratando de conseguir algo con eso, pero no sentí nada aún.

—Lovelle Madden, tu tiempo se acabó.

Aquella voz habló, pero no provocó nada en mí.

—¡No!

—Lovelle...

Cerré los ojos y tapé mis oídos, apreté más las piernas hacia mi pecho. Y traté de poner mi mente en blanco.

No podía irme aún.

¡Mierda, Lovelle, no debes dejarte!

—Lovelle... tu... tiempo... se... terminó...

Y ante aquellas palabras que se dijeron tan lentamente, pensé en una criatura pequeña y frágil... un bebé. Yo siento un bebé, siendo protegido y cuidado por alguien grande, disfrutando de las pequeñas cosas, y me mantuve ahí.

En el purgatorio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

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