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Sentía frío y tenía miedo. No sabía lo que había ocurrido. Me sentía en un plano irreal, en dónde no podía sentir ni tocar nada, en dónde nada importaba y todo estaba tan lejos de mí.

Anteriormente se me había subido el muerto, y me había sentido de esta manera. Hundida y sola, desesperada por hablar y moverme, pero incapaz de hacer algo así. Atrapada en un lugar sin salida, sin que nadie me escuche, mientras observaba cosas raras a mi alrededor.

Algo así estaba viviendo, pero sin las alucinaciones.

Sólo estaba yo en un cuarto blanco, oyendo a mi familia hacer actividades en mi hogar. Pero no miraba mi casa ni estaba ahí.

De repente, como una revelación, una luz apareció y comencé a dirigirme a aquella luz con desesperación, sin embargo, no lograba llegar a ella, aunque si podía contemplar que en esa luz había una cama; era mi cama y en ella estaba mi cuerpo inerte, pero no podía llegar a él, pues había algo que me estiraba hacia otro lado, había algo que no me dejaba llegar, algo que me atrasaba...

Mis pasos eran inútiles cuando comencé a flotar sin sentido, retrocediendo y diciendo adiós a mi cuerpo, mientras el cuarto blanco se transformaba en varios proyectores gigantes que demostraban momentos de mi vida muy diferentes entre sí.

Tanto en mi lado derecho e izquierdo, como hacía arriba y abajo, había cientos de proyectores que reproducían mi vida. Podía verme practicando ballet cuando era niña, cuando hice taekwondo, cuando gané una medalla por ser la más inteligente de mi generación estudiantil, cuando me caí de un árbol, cuando unos niños no quisieron jugar conmigo en el parque, cuando un muchacho me dejó plantada en ese mismo parque, cuando cumplió años mi prima, cuando murió mi tortuga, cuando nació mi hermanito menor, cuando me perdí en unas grutas, cuando escalé un cerro, cuando lloraba por los truenos.

Toda mi vida estaba ahí.

Inclusive había momentos que ni recordaba yo haber vivido, que creí perdidos en mi memoria, pero mientras se reproducía todo esto, a la vez me dolía la cabeza. Oía un zumbido y flotaba apartándome de la cama, y entre más me apartaba, se iban destruyendo los recuerdos que había visto y mi cabeza dolía cada vez más.

Me sentía perdida, desvanecida y sin sentido.

Ante la desesperación, comencé a enumerar los recuerdos que acababa de ver, pero cuando intentaba recordar, ya no estaban. Ya no podía recordar.

Soy Lovelle Madden, tengo...

Vivo...

Mi mamá es...

¿Tengo mamá?

Mi mente me fallaba. Era como si esta también se perdiera y desapareciera; ya no tenía mente. Y eso fue el comienzo de todo.

En el purgatorio, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

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