El viaje devuelta a casa

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"¿Esto es una broma?" Preguntó Yuta, eran al rededor de las tres de la tarde cuando vio a Taeyong frente a su auto con un niño dormido en brazos, no hubiera sido gran cosa, él había llevado su chico exreo, Taeil cuatro adolescentes con tendencias poliamorosas, Johnny un indocumentado, los últimos dos hicieron llegar cuatro niños con potenciales trastornos mentales.

Pero Taeyong les ganó definitivamente.

Tres niños, un bebé, lo que parecía ser un adolescente muy enojado y un payaso.

Debía ponerse en marcha y buscar más presos.

"¿Sabes qué? Es retórico, no contestes." Miró a los nuevos niños y les sonrió. "¿Cómo están niños? Soy Yuta y seré su chófer hasta casa." Quitó el seguro de su auto asustando a los pequeños por el sonido sorpresivo, los infantes miraron fascinados, el payaso frunció un poco el entrecejo.

"Niños, pueden subir y acomodarse, tendrán que ir las piernas de sus hyungs, por ahora." Taeyong abrazaba al pequeño dormido contra su cuerpo, dandole calor y obteniendolo de vuelta, se sentía cálido.

Kun obligó a Lucas y Yangyang ir de un lado, el duo dinamita, a.k.a Kunhang y Dejun peleaban por quien se sentaba sobre quien, el payaso los ignoró y miró al pelirrojo que estaba abriendo la puerta del copiloto con dificultad.

"¿Me puede dar a Lele?" Pidió con suavidad, el adulto lo miró como pudo.

"No es necesario, puedo con él, así tienes más comodidad y puedes hacerte cargo de los niños." Sonrió mientras entraba con cuidado al automóvil.

Kun tragó saliva y se subió con rapidez, su pecho se apretó cuando vió como el Chenle se acurrucaba sobre el pecho de Taeyong en busca de calor y el adulto lo acunaba contra él con intenciones de protegerlo. Aún así se sintió un poquito aliviado, pues sabía que el mayor cuidaría de su pequeño y el podría controlar a los torbellinos que eran Kunhang y Dejun.

El viaje fue callado, Taeyong frotaba la espalda del chino menor intentando darle calor, Yuta iba concentrado en el camino y en como conseguir niños nuevos. En la parte de atrás los chicos miraban fascinados la entrada del barrio, y aún más cuando el japonés estacionó frente a la casa más grande de la cuadra.

Bajaron con cuidado, y el peligris se apresuró a abrir la puerta para que su amigo entrara con la carga y los demás lo siguieran.

"Bienvenidos a casa." La voz de Johnny los recibió, el hombre de traje salía del despacho con cuidado. Pensó que sólo sus amigos venían así que su cara se deformó al ver a Tae con el niño en brazos, y otros tres niños detrás de un adolescente y un payaso. Suspiró. "¿El payaso es una etapa o debo buscar un psicólogo?" Yuta bufó acercándose a la puerta por donde salió el mayor.

"Estaba trabajando para alimentar a sus hermanitos, viven en la calle." Sonrió sabiendo que Johnny se sentiría incómodo. "Mientras tu te disculpas, iré a dormir una siesta." Y entró sin cuidado.

"Yo... Lamento lo que dije." Expresó muy incómodo. Tae seguía en medio del recibidor con todos los niños y mirándolo muy mal.

"Quiero seis fichas más, iré a instalarlos y bajaré para completarlas. Tu buscarás a los niños de la escuela hoy." Ordenó Taeyong con firmeza, Johnny tragó saliva y asintió con la cabeza. "Por aquí niños, les mostraré su alcoba." Comenzaron a subir las escaleras con lentitud, observando la gran casa con miedo a romper algo costoso con el simple hecho de respirar. Entraron por un pasillo extenso, pintado de verde manzana, las puertas tenían diferentes colores y tenían algunas decoraciones llamativas. El mayor paró frente a una puerta blanca y la abrió revelando una habitación espaciosa con dos camas individuales y una litera, se hizo a un lado para dejarlos entrar.

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