VI

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Toda la historia será narrada por la escritora.

Kim Garfield se deslizó en la cama a altas horas de la noche, ya pasadas las tres. Un profundo suspiro escapó de sus labios, lleno de un orgullo que apenas podía disimular. Se decía a sí mismo que todo esto lo hacía por él y por su prometido, Lee Felix. Sin embargo, la duda comenzó a asomarse en su mente, cuestionando la sinceridad de esa afirmación.

'Lo hago por mí y para mí. Lee Felix es sólo un adorno que evita que mi vida parezca vacía', reflexionó mientras se daba vuelta, el vacío del otro lado de la cama lo miraba con desprecio. Su mente viajó hacia la reciente discusión que habían tenido por teléfono, un eco de voces elevadas y sentimientos heridos. Garfield odiaba el adulterio, no soportaba la idea de que la gente pudiera sospechar que Felix y Seo ChangBin escondían algo detrás de sus interacciones. Recuerdos de la fiesta, del café que compartieron, y del evento benéfico lo atormentaban. 'No, él no me engaña. Estoy seguro de eso. Felix es demasiado interesado como para cambiarme por un empresario... A pesar de que ese tipo es rico, exitoso y tiene más años de experiencia en esto', se dijo, tratando de convencerse.

Con un gesto de frustración, enderezó su cuerpo, encendió la luz de la mesita de noche y tomó el teléfono, esperando que Felix respondiera, pero como era de esperar, no hubo contestación.

Desconcertado, se levantó y fue a buscar sus pastillas para dormir. Se las tragó con un trago de agua, dejando que la sensación de calma comenzara a envolverlo mientras regresaba a la cama. Decidido a tomar el control de la situación, envió un mensaje a Alice y otro a Lee JiHoon, su mente ya en la planificación.

Kim Garfield a Alice:
En cuanto Felix llegue de ese estúpido evento, quiero que empieces a hacerle preguntas sobre cómo serán nuestros trajes.

Kim Garfield a Lee JiHoon:
Pon una fecha para la sesión de fotos mía y de Felix.

Con el último mensaje enviado, la somnolencia lo atrapó, y se dejó llevar por los efectos de las pastillas, una dependencia que había aprendido a aceptar. La mañana siguiente, al despertar, encontró que sus mensajes habían sido respondidos.

Kim Alice:
Llega mañana las 18:00. Haré las preguntas, pero quiero dejarlo descansar.

Lee JiHoon:
Lo siento, pero debo consultarlo con mi hermano primero. Necesito darle tiempo.

Frustrado, arrojó su teléfono lejos, el eco del golpe resonando en la habitación vacía. "No sirven para nada..." murmuró, sintiendo que la desconfianza y la soledad comenzaban a pesarle más que el cansancio. La imagen del lado vacío de la cama lo atormentaba, un recordatorio constante de lo que realmente anhelaba: una conexión genuina y la certeza de que Felix no era sólo un adorno en su vida, sino alguien que valía la pena.

》》》

Al día siguiente, el grupo se dirigió a la última escuela, y el ambiente en el auto de ChangBin era vibrante y divertido. Las risas y las bromas se entrelazaban con el sonido de las canciones que resonaban en la radio, mientras repasaban sumas y restas, convirtiendo el aprendizaje en un juego dinámico y ameno. La emoción de los niños era contagiosa, llenando el espacio con una energía que iluminaba incluso el día más nublado.

Al llegar, descendieron del vehículo, y, tomados de la mano, entraron al pueblo, que era considerablemente más grande que los anteriores. Las calles estaban adornadas con coloridos murales y el aroma de comida callejera llenaba el aire, haciendo que la experiencia fuera aún más vibrante. Repitieron actividades familiares, sumergiéndose en juegos y dinámicas, pero esta vez, Felix comenzó a sentir un ligero mareo. Quizás era el resultado de la intensidad del día anterior, o tal vez la combinación de la emoción y el sol inclemente.

The heart hurts [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora