Capítulo 13

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Cuando a primera hora de la mañana el sonido insistente de su teléfono sonando lo despertó primero que su hermana; supor que era algo realmente urgente. Contestó sin ver el contacto, solo queriendo saber qué era lo que no podía esperar más tarde.

-¿Hola?

-¡Louis! -la voz de Gemma sonó aliviada- Sé que aún no deberías venir ni mucho menos, pero por favor, estoy preocupada por Harry, ayer llegó en la noche y se bebió una botella grande de alcohol. No puedo abrir la puerta, mi mamá piensa que sigue dormido -parecía a punto de llorar. Louis frunció el ceño en preocupación.

-¿Llevas despierta toda la noche? Dios Gemma... estaré ahí en un rato, solo debo hacerle el desayuno a Lottie. No te preocupes, veré que puedo hacer.

-No tardes mucho, por favor, tengo miedo de que le haya pasado algo por beber tanto -sollozó, Louis brincó de la cama y se dirigió a su armario.

-Tranquila Gemms, de verdad, no le pasará nada. Igual... procura que Anne no se entere y si dice algo ya veremos.

-Gracias Louis -el castaño asintió sin que lo viera, ella cortó la llamada.

¿A donde iría el rizado que terminónpor hacer aquello? Tomó la primera camisa que se le puso en frente y lo mismo con los pantalones, luego de eso se dirigió a la cocina para hacer unas tostadas francesas junto a algo de café y leche para su hermana.

-Lou, ¿por qué estás haciendo desayuno tan temprano? Es viernes y recuerda que no voy a la escuela -Lottie apareció, subiéndose a un banco y recostado su cabeza en la mesa; Louis la miró un momento.

-Necesito arreglar algunas cosas en casa de Harry desde temprano, vamos a tener otro concierto y ya sabes lo mucho que me ocupo -en parte verdad y en parte porque estaba preocupado, cada que volteaba las tostadas le temblaban las manos y no sabía si era por la cantidad de cosas que pasaban por su cabeza o lo que le había contagiado Gemma sobre Harry, ¿realmente estuvo toda la noche sin abrirle la puerta? Cielos.

Terminó las primeras tostadas y las sirvió junto a un vaso de leche, colocó miel y un par de fresas enteras en el plato para después pasárselas a su hermana.

-Trata de terminar pronto Lott, aún debes cambiarte -sirvió su plato, comenzando a comerlo casi al instante.

-No me gusta que estés a prisa, casi no te veo -formó un puchero, picoteando su desayuno.

-¿Viste al rubio de ayer? -la miró, Lottie asintió- Él me ayudará esta vez y saldré más temprano, no te preocupes, solo que hoy si es necesario que esté temprano -extendió su mano para despeinar el cabello de la menor como era usual. Ella soltó una risita- ahora desayuna, tenemos que irnos.

Cuando ambos terminaron y los platos estuvieron lavados; Louis trató de llevar un caminar tranquilo para hacerle creer a su hermana que sólo debía ir por el asunto del trabajo, aunque si fuera solo seguro habría estado corriendo o tomado un taxi.
Al entrar a la casa encontró a una muy cansada Gemma esperándolo en el sofá: se dirigieron una mirada cómplice y ella se llevó a su hermana con los ojos suplicantes de que pudiera hacer algo por el propio.

Suspiró fuerte, tomándose un oír de segundos antes de dirigirse al pasillo donde conocía que se encontraba la habitación de Harry. El lugar en sí ya se sentía extraño, pero al entrar a ese pasillo todo se tornó aún más pesado, como si la tormenta ya estuviera por azotar las primeras aguas.
Se acercó a la puerta, elevando su mano para tocar aunque no hizo falta, puesto que un Harry que casi desconocía apareció en ella. Al verlo se recargó en el marco.

-Te llamó Gemma -fue lo primero que dijo, su voz sonaba ronca y su rostro definitivamente no tenía buen aspecto: los círculos negros zurcaban por debajo de sus ojos verdes ahora apagados; además de esos labios que parecían a partirse con cada respiración. Pasó saliva.

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