Superficial (+21) Libro I

La reina del inframundo

Capítulo 1

Me muevo por las calles de New York que por cierto es mi ciudad menos favorita de este país, se preguntaran ¿Por qué dices eso? Pues les doy mis razones.

La primera la cuidad es muy concurrida lo que conlleva a tener que interactuar con personas, creo que es suficiente explicación.

La segunda es muy sucia, las redes y la televisión te mienten, te muestran la parte limpia de New York, los parques los edificios, pero cuando sales de la ciudad un poco hay basura por doquier, algunos callejones huelen a orina, además de otros fluidos.

La tercera es que es muy ruidosa, odio el ruido y no hablo de música y esas cosas me refiero a ruidos de claxon, de gente peleando y gritando en las calles.

Eso es solo un resumen tengo una larga lista de críticas para la cuidad pero debo en enfocar mis pensamientos en lo que estoy a punto de hacer.

No puedo perder la concentración, estoy en una misión y aquí pensando es lo malo de la cuidad que eficiente. Acomodo la capucha de mi cazadora sin perder al objetivo de mi campo de visión, el avanza hasta un vecindario bastante silencioso, cualquiera creería que es un vecino normal y no una maldita rata asquerosa. Ingresa a una pequeña villa, me oculto entre los arbustos con cuidado que nadie me vea.

Espero que baje la guardia, lo dejo relajarse creyendo que es un día normal de su retorcida rutina, me adentro a la casa como si fuese la mía no me gusta dejar rastro de que estuve aquí así que con la llave que dupliqué hace unas horas...

El sujeto caminaba en dirección a una tienda dentro del supermercado lo había seguido ya varios días para conocer su rutina, camino junto a él y lo tropiezo "accidentalmente" logrando quitarle el llavero que cuelga de la pretina de su pantalón.

-Lo siento -el ni me determina y se aleja caminando rápido.

Se que a donde va demorará aproximadamente unos 30 minutos así que me muevo con rapidez a la salida marco en mi reloj un cronómetro para volver justo antes que se vaya. Me subo a mi BMW S 1000, si amo las motos.

Me coloco el casco antes de arrancar y me muevo con rapidez por las calles y estaciono fuera de un lugar de mala muerte, pero de confianza ya he hecho varios trabajos aquí en la ciudad así que ya me conocen.

-Necesito algo aquí -grito.

-Miren nada más quien se digna a parecer -dicen a mis espaldas.

-No tengo tiempo para tus pendejadas, necesito un duplicado de esta llave -le lanzo la llave y se pone a trabajar de inmediato.

-No crei volverte a ver por estos lugares luego de la última vez -alega.

-Yo tampoco creí volver aquí, no soy muy devota de tu ciudad pero al idiota que le encargaron a este sujeto lo mataron por idiota.

La última vez que pisé esta ciudad era en mis primeras misiones y ahí fue donde conocí a Kiddo el se encargaba se hacer todo lo ilegal que podrías llegar a imaginar pero era confiable. Ya sabes un criminal con honor.

-Aquí tienes linda y vuelve cuando puedas.

-Ojalá nunca.

Deje unos billetes en el mostrador, salí y revisando el tiempo que tenía.

8 minutos.

Ajusté todo y salí en dirección al centro comercial de nuevo, me muevo por las tiendas y... ¡si! Ahí está saliendo.

Me acerco con una cara de fingido alivio y mi respiración acelerada para que vea que tenía desesperación por encontralo.