𝖢𝗂𝗇𝖼𝗈

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Christopher caminaba a un lado de Erick, ambos en total silencio, no tenían nada que decir., para empezar, Christopher no sabía por qué había decidido seguirlo. Erick solo quería escapar y meterse en su cama a llorar de la vergüenza, mientras que Christopher no sabía cómo tratar la situación, ser alguien amable en momentos así no era su fuerte, con Richard y Zabdiel era totalmente diferente, podía ser directo, y por primera vez, temía arruinar las cosas con lo que podría decir.

-¿Te sientes mejor? -preguntó Christopher luego de un rato.

-¿Uh? Si, estoy mejor -le sonrió, un poco distante y distraído.

-¿Por qué dejas que te traten así?

Erick se detuvo y lo miró, recordando que tal vez había escuchado todo lo que le habían dicho, incluso lo de su madre, haciéndolo sentir triste. Muchas veces no es que solo se dejara, pero ¿qué podía hacer él? No le gustaba pelear, de todas formas no sabía cómo hacerlo.

-No es tan simple - respondió, viendo hacia otro lado - tampoco pasa tan seguido-mintió.

-Mjm-no le creyó en lo absoluto ¿Qué suele animarte?

-Estoy animado, de verdad-lo miró con seriedad, tratando de convencerlo.

-No te pregunté eso - con su dedo índice presionó la frente del menor, empujando su cabeza levemente hacia atrás.

Erick frunció levemente el ceño por tal acción, Christopher era muy extraño para él, siempre con su expresión seria, no entendía cómo alguien podía estar tanto tiempo sin sonreír o con tan mal humor.

-Normalmente me anima hornear galletas - dijo con timidez.

-No sé por qué no me sorprende - suspiró-Bien, vamos-tomó su pequeña mano y caminaron hacia la tienda de comestibles más cercana.

Christopher no era de hacer esas cosas, de hecho, nunca las hacía, pero las ganas de hacerlo sentir bien eran más grandes.

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Erick sintió cosquillas en su estómago cuando Christopher tomó su mano, estaba sorprendido y a la vez tan avergonzado, la sensación de su mano que era más grande sobre la suya que era más pequeña, le causaba sensaciones muy diferentes a las que solía sentir. Ni siquiera lo soltó mientras iban por los pasillos de la tienda de comestibles eligiendo los ingredientes para hornear, causando que un nudo de emociones se generaran dentro de él.

Cuando vio que la canasta estaba llena de cosas entró en pánico, no tenía dinero para pagar tantas cosas, estaba tan distraído en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando metieron tantas cosas.

-Christopher, no creo poder pagar todo eso - le dijo con un toque de vergüenza-No tenía planeado esto y no saqué tanto dinero.

-Lo pagaré yo-respondió simple y con voz neutra, dándole a entender que no iba a discutirlo.

Erick simplemente asintió, miró sus manos juntas y otra vez sus mejillas se sonrojaron, ¿las personas pensarían que son pareja o algo así? El mero pensamiento lo hizo soltar una pequeña sonrisa.

Caminaron otra vez en silencio con las compras, Erick sintió que pudo respirar con normalidad cuando tuvieron que soltarse las manos, pero quería que pasara de nuevo.

-¿Hacia dónde es tu casa?

-No falta mucho, yo te aviso.

Momentos después, por fin habían llegado, Erick no pudo evitar sentirse nervioso, solos sus amigos habían entrado a su hogar, ni siquiera amigos de su hermana llegaban.

Cookies «Chriserick» Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora