Soleil la chica desafortunada

Capítulo 4

Tomo mi mandíbula haciéndome tastabillar y soltar un jadeo, iba a decir algo pero ahogo mis palabras con sus labios, tomo el labio inferior con fiereza, devorándolo con deseo intercalando entre ambos, conectando posteriormente con mi lengua, estaba sorprendía y shockeada.


Cuando reaccioné y quise decir algo ya había cerrado la puerta dejándome sola, tenía todas la ideas revueltas, apenas lo conocía o sabía algo acerca de él era tan reservado que no creo que tuviéramos algo, solo fue un beso no es como si me hubiera propuesto algo. Pero pudo ser algo más si no hubiera tenido el tiempo reducido, además sientes una extraña atracción por él.

Cada acción que él realizaba me hacía sentir aún más confundida, sus actos eran cada vez más contradictorios, haciéndome un nudo en la cabeza de tantas dudas que me hacía tener, no sólo él era la causa de mis preocupaciones, ahora que lo recordaba había sacado todas mis cosas de la casa de Rachel, tengo que hablar con ella...

A pesar de que los padres de Rachel al final se recobraron la razón y me hicieron salir de su casa, en su momento me ayudaron tratándome como una hermana de Rachel, ellos no tenían ninguna obligación moral conmigo eso lo tenía claro, estaba agradecida por abrirme las puertas de su hogar.

Saqué un poco de dinero, el poco que tenía, mi fondo de emergencia, para remunerarle a sus padres sé que no era mucho, quería mostrar mi agradecimiento, les escribí una carta derramando mis más sinceros sentimientos, en su momento por la frustración actúe de forma colérica, ahora que ha pasado todo y pienso todo lo que sucedió me doy cuenta de que sus padres todo lo que hicieron fue ayudarme, tenía que ocuparme en las cosas que si eran mi obligación.

Hice todos los oficios, afortunadamente no se me olvido comprar la miel para hacer el té en la madrugada, Donovan... lo que sucedió esa mañana aún seguía revoloteando en mis pensamientos, ¿fue una equivocación de su parte besarme?

Al final hice chuletas asadas con verduras salteadas y una bebida ligera. Donovan demoro en llegar hoy, un poco más de lo normal me empezó a preocupar por la cena, sin embargo, a penas llego metí a la comida al microondas y empecé a montar la mesa.

Decidí hacerme la loca como si nada pasara, exactamente qué diría, "¿por qué me besaste?", "¿qué somos?", "¿sientes algo por mí?", todo eso rondaba por mi mente, al final decidí no mencionar nada, sentía que podía parecer patética por haber malinterpretado algo, todas las posibles preguntas que se me ocurrían solo me dejaban mal parada.

No mencionó ni una palabra, por lo que intuí que no quería hablar del asunto, ya veríamos a la hora del té. Comió en absoluto silencio, recogí la mesa, termine todos mis deberes y culmine en la cama. Tenía cosas en la cabeza que hacían nudos en ella, al final quedé sumida en un sueño profundo.

Me desperté en la noche por un traqueteo en mi puerta, era Donovan no podía dormir, le hice el té y se lo di. No sabía por dónde comenzar a hablar, intenté hacerlo, pero mi voz se quebró y me silencié de inmediato.

- Ven a mi

Le dije y este accedió sin decir nada

- Creo que deberíamos hacerlo en la cama de ahora en adelante es muy incómodo cuando dormirnos en el sofá

Apenas acabé de hablar quise estrellar ni cabeza en el mesón de granito de la cocina, tanto que has pensado en estos días y se te ocurre decir esa porquería...

En un momento se quedó pasmado y se puso de pie, sin decir palabra alguna.

Tenías que dañar las cosas como siempre...

Pensé que no volvería a hablarme más nunca, se acabaría la hora del té, y como plus de pronto me quede sin trabajo, pero se quedó pasmado en la entrada de la sala de estar que dirigía a las habitaciones.

Supuse que quería que lo siguiera, eso significaba que sí, que aceptaba estar conmigo, que era lo que quería, acaso tendríamos pasión, o estaría esperándome para llevarme a darme el despido.

Todos los escenarios me causaban nervios, pero en especial el ultimo, por lo menos podía mantenerme en la situación actual, tenía resuelta, casa, comida y servicios, pero si me despedían de donde sacaría tanto...

Pronto llegamos a mi habitación, quería hacerlo en mi cuarto, que exactamente quería, se sentó al borde de la cama e hice lo que había hecho estos tres últimos días acariciarle la cabeza hasta que se quede dormido.

Me senté con la espalda recargada en el espaldar, él se acercó, pero faltaba algo, la luz. El detestaba la luz, de hecho, se ponía raro cuando había mucha luz en la madrugada.

Se acercó a mí y se acurruco a medio lado en mis piernas empecé a masajear su cabeza; en un momento dado toque su cuello, pensé que dormía, al parecer no lo hacía porque tomo mi mano y le dio un suave apretón y la posiciono en su cuello.

Empecé a hacer suaves movimientos con la yema de mis dedos sobre su cuello, estaba teniendo leves descargas eléctricas mientras lo acariciaba levemente, se levantó y me miro a los ojos con esa mirada profunda e intrigante que no sabía descifrar.

Tomo el antebrazo y pego sus labios en la muñeca rozando sus labios contra ella, no sé qué quería hacer, estaba muy confundida para pensar algo en concreto. En un impulso lo tomé por el cuello me puse a horcadas sobre él, saboreando el momento tomando sus dulces y carnosos labios, moviéndonos a un ritmo lento y ansioso, desesperados por contacto, hambrientos de deseos, meciéndonos a un ritmo lento.

Quería más, quería más de él, me tomo por el cuello y desarmó mi mundo.

- No.

- ¿No?

- No, ahora no....

- Ya veo

Paso lo que más temía, parece necesitada y quedar como una tonta frente a él, hizo el ademán para levantarse y lo detuve por el brazo...

- Aún tienes que dormir...

- Esta bien

Se acostó sobre mis piernas, y empecé a acariciarlo a los minutos cayó rendido, le di una última caricia y cambié mis pierna por una almohada, sentía mucha humillación quedarme a dormir allí, tomé mi celular y fui a dormir al sofá.

Ya me estaba arrepintiendo de no dejar ir cuando rompió el beso, y me arrepentiría aún más.....