25 días para Navidad // MLB // Love Square

8. Arbolito

Marinette Dupain-Cheng rebosaba alegría, por fin había llegado el día de armar el arbolito de navidad, cosa que le resultaba sumamente emocionante, como todos los años. 

Desde que estaba despierta, la joven le había insistido a sus padres innumerables veces para que armaran el árbol juntos, ya que era su tradición hacerlo en familia, pero estos estaban demasiado ocupados con la panadería, la cercanía de las fiestas aumentaba los clientes. Sin embargo, le habían prometido a su hija que lo armarían antes de que se terminara el día.

Luego del almuerzo, la ojizarca pensó que sería su oportunidad, pero nuevamente sus padres debieron bajar. Cansada de la espera, decidió subir a su habitación y continuar con los gorros de Santa que les estaba haciendo a sus amigos. Apenas había comenzado, cuando una llamada la sobresaltó.

- ¿Quién es, Tikki? - preguntó a su kwami, dado que ya se había acercado flotando hasta donde estaba el teléfono.

- Es Adrien - contestó la pequeña criatura roja, con una sonrisa.

- ¿A-Adrien? - repitió nerviosa, movió sus brazos de forma rara y por el impulso cayó de la silla al suelo - ¿Por qué Adrien me llamaría?

- A lo mejor es por el proyecto de navidad de la escuela, en el que son pareja - aventuró la kwami.

- Oh, sí, puede ser - le dio la razón -. Espera, ¡había olvidado por completo el proyecto! 

Tuvo un nuevo ataque de desesperación.

- ¡Oh no! - dijo, pegándose a sí misma - ¿Que haré si me pregunta si he tenido nuevas ideas o si he pensado en algo? ¡Esto es un desastre! Oh Tikki ¿Qué hago ahora? 

- ¡Primero que todo, contesta! - sugirió la criatura, acercándose para intentar calmar a su portadora.

- Tienes razón - tomó su celular y contestó la llamada -. E-eh ¡hola! 

- ¡Hey Marinette! Espero no haberte llamado en mal momento, perdón por no haber avisado antes - se disculpó, llevándose una mano a la nuca.

- No, no interrumpiste nada - dijo rápidamente, haciendo un ademán con la mano - ¿Qué tal todo? ¿Por qué me llamaste?

- Todo está muy bien - contestó -, te llamé para hablar sobre el proyecto. Estuve revisando lo que anoté y tenemos muchas ideas, pero no hemos acordado nada. 

- C-creo que tienes razón, ¿tienes alguna idea? - preguntó nerviosa.

El rubio sonrió.

- Eso mismo iba a preguntarte - rió -. Pero sabes, creo que tendríamos mejores ideas si estuviéramos juntos, y en persona, también te llamé por eso. Hoy tengo el día libre, ya he terminado todo, por eso pensé que, si tu tampoco estás ocupada, podríamos...¿encontrarnos?

La pelinegra reflexionó por unos segundos, tenía que armar el árbol de navidad, sí, pero además de eso no tenía nada que hacer, o al menos que fuera urgente.

- Pues, tengo que armar el árbol con mi familia, pero no tengo nada más que hacer - dijo.

- ¿Armar el árbol? - preguntó interesado - ¿Armas el árbol de navidad con tu familia?.

- Así es - respondió la chica sonriendo.

- ¡Eso suena divertido! Aquí lo arma Nathalie, siempre he querido ayudar, pero mi padre nunca me lo ha permitido dice que estoy "demasiado ocupado con cosas más importantes como para ponerme a hacer una tontería como esa" - contó.

A la ojizarca le dio pena lo que había dicho el muchacho, armar el árbol de navidad y decorar su casa eran de sus actividades favoritas en esta época del año, y el solo pensar en que Adrien nunca había podido hacerlo la hacía sentir triste.