❝La obsesión, una gran locura, un mal oculto en muchos.❞
Te doy la bienvenida, a esta obra llamada Obsessed, esta obra es un conjunto de seis OS, los cuales tienen el mismo tema, la obsesión.
|Advertencia: Psicológico, obsesión, delitos, temática o...
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KITTY GANG
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Se escuchó los sonidos de pasos en el lugar, aquel suelo de mármol fino era un sonido que se transformaba en eco cuando aquellos botines chocaban contra el mismo. El hombre sonriente que sostenía un arma de fuego volteó y no pudo evitar mirar a la persona ante él, ¡Maldición! No puede ser que aquel bombón le distraiga de su misión y aunque se considerara la persona más heterosexual del mundo, aquel chico solo le había robado el aliento con pararse allí.
El lindo chico tenía el cabello rosado, la falda y mallas de red que demostraban sus piernas... era tan sexy, esa polera que estaba tan baja como para mostrar sus clavículas era provocarlo. Tal vez no era un chico... un chico no podría ser tan sexy y causarle pensamientos tan sucios en su mente. Pero como siempre, aquel hombre era un chiste del que reírse.
– Buenas noches, ¿Qué lo trae por aquí? – Su voz podría dar a dos opciones, o es un hombre vestido como una mujer a lo que él llamaría maricón o es una mujer masculina con una voz de hombre a la que no se follaría por más caliente que sea.
Es contradictorio porque su mente de bellota aceptaría cogerse a esa persona si se trata de un chico aunque se jura heterosexual como nadie. Bueno, qué se le puede pedir a un tipo que podría confundir sexo con género.
– ¿Eres mujer o eres hombre? – La personita frunció el ceño, tuvo que tolerar que el tipo mirara su figura con anhelo y deseo indeseado. Podría saber que estaba desnudando su cuerpo en su mente tan degenerada.
– Soy hombre. – Sonríe con cortesía aunque quisiera romperme la muñeca para que no ose tocarlo ni siquiera un milímetro.
– Wow, ¿Eres maricón o algo así? – El rosita no quería tolerar a ese intruso un segundo más, pero bien dicen que el talento se descubre y no se aprende. Dotes de actuación en él, sobran así que eso hará... ser el maldito que es.
– Señor, ¿Qué lo trae por aquí? – Entonces observó cómo se acercaba de a poco, el hombre estaba en su mejor momento mientras que observaba a ese sumiso chico, tal vez... Podría domarlo.
– Oh, bueno. Quiero que seas discreto. – Se atrevió a tocar la cintura del chico rosita, colocando sus dedos asquerosos en la misma y acariciándola. – He venido a secuestrar a una perra.
