𝓑𝓻𝓮𝓪𝓴 𝓽𝓱𝓮 𝓬𝓾𝓻𝓼𝓮 | (en proceso)

16 | 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗦𝗘𝗜𝗦

______second grade______

Cassie

—Ay amá ya suélteme, dígale que me suelte porque llegamos tarde abuelita.
—A ver ya suéltela mijita que mi nieta va a llegar tarde para ver a su amado— se burló mi abuela.

—Abuelo mi abuela se está burlando de mí— me quejé llendo a abrazarlo.
—María, Katherine ya dejen en paz a mi nietita adorable que luego se enoja y no nos deja conocer a su novio— les siguió la corriente.
—Que bonita familia tengo, todos haciéndome bullying. Mejor no les hubiera dicho nada— me crucé de brazos indignada.
—Sabes que te amamos Cass— dijo mi hermano.
—Sibis qui ti imimis, si claro si me amaran ¡no se burlarían de mi y caminarían más rápido para no llegar tarde!— les grité empezando a correr.
—Ya no hablen en español que no entiendo nada— lloriqueó Lou corriendo a mí lado.
—Ahora sabes lo que siento cuando tú y tu familia se ponen a hablar en francés.
—Ay perdón.
—Te perdono, ahora... ¡CORRAN QUE SE NOS VA EL TREN!

—¡Cassidy!
—No me llamo Cassidy, Scorpius— contesté rodando los ojos.
—Es que te quería decir de otra forma pero no te puedo decir tu nombre completo porque te enojas— dijo haciendo un puchero.
—También me llamo Lilianne, cabeza de mandrágora— dije dándole un sape.
—Eeehh pero no le pegues a mi corazón de melón— dijo Rose abrazándolo.
—Iugh, ustedes dos me van a dar diabetes— dijo Albus haciendo como que vomita.
—¿Verdad que sí? Ya váyanse a darse amor, par de empalagosos— dije empujándolos fuera del tren.
—Cállate que si tú tuvieras pareja serías igual de empalagosa que ellos— dijo Sabrina saliendo de quiensabedonde.
—¡Ya nos exhibiste! Eso no se hace Sabrina— dije indignada.
—Perdóneme su gran azuleza— dijo haciendo una reverencia exagerada.
—No te perdono sólo porque ese es mi chiste— dije sacándole la lengua— Nos vemos chicos, nos vemos Alb— me despedí dándole un beso en la mejilla... Espera ¿que?
¡Corre, perra, corre!
Y como soy muy obediente le hice caso a mi conciencia corriendo a lado de mis amigas para esconderme en medio de Victoria y Lizbeth.
—¿Y eso que fué?— preguntó Lizbeth riendo.
—No sé me salió de la nada ¿me vi muy rara?— dije nerviosamente.
—Noo que va— dijo Victoria aguantando la risa.
—SCARLETT VICTORIA COOPER NO USES EL SARCASMO CONMIGO.
—¿Profesora McGonagall? Me está llamando la profesora, ya me voy— dijo y salió corriendo.
—¡Oh no! Tú no vas a escapar, ven para acá maldita, mis manos quieren hacerte cosquillas— dije para salir detrás de ella.
—Descansa en paz Vic...— fue lo último que escuché después de eso.

—Te quiero mucho mucho.
—Yo te quiero más.
—No, yo te quiero más.
—¿Vamos a las cocinas?— susurró Albus.
—Por favor, ya no soporto verlos así— contesté de la misma forma— ¡Caballito!— dije para luego subirme de un brinco a su espalda.
—Eehh que si pesas Anne.
—No me importa, vamos a las cocinas— dije señalando el camino.
—Pues a mi sí me importa fíjate, me vas a quebrar la espalda uno de estos días— dijo él subiéndome más.
—Nah y si si te curo, total, me sirve de práctica para cuándo sea medimaga— dije acariciándole el cabello.
—Bah si, eso me tranquiliza mucho, muchas gracias.
—De nada, ahora, ¡vamos a la cocina mi noble corcel!
—Eehh que no soy tu caballo tampoco.
—Si lo eres— susurré esperando que no me escuchara.
—¿Qué?
—Nada.