08 | 𝗢𝗖𝗛𝗢

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Cassie

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Cassie

Entramos a la casa de los Potter y Albus me ayudó con mi baúl.

—Lily, cariño, llévate a Cassie porque se va a quedar contigo en tu cuarto— le dijo Ginny.

—Si mamá, ven Cassie vamos— dijo jalando mi brazo y llevándome hacia su cuarto en la planta de arriba.

Cuando subimos las escaleras, había un pasillo con tres puertas que supongo son los cuartos de James, Albus y Lily, y una puerta al final del pasillo que supongo que es el baño. La primera puerta café tiene un cartel que dice "No molestar", la segunda, que supongo es la de Albus, tiene un cartel que dice "Tocar antes de entrar" y está pintada de verde, y por último llegamos a la última que era blanca y tenía carteles de quidditch de las Arpías de Hollyhead. Entramos y había una cama individual pegada a la pared con sábanas moradas, a un lado de la cama del otro lado de la pared había un sillón grande color blanco, a lado de ese sillón había una puerta que era el baño, y las paredes estaban llenas de posters mágicos de quidditch y bandas muggles que a mi me gustan como... un momento

—¡¿¡¿TE GUSTA ONE DIRECTION?!?!— le pregunté/grité a Lily.
—Daaahh, son la mejor boyband que existe aunque...— fingió un sollozo— estén separados— dijo tirándose a la cama. La imité y me puse a "llorar" con ella.
—Anne aquí esta tu bau...— dijo Albus entrando por la puerta y viéndonos raro.
—¿Qué nos ves?— le dijimos Lily y yo al unísono.
—Na-nada sólo vine a dejar tu baúl— dijo apartando la vista y dejándolo a un lado de la puerta.
Me levanté de la cama dejando mi dramatismo y fuí hasta él
—Gracias— dije dejando un beso en su mejilla y haciendo que apareciera un pequeño rubor en ellas.
—De nada— dijo para después salir de la habitación.
Volteé a ver a Lily y las dos nos reímos.
—Ya veo porque Albus no deja de hablar de ti, ¡eres genial!— me sonrío Lily.
—¿Habla de mi?— dije sonriendo involuntariamente.
—¿Qué si habla de ti? Eres de lo único que habla, a parte del quidditch claro, que Anne esto que Anne aquello. Harían bonita pareja ¿sabes?— dijo ella sonriendo.
—¿Qué? ¡No! Es mi mejor amigo, sólo eso— dije riendo.
—Ajá mejores amigos... lo que tú digas.
Después de esa plática tan rara bajamos a la sala y nos encontramos con Ginny, James, Albus y Harry platicando animadamente en la sala. Lily y yo nos unimos a ellos y así nos quedamos platicando un rato de hogwarts, quidditch, de cómo yo esquivaba todas las bromas de James y protegía a Alb de que no cayera en ninguna, etc.
—Hablando de eso, ¿Cómo es que logras evitar todas y cada una de mis bromas?— dijo James sorprendido.
—Un buen bromista nunca revela sus secretos cariño— contesté guiñando un ojo.
—Su hermano le enseñó...— dijo Albus.
—¡Albus!— le reproché.
—Perdón— dijo riendo inocentemente.
—Bueno no importa, mi hermano nunca te dirá nuestro secreto— le dije a James sacando la lengua.
Él solo rodó los ojos a mi actitud.
—Algún día lo descubriré...— me miró entrecerrando los ojos.

Nos estábamos preparando para ir a dormir ya que mañana por la mañana llegaban los Weasley y Scorpius

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Nos estábamos preparando para ir a dormir ya que mañana por la mañana llegaban los Weasley y Scorpius. Lily y yo terminamos de lavarnos los dientes y nos fuimos a poner las pijamas, la mía como ya lo dije es un mameluco de jirafa y unas pantuflas de pato que con cada paso que daba sonaba un "cuack".
—Calla esos patos Anne ya me aburrió estar escuchándolos— se quejó Albus.
—¡Es que no puedo! Para que se callen tendría que dejar de caminar y tengo que llegar a la habitación— contesté haciendo un puchero.
—Yo conozco una forma de hacerlos callar...— dijo Albus con una sonrisa traviesa. Oh no, yo conozco esa sonrisa...
Antes de que pudiera decir algo, Albus ya me había puesto en su hombro como un saco de papas y me llevaba hacia la habitacion.
—¡Albus bájame! Tengo tu trasero en la cara— dije tratando de bajarme sin resultado alguno.
—¿Te gusta la vista?— dijo el muy... desgraciado soltando una carcajada.
—¡No! Odio tener tu trasero en la cara, ¡Bájame desgraciado!— le dije.
Me bajó con cuidado en frente de... ¿la puerta de Lily? ¿Cuándo llegamos hasta aquí?
—¿Ves? estabas tan ocupada luchando contra mi que no te diste cuenta cuando llegamos— dijo él notando mi cara de confusión.
Yo sólo hice lo mas maduro que se me pudo ocurrir, le saqué la lengua y me metí a la habitación todavía escuchando su risa tras la puerta. Le conté todo lo que había pasado a Victoria, Sabrina y Alexandra mediante una carta, se las mandé con Nyx y me acosté en el sillón blanco para después caer en los brazos de Morfeo.

𝓑𝓻𝓮𝓪𝓴 𝓽𝓱𝓮 𝓬𝓾𝓻𝓼𝓮 | (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora