17 | 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗦𝗜𝗘𝗧𝗘

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cassie

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cassie

AAAHH SCARLETT QUE ES ESTOO ¡¿PORQUÉ ESTOY SANGRANDO?!, ¡¿QUE ES NORMAL?! ¡¿COMO VA A SER NORMAL QUE ME ESTÉ SANGRANDO LA PANOCHA ALEXANDRA?!
—A ver ya cálmate Cassiopeia que te van a escuchar en todo Hogwarts, es normal y todas las mujeres pasamos por esto— intentó calmarme Sabrina.
—Se llama menstruación y es completamente normal ¿ok?
—Ok... Les creo, pero eso no resuelve ¡¿Cómo fregados hago para no mancharme?!— grité desesperada.
—Con esto— me pasó un paquete— son toallas sanitarias, las pones en tu ropa interior y absorben la sangre para que no te manches.
—Peero las tienes que estar cambiando seguido en el día.
—¿Cada cuánto tiempo o qué?
—Cada que tú sientas que sea necesario— contestó Beth viéndome divertida.
—No sé burlen de mí— hice un puchero— de seguro que ustedes estuvieron igual o peor cuando les sucedió.
Ellas sólo se quedaron calladas.
—¡JA! Las atrapé, perras— me burlé susurrando esto último deseando que no lo hayan escuchado.
—¿Cómo nos dijiste?— preguntó Victoria con un tic en el ojo.
Ya nos cargó el payaso, ¡Córrele bitch!
Ámonos a la chingada.
Empecé a correr fuera del cuarto con mis "amigas" persiguiéndome.
—¡¿Por qué tenían que ser tan rápidas?!— dije jadeando— ¡Rápido Lou escondeme!— le grité para esconderme detrás de él.
—Esconderte de qui- aaahh.
No terminó porque mis enfurecidas amigas se tiraron sobre él aplastándome de paso.
—A mi no me metan en sus cosas— lloriqueó él.
—Dile a Cassiopeia que se disculpe o no nos quitamos— dijo Lizbeth.
—JAMÁS.
—DISCÚLPATE CASSIOPEIA— me gritó Louis.
—Ya bueno, perdón.
—¿Qué dijiste? No te escuchamos— dijo Victoria.
—LO SIENTO, PERDÓN, ME DISCULPO, ¡Ahora por favor quitense de encima porque se van a quedar sin amiga!
Hicieron lo que les dije y luego Louis me jaló de la oreja.
—Auch auch auch, ¿y ahora que hice?— me quejé.
—¿Cómo que qué hiciste? Ya te dije que no me andes metiendo en tus peleas— reclamó soltando mi oreja.
—Sabes que te amo— lo abracé.
—Típico de géminis, siempre queriendo manipular a todo mundo— dijo rodando los ojos.
Me separé de él ofendida.
—Yo no soy manipuladora ¿verdad chicas?— pregunté volteando a verlas.
Ellas sólo voltearon a ver el techo o el suelo chiflando.
—Para esas amigas para que quiero enemigas— dramaticé cruzándome de brazos.
—Sabes que te queremos— me abrazaron.
—Oh, osea que así se siente.
—Sip.
—Ok ya entendí, perdón.
—Te perdonamos— dijeron todos al unísono aún sin soltarme.
—Quiero chocolate.
—Yo también.
—¿Vamos al cuarto? Ahí tengo una caja de chocolates— dije.
—Ajám.
—Pero suéltenme pues.
—No.
—Bueno...
Y así empezamos a caminar abrazados a la sala común de Hufflepuff mientras todos nos veían raro.
Si... Somos un grupo de bichos raros.

Llegamos a la sala común entre risas por cómo nos veían todos y subimos hacia el dormitorio

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Llegamos a la sala común entre risas por cómo nos veían todos y subimos hacia el dormitorio.
—Ya llegamos, ¿ahora sí ya me pueden soltar?
—De acuerdo.
—Libre soy libre soooy.
—Ay no seas exagerada— dijo Lou aventándome una almohada.
—Aaay mi bello rostro— dije tumbándome en la cama.
Ellos solo ríeron por mi dramatismo.
—¿Y bien?— preguntó Louis.
—¿Qué?— pregunté de vuelta.
—¿Y los chocolates? Yo por eso estoy aquí.
—Aaaah, están en esa caja abajo de la cama de Vic— la señalé.
—¿Por qué abajo de mi cama?
—Porque nadie en su sano juicio sacaría algo de abajo de tu cama sin terminar muerto, excepto yo— les guiñé un ojo.
—Dios tiene sus favoritos— gruñó Beth.
—Tiene sentido— dijo Vic encogiéndose de hombros.
Me levanté de mi cama y fuí hacia la suya para sacar los chocolates.
—Tengan bestias, piensa rápido Brina— dije lanzándole la caja a la cara.
—Si la atrapé, no te salió— se burló ella.
—Ash.
—Ya ándale, ven a comer chocolate con nosotros— me hizo un campo en el suelo a su lado.
—Brina sabes que no puedo comer tanto chocolate porque me pongo muy hiperactiva— le recordé.
—Ay, vamos ¿qué es lo peor que puede pasar?

—¿Qui is li piir qui piidi pisir?— dijo Vic de malas pulgas

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—¿Qui is li piir qui piidi pisir?— dijo Vic de malas pulgas.
—¿Le dieron mucho chocolate?— preguntó irritado Albus.
—Me gusta mucho tu cabellooo, no te lo vayas a cortar porque ya no te vas a ver tan lindo— dije saltando de un lugar a otro alrededor de Albus.
—Ayuda, ustedes hicieron esto, ahora la aguantan— dijo él empujándome hacia mis amigas.

¿Vamos a jugar? Siii— dije jalandolas del brazo hacia el lago negro.

—Oh nono, para allá no— dijo Brina parándose.
—¿No quieren jugar conmigo?— dije al borde de llanto.
—No me acordaba que estaba en sus días— susurró Vic.
—Nonono claro que queremos jugar contigo, solo que no aquí— explicó Beth.
—¡A jugar!— me emocioné corriendo a otro lado.
—Todo es tu culpa Sabrina— se quejó Vic.
—Perdoon— dijo para luego salir corriendo detrás de mí.
—¡A qué no me atrapan!
—Aaaghh.

𝓑𝓻𝓮𝓪𝓴 𝓽𝓱𝓮 𝓬𝓾𝓻𝓼𝓮 | (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora