𝓑𝓻𝓮𝓪𝓴 𝓽𝓱𝓮 𝓬𝓾𝓻𝓼𝓮 | (en proceso)

18 | 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗢𝗖𝗛𝗢

Cassie

—Les dije que no podía comer tanto chocolate— me quejé tapándome la cara con las manos.
—Le lamiste la cara a Albus también— se burló Victoria.
—¡Que vergüenza! ¿Por qué no me pararon?
—¿Sabes lo rápida que eres para evitar personas? No podíamos alcanzarte, parecías flash— contestó cansada Beth.
—No sé si sentirme halagada u ofenderme.
—No deberías ofenderte, si eres igual de rápida con la escoba como lo eres con los pies, te irá bien en la prueba de hoy— dijo Scorpius llegando.
—¡Las pruebas de quidditch! ¿Son hoy? Las olvidé por completo, ni siquiera me he cambiado.
Salí corriendo a mi cuarto para cambiarme a algo más cómodo.
Me puse una blusa negra de manga larga, una pantalonera negra holgada, una sudadera gris claro, mis converse negros y me agarré el cabello en una coleta alta un poco despeinada.
—¡Vamos Cass! Se nos hace tarde para la prueba— apuró Vic jalándome para que caminara más rápido.
—¡Espérate pendeja que me voy a caer no mames!
—No me hables en español que no te entiendo nada cara de troll.
—¡No me estés insultando Cooper!
—Cállate y camina más rápido Queen, ya sabes cómo es Scamander con las pruebas.
Dicho eso empezamos a correr al campo de quidditch.
Cuando llegamos, Lyssander apenas los estaba formando.
—Gracias diosito— dije mirando hacia arriba.
—Bueno, llegan a tiempo, rápido fórmense— dijo Lyssander señalando el final de la fila— cuando los señale me van a decir su nombre y para que puesto se están probando ¿de acuerdo?
—Si, mi capitán— dije haciendo un saludo militar.
Él trató de contener la risa.
Bueno para no hacerles largo el cuento, había 3 personas que se querían probar de golpeadores, 6 de cazadores (incluída yo), 2 para buscadores (incluída Vic) y 2 para guardianes.
—Ahora, los voy a poner a hacer pruebas para ver quién se queda y quién se va. Los guardianes pónganse uno en cada aro, Brown y Allen vayan al equipo de la derecha, Taylor al equipo de la izquierda. Queen, Avery y Jones conmigo, Wilson, Williams y Smith al equipo de la derecha.
Cooper al de la derecha y Murphy a la izquierda.
Todos tomamos nuestras escobas y nos posicionamos donde nos indicaron.
—¡Vamos Cassie y Vic! ¡Si se puede! ¡Wuuuu!— gritaron mis amigas y Lou desde las gradas.

—Primero el guardián... Ok, Hale muchas gracias por venir nos vemos en el entrenamiento, los demás pueden irse.
Jessica celebró y se fué corriendo adentro a... contarle a sus amigos supongo.
—Ahora el golpeador, solo uno porque como saben yo soy el otro, bien... Taylor puedes retirarte gracias por participar y llévate a Brown contigo porque ninguno quedó.
—¿Eso significa que yo quedé?— preguntó Charles sorprendido.
—Felicidades Allen, eres el nuevo golpeador de Hufflepuff.
—Felicidades Charlie— felicité dándole una palmada en la espalda.
—Gracias, no te decepcionaré Lyss.
—De acuerdo... Los buscadores, Cooper, nos vemos en el entrenamiento.
—¿Quedé?— preguntó volteando a verme.
—Quedaste.
—¡Quedé!— gritó abrazándome y llendo a las gradas con nuestros amigos.
—Y por último pero no menos importante los cazadores. Wilson, Williams y Jones un paso adelante por favor...
¿No quedé?
—Vayan saliendo del campo porque no quedaron; Avery, Queen y Smith felicidades nos vemos en el entrenamiento— terminó Lyssander con una sonrisa.
—AAAAAHHH QUEDÉ, gracias gracias gracias— dije abrazando a Lyssander.
—Eres buena Cassie, no me agradezcas— contestó él riendo.
Lo solté y me fuí corriendo con mis amigos.
—¡Lo lograste Cass!— me abrazó Lizbeth.
—¡Lo logré Beth!
—¡Lo lograron chicas! Estoy tan orgulloso de ustedes— dijo Lou quitándose una lágrima del ojo.
—¿Estás llorando?— se burló Vic.
—Noo pfff, yo no lloro— contestó Louis.
—Ay ajá, eso ni tú te lo crees— dije yo divertida.
—Bueno si, soy un llorón ¿y qué?
—Eres un llorón pero así te queremos, total, me acompañas en mi lloración.
—Si pues ya, este día es de Vic y Cassie y hay que festejar— se metió Brina.
—Bien vamos a contarle a tu novio y a tus otros amigos— me dijo Beth.
—Que no es mi novioo... Todavía— dije susurrando esto último.
—Iralaa, eso es todo, fiera— se burló Vic.
—Ay wey yaaa, ¿saben? Les voy a enseñar a hablar español, ya estoy harta de que no me entiendan.
—Yeii.
—Ya pues, vámonos.
—¡El último en llegar a la sala común es una mandrágora!