Capítulo 9

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El alfa tomó la cintura del ajeno, pasando la punta de su nariz por toda la curva del cuello blanquecino de su esposo. Las feromonas dulces y agrias confirmaban el mismo nivel de excitación que el suyo y lo estaban volviendo loco.

Metió sus manos bajo aquel pantalón y después bajó el short de su Omega para apretar aquel respingón y blando trasero, YoonGi gimoteó en respuesta a su toque. Comenzó a besarlo, sus dedos desabotonaban la camisa de su pareja hasta quitársela por completo, deleitándose con el ser más bello que haya visto jamás.

— Desde que te conocí... —Susurró TaeHyung, quitando el guante que le quedaba a YoonGi en su mano izquierda— Supe que era la vida y el amor, en cuanto ví tus bonitos ojos. Supe que era estar enamorado de alguien...

Ambos se contemplaron por varios segundos en un profundo silencio, uno dónde el único ruido audible para sus oídos era el de sus corazones latiendo a tope.

— El ser incondicional, dar todo de ti sin pedir nada. Por eso me casé contigo, todo lo que decían de ti, me dolía porque sabía que te dolía más a ti. Me casé contigo, porque sabía que yo podía darte lo que los demás no, amor y libertad al mismo tiempo. Yo jugaría contigo, no por ti —tomó una parte del cabello de su pareja, acariciando con delicadeza—. Yo daría todo por ti, todo. No sé cuándo comencé a volverme egoísta para desear que tú también me amaras, pero incluso si no lo hacías nunca, me encargaría de amarte por los dos.

'Incondicional', una palabra que no todos podrían brindar de manera tan honesta como lo había hecho TaeHyung por años, estar enamorado de una persona, era ser incondicional, sentirse orgulloso de esa persona cuando lograba lo que soñaba, dar un fuerte abrazo como festejo sin sentirse inferior, sin tener reencor, sólo con necesidad de pedir más que la felicidad para él, y estar cuando su mundo esté colapsando sin esperar nada, quedarse, sin pedir razones. Pero también, cuando amas, anhelas ser amado con la misma profundidad, y cada vez te vuelves más y más codicioso por escuchar esas dos palabras, 'te amo'. Deseas ser correspondido, o siquiera, ser querido.

Para TaeHyung, desde el principio siempre fué YoonGi, desde que lo miró por primera vez y bailó con él aquella noche. Lo fué cuando le dió su primer saco de su primer traje para un baile, demostrando su primer acto caballeroso hacia alguien. Fue su primer 'incondicional', la única persona por la cual arriesgaría todo.

— Ahora que me amas, por favor —Su voz tembló pero no por ello fué menos significativo lo que dijo: — Ámame todo lo que puedas, aceptaré cualquier cosa que quieras darme. Te pertenezco desde el primer día en que te conocí.

YoonGi, con un nudo en la garganta, lo acercó para besarlo, no pudiendo responder de otra forma más que la que ya conocía. Se sentía de maravilla, ser amado con tal intensidad, ser afortunado porque alguien lo amara de esa manera... Esa era la palabra, 'afortunado', tanto, por haber encontrado a esa clase hombre del que sólo escribirían en una hermosa historia de amor, ese tipo de hombre, que estará ahí para él, sonriéndole cuando las cosas sean maravillosas, y que estará ahí para sostenerlo y cuidarlo cuando todo se vuelva demasiado.

El Omega con sus manos desprendió la camisa de TaeHyung, pasando estás por la piel del mismo, recibiendo aquellas manos en su espalda, acariciando de arriba a abajo.

Cuando ambos estuvieron desnudos, se entregaron a ser uno mismo.

El Omega enrrolló ambas piernas alrededor de la cadera de su esposo una vez éste dió la primera embestida.
El alfa lo besó hambriento, mordiendo su labio inferior. YoonGi se dejó ir en los brazos de TaeHyung, dejando que hiciera lo que quisiera con él. Las manos de este le aprisionaban los muslos para que puediera mover mejor sus caderas.

TaeHyung lo besó desesperado, como si se hubiera retenido tanto tiempo a hacerlo, y la verdad era que sí, en su matrimonio eran pocas las veces que podían disfrutar de tales momentos. YoonGi sólo podía besarlo con el mismo fervor, agarrando mechones del cabello marrón de su esposo entre su puño derecho.

TaeHyung se acercó a succionar la piel debajo de la marca de reclamos de YoonGi. El Omega tembló ante el roce de los dientes de TaeHyung sobre su piel, al mismo tiempo que la pollade este lo jodia con fuerza y rapidez.

— Ta-TaeHyung —Gimió con los ojos cerrados, agarrándose con firmeza de los hombros del alfa, hundiendo los dedos cada vez que movía la cadera.

— Te sientes demasiado bien —Presionó los muslos de YoonGi con fuerza. Lo miró unos segundos para jadear y sonreír—. Eres tan bonito. Eres el omega más bonito del mundo, y eres mío.

YoonGi gimió, apretándose alrededor del miembro del alfa.

El escritorio del que apenas podía recargarse estaba rechinando y moviéndose a cada embestida de TaeHyung. Le gustaba eso, a pesar de no hacerlo a menudo, YoonGi lo disfrutaba, el gran tamaño del cuerpo de TaeHyung sobre el suyo, su aroma, y los jadeos y gruñidos que está soltaba sobre su oído.

TaeHyung soltó uno de sus muslos para recargar su mano sobre la madera del escritorio y empujar sus caderas con más fuerza. YoonGi intentó no gemir fuerte, así que abrazó a TaeHyung, y gimoteó cerca de su oído, y provocó que el alfa gruñera entre la abruma total del momento.

No les tomó mucho tiempo después el llegar a su clímax, con TaeHyung embistiendo fuerte y profundo, sus manos tomando su cadera con fuerza seguramente dejando marcas, y ambos gimiendo sobre sus bocas, sintieron aquel cosquilleo en el abdomen bajo que les indicaban el paraíso.

YoonGi sintió como una electricidad le recorrió todo el cuerpo mientras grita el nombre de su esposo, apretando su interior mientras el nudo de TaeHyung crecía, llenandolo completamente.

Se sentía como si todo el mundo dejara de existir a su alrededor, como si sólo fueran él y TaeHyung, sólo podía sentirlo, con su cálido aliento sobre la piel blanca de su cuello, las manos apretando con fuerza su cadera, y su nudo, manteniéndolo en su lugar.

Entonces, YoonGi tomó con su manos el rostro de TaeHyung para mirarlo, su esposo tenía las mejillas ligeramente sonrojadas por lo que había pasado entre ellos, con los labios hinchados y sus dorados. YoonGi estaba con la respiración agitada y el rostro ardiendo en vergüenza.

— Te amo —Le susurró.

TaeHyung besó la punta de su nariz para después hacerlo con su mejilla y sonreír contra esta.

— Yo también te amo —dijo de regreso.

Chocó su nariz con la mejilla del alfa. No pudo evitar la sonrisa de labios que se formó en su rostro cuando TaeHyung dejó un beso en su cuello, bajo su mandíbula. Era una muestra de cariño que hacía cada que ambos intimaban, haciéndola desde su primera noche de bodas, ese gesto llenaba de calidez el pecho de YoonGi juntó a un sentimiento cosquilloso en la Vi de su estómago.

TaeHyung dejó trazos de besos en su cuello y acarició cariñosamente toda la espalda del Omega.

— TaeHyung...

— ¿Mm? —Salió del escondite de su cuello.

— Hay que tener un bebé —murmuró.

— ¿Deseas un bebé?

— ¿Me lo darás? —Preguntó con una pequeña sonrisa divertida.

— Te daré todo lo que quieras —dio castos y rápidos besos a sus labios—. Todo lo que me pidas lo tendrás. Si quieres un bebé tendrás un bebé, te haré seis más si quieres.

— TaeHyung.

— ¿Mm?

— Estoy tratando de encontrar una razón por la que tú me ames como lo haces... —Rió, con los ojos llenandose de lágrimas—.  Pero por más que lo intento, no logro encontrarla.

— Tengo muchas razones, y al mismo tiempo ninguna. —Contestó—. Simplemente lo hago.

YoonGi rió al mismo tiempo que TaeHyung, y terminó por acariciar la mejilla del alfa con su pulgar, mirándolo con completo amor y devoción.

— Te amo —susurró YoonGi.

No había nada en TaeHyung que no le gritara que lo amaba. Su manos siendo dulces, su sonrisa tierna, y su mirada... TaeHyung lo miraba como si acabase de regalarle el mundo entero, como sí él fuera la persona que lo amó durante una eternidad, como si él sigficase realmente todo.

Y se sintió de maravilla.

FIN.

All With You |TaeGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora