Capítulo 6.

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El amor juvenil entre YoonGi y Jiho era de esos amores intensos y repletos de cosas que simplemente eran inaceptables, repleta de celos injustificados por parte del alfa ante la popularidad que había adquirido YoonGi con su debut en sociedad, o como ambos ocultaban su relación al mundo y no había indicios de que Jiho quisiera cortejar al Omega públicamente. Su relación se basaba en cartas de amor, y escapadas de noche en la que ambos se perdían hasta el amanecer. Ambos se amaban infinitamente, o eso creían, Jiho era un chico de solo 18 años y YoonGi uno de 14 años. Su romance estaba destinado a fracasar, todos lo pudieron haber concluido, excepto ellos.

Mientras YoonGi esperaba en aquella gran sala principal de la casa de los condes Woo, se preguntó como había sido tan ingenuo, aunque era justificable, porque Jiho había sido su primera relación, el único alfa al que se había acercado desde que se presentó como Omega, el único con el que había entablado una conversación decente sin que sus padres se preocuparan, el único que le había demostrado en aquel tiempo decencia humana y, su primer amor.

Woo Jiho apareció frente a él, detrás suyo estaban sus sirvientes personales pero él, con una seña, hizo que todos se retiraran.

El alfa lo miró con los ojos iluminados en ilusión y amor al verlo ahí.

— Estás aquí... —Su voz fué casi un susurro. — Ha... Ha pasado un tiempo.

YoonGi lo contempló de arriba a abajo. No había cambiado mucho con el tiempo. La misma altura de 1.80, y sus hombros anchos que quedaban bien en sus trajes. Y ese rostro con mandíbula cuadrada, y perfectamente libre de bello facial. Lucía como el Jiho del que se había enamorado años atrás, sin embargo, su corazón no se agitó como cuando tenía 14 años, ni cuando tuvo quince, mucho menos a sus dieciséis. Ese YoonGi de veintidós años, ya no sentía amor por él.

— Leí tu carta. —Se la mostró.

— YoonGi, yo... Realmente estoy dispuesto a cumplir cada palabra que te dije. —Se acercó lo suficiente hasta estar a un metro de YoonGi. — Voy a pelear por ti y nuestro hijo.

— No vine por eso. —YoonGi le ofreció la carta de regreso. — No envíes más cartas.

— ¿Qué?

— Quiero que dejes de enviarme cartas, ahora soy un Omega casado, es incorrecto y sinceramente no quiero problemas en mi matrimonio.

— No entiendo lo que dices. —Respiró profundamente. — Nos amamos. En un pasado, tu y yo... Nuestro hijo es la prueba de nuestro amor, de nuestra conexión.

— ¿Te refieres del bebé con el que me dejaste? —Alzó ambas cejas. — Me dejaste a pesar de lo que pasó entre nosotros, a pesar de saber que estaba en cinta, y a pesar de saber que eso podría condenarme a una desdichada reputación y vida. Te fuiste.

— No fue mi decisión irme, YoonGi, mi padre me obligó a hacerlo, me comprometió con Emely y me mandó a Polonia. Todo fué contra mi voluntad.

— ¿Y no pudiste luchar por mi en ese momento si tanto me amabas?

Jiho se quedó en silencio y YoonGi alzó una de sus comisuras, mirando alrededor de la sala, habían varias pinturas de todos los señores de esa casa. Seguía igual que como YoonGi la recordaba. Todo lucía igual.

— ¿Dejarás que nuestra historia termine de esta manera? —Le preguntó el alfa con un ligero toque amargo.

— Nuestra historia terminó cuando me dejaste. —Contestó. — Si acabó, no fué por mi culpa, fue por la tuya.

— ¿Qué hay de mi hijo?

— ¿Tu hijo? —Rió sin gracia. — No te confundas, tu no tienes un hijo, Jiho.

— TaeHa es mi hijo. —Apretó los puños.

— Te lo aclararé mejor... Kim TaeHyung, el duque de Sunssex, es el verdadero padre de TaeHa, el único hombre que se preocupó por mi cuando estaba en cinta, el único, que estuvo conmigo en el parto, el único que lo sostuvo en brazos el día de su nacimiento, el que le dió no sólo su apellido, también su corazón. —Respiró profundamente. — TaeHyung hizo lo que tú no hiciste, cuidó de mi hijo como si fuera el suyo, y se ganó el título 'padre' mejor que tú. TaeHyung es el padre de TaeHa, Jiho, así que no tienes nada por lo que reclamar, tu no eres padre de nadie.

El rostro de Jiho comenzaba a volverse rojo de la cólera. YoonGi lo notó pero aún así no perdió su posición.

— ¿Crees que no iba a enterarme, Jiho? Emely te ha dado dos niñas que seguramente son niñas preciosas, pero no te ha dado un varón. —Sonrió ladino. — ¿Crees que soy el mismo niño idiota que puede ser engañado con palabras dulces? He madurado, tanto para darme cuenta de tus verdaderas intenciones. ¿Qué si TaeHa hubiera sido una niña o un niño Omega? ¿Seguiría siendo una conexión entre nosotros dos, hum? A ti no te importo yo, y no te importaría TaeHa si no fuera un niño alfa. Tú quieres un heredero, un descendiente que continúe con tu apellido.

— Sabes que puedo reclamar mi derecho sobre TaeHa, lo sabes muy bien YoonGi. Y sabes que te ganaré. —Dejó ver su verdadera cara al fin. — ¿Cómo te verá la gente después de que se entere que tuviste un bebé fuera del matrimonio? Serás la burla de la sociedad.

— Inténtalo, no sólo te meterás en una guerra conmigo, también lo harás con TaeHyung, y créeme, el duque haría lo que sea por TaeHa. —Lo miró con superioridad. — No hagas como si pudieras tener una guerra con él también, ni siquiera lo pienses, perderás de todas las maneras posibles.

Jiho se acercó amenazante hacia YoonGi, con toda la intención de lastimarlo. Afortunadamente el Omega fué más rápido para proporcionarle una bofetada tan fuerte que la mejilla del alfa quedó roja.

— Atrévete a tocar al esposo de un duque. Si me haces daño, serás tú quién pague las consecuencias. Tu apellido se hundirá tan pronto me dañes. —Dijo con firmeza. — Es una advertencia, Conde Jiho, no te metas conmigo o mi familia, no saldrá nada bueno de ahí. No soy el mismo de antes al que puedes manipular o asustar con tu arrebatos de ira, he soportado cosas peores. Y olvídate de TaeHa, jamás lo conocerás, y el jamás sabrá de ti, así son las cosas y así serán de ahora n adelante, así que vete acostumbrando a ello.

YoonGi tiró la carta al suelo, frente a los zapatos de Jiho, y se puso de nueva cuenta sus guantes.

— Fue un placer hablar contigo. —Dijo como último para pasar a retirarse.

Fuera de la gran casa, YoonGi dió un último vistazo antes de ver al chófer de su carruaje.

— ¿A dónde iremos ahora joven amo? —Le preguntó éste.

— A casa. —YoonGi volteó a verlo. — Es hora de regresar a casa.

El chófer le ayudó a subir al carruaje para después cerrar la puerta.

YoonGi dentro del carruaje, suspiró, liberando la tensión de cuerpo, y rezando a Dios porque TaeHyung estuviera en casa cuando él regresara.

All With You |TaeGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora