Capitulo Tres
''Estuviste increíble''
Estaba en los vestidores ya con mi ropa deportiva, para que me evaluaran. Realmente estaba emocionado y nervioso al mismo tiempo, en verdad quería que me aceptaran, fútbol había sido mi pasión desde chico y ahora, luego de tres años, me sentía dispuesto a demostrar que tan bueno era y volver a sentirme como antes. Harper estaba sola sentada en las gradas cuando entré en el campo de entrenamiento, agitó su mano sonriendo y levantó su pulgar deseándome buena suerte, le sonreí en forma de respuesta. Debía admitir que Harper me seguía a todos lados, pero no me molestaba, es más, me gustaba ya que no pasaba tiempo solo y ella en verdad era buena compañía. Tampoco la veía hablando con otras personas, pero no quería entrometerme en su vida preguntándole.
La noche anterior mi madre me preguntó cómo me había ido el primer día, le conté todo, excepto algunos detalles de los pasillos. Le hablé de las clases, los maestros, la comida y de mi nueva amiga, recuerdo que en el mismo instante que mencioné su nombre una enorme sonrisa se le dibujó en el rostro y comenzó a llenarme de preguntas sobre ella, y yo, algo incómodo sobre los pensamientos que tenía mi madre de una futura relación con ella, cambié el tema a las clases que tomaría luego de la escuela. Pero entendía completamente el comportamiento de mi madre, en el que el primer día de clases una chica me hablara y fuera mi única amiga hasta ese entonces, comparando con la otra escuela en la que ninguna se nos acercaba porque mis amigos eran unos completos idiotas y quizás, esta era la primera vez que hablaba sobre una. Antes de terminar con las preguntas sobre ella agregó un ''espero que algún día la traigas a casa''.
Traerla a casa iba a ser un completo desastre, un gran problema, y preferiría que ninguno de mis amigos se acercara a mi residencia y menos cuándo esté Barry presente, porque conocía muy bien el gran caos que se provocaría como sucedió en el viejo apartamento cuando llevé a mis dos mejores amigos para hacer un trabajo y él lo estropeó todo con cerveza, al final tuvimos que hacerlo en casa de Max dónde tuvimos que soportar los constantes estornudos de Chad por su alergia al durazno que era la fragancia que la madre de Max había expandido por cada habitación. Lo peor fue que no lo pudimos terminar y suspendimos Biología.
Corrimos alrededor del campo unos quince minutos, luego calentaríamos con un par de elongaciones, después practicaríamos pases, tiros libres y por último tendríamos un partido.
Volví mi vista a las gradas donde estaba Harper con un chico hablando animadamente y poco a poco el lugar se comenzó a llenar, entre ellos ví a Louis con Amelia tomados de la mano sentandos en los más alto de las gradas, ambos agitaron sus manos cómo había hecho Harper hace unos minutos. Miré a todos alrededor, y no sé porqué parecía que estaba buscando a alguien, ese alguien que me hiciera sentir observado de verdad, me dije a mí mismo que debía de parar con esto, pero mis emociones decían lo contrario.
El profesor tocó su silbato llamando -y aturdiendo- a toda la clase que enseguida se reunió alrededor del entrenador Wright mientras que el capitán del equipo nos estaría evaluando y clasificando. Primero practicamos pases, el señor Wright no me pudo haber dado peor alumno que mi compañero, no lo culpaba porque sabía que no tenía ni la más mínima idea de cómo patear o detener la pelota, y cuando lo hacía usaba las manos o sino la pelota se alejaba cada vez más y él tenía que ir a recogerlo.
Los tiros libres fueron mejores, aunque Ian, mi compañero, no atajó ninguna pero se llevó varios pelotazos en la cara. Me dí cuenta de que no había cambiado nada, y que estas clases serían un gran pasatiempo durante todo el año, excepto que las pase con Ian.
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Ya teníamos los equipos armados y el partido comenzaría pronto. No pude evitar sonreír durante todo el entreamiento y ahora me dolían las mejillas, pero aún así seguí sonriendo. Fue en ese instante en el que encontré lo que buscaba, esa sensación que me recorría por dentro sin saber por qué y me hacía sentir de una manera especial. Miré a las gradas, Harper estaba con la cabeza gacha leyendo el nuevo libro de literatura, Louis y Amelia gritaban algo que no podía oír pero se los veía emocionados. Pero luego me di cuenta que ahí estaba, justo delante de mí, el mismo chico de la cafetería mirándome, hablaba con el entrenador pero no quitaba los ojos de mí, y no sé poqué no pude dejar de mirarlo. De un momento a otro todo cambió y giró su vista inmediatamente ahora viendo al entrenador. Quería que él me siga mirando, pero no sé porqué.