Capitulo Uno
Rosa
Mamá creía que era una buena idea mudarse de Irlanda, pensaba que así podría escapar del recuerdo de papá y ambos podríamos seguir bien con nuestras vidas. La verdad era que yo no lo veía de ese modo, nuestra vieja casa era el único que recuerdo que tenía y tampoco me agradaba la idea de que tan solo por el simple hecho de que esté muerto tendríamos que mudarnos de ciudad. Eso era algo parecido a huir, solo que ahora no hay nada que produzca ese miedo a huir, a correr lejos, a escapar, yo no lo sentía así.
Habíamos llegado al acuerdo de que si tenía un buen promedio en el último trimestre podríamos quedarnos en casa, pero como me había esforzado demasiado estudiando, sobreviviendo horas tomando café mientras leía y me quedaba despierto hasta altas horas de la madrugada y por el sueño terminaba estropeando el libro con el café, no pude, no fue suficiente porque mis notas no subieron aunque tampoco bajaron, pero no fue suficiente para mí. Desde ello me quedé frustrado conmigo mismo al no poder si quiera obtener unos centésimos más sin tener que rogarle al profesor que me regale unos puntos ni tener que oír la misma respuesta una y otra vez ''no regalamos puntos por lástima''. ¿Lástima? Eso no era lástima, yo mejor le llamaría de miles de maneras pero lástima no está en las primeras palabras del billon.
Pero ahí estaba yo, de camino a ''nuestro nuevo hogar'', como le gustaba llamarle a mi madre, comenzando desde cero y dejandolo todo atrás aunque ello continuaría en mi mente presente, nunca olvidaría nada de lo que he vivido en mi, ya antigüa, ciudad natal.
Mi madre detuvo el auto al frente de nuestra casa, podía observar la pared café y el marco de las ventanas blanco, el tejado parecía recién remodelado y en este se encontraba una llamativa chimenea por encima del tecer piso. El césped crecía verde mientras que los árboles que se encontraban alrededor empezaban a florecer. Abrí la puerta saliendo del coche, una agradable brisa de primavera me dió la primera bienvenida al vecindario y un profundo aroma a flores inundió mi sentido del olfato, era terriblemente agradable. Mamá salió emocionada y pude sentir cómo ella también tomaba un suspiro para disfrutar de la naturaleza que nos rodeaba, desvió su vista hacia mí, sonrió y le correspondí, de alguna forma diciendo que si era así de bueno podría acostumbrarme rápidamente.
-¡Ya estoy fantaseando con despertar así todos los días antes de ir al trabajo!- exclamó alegre admirando las flores sobre los árboles y cómo caían sobre el jardín delantero dándole color al césped bien cortado.
Sacó las llaves de su bolsillo y se acercó a la puerta de roble, introdució la llave, la giró y entramos. El piso era de madera y parecía recién barnizado sin ningún rasguño o rastro de pisadas en él, las paredes eran blancas y a primera vista se observaba una escalera que dirigía hacia el segundo piso. La sala estaba más a lo lejos cerca de un gran ventanal de puertas corredizas adornado con limpias cortinas blancas, a su lado la cocina con una gran mesada de granitos en el centro. Mamá quedó asombrada y no podía dejar de admirar cada detalle que sus ojos captaban. Por mi parte, decidí subir las escaleras y ver cómo se vería el cuarto que tendría, quizás, por el resto de mi vida, hasta que obviamente ya no viva con mi madre.
Arriba las paredes cambiaban a ser del mismo color del piso lo que le daba un toque cálido, abrí la primera puerta que era una habitación pequeña en donde se guardan los elementos de limpieza, la segunda tenía una cama matrimonial lo que supuse que sería de mi madre, giré la perilla de la tercera y me encontré con mi supuesta habitación, solo que había un pequeño detalle que me desagradaba por completo, las paredes eran rosa. Cerré la puerta de nuevo sin querer imaginarme los muebles con hadas y princesas o las sabanas de flores rosas, debía de haber un error, aún quedaba una puerta, de seguro la cuarta era mi habitación. Al abrir la última me encontré con la oscuridad, a mi lado había un interrumptor por lo que cuando lo toqué la luz se encendió dejandome ver escaleras, imaginé que se dirigían al ático.
