Capítulo #1- Dilema húmedo

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Era un viernes, ya un poco tarde, una hora o dos pasadas el anochecer; los grillos ya estaban haciendo ruidos, las estrellas brillaban, y la luna se veía reflejada en el mar a los pies del acantilado, donde se encontraba la casa de Derpy y Pingus.

Cómo en cualquier noche de viernes con un buen fin de semana por delante, Pingus se preparaba para disfrutar de una actividad silenciosa y relajante.

Tuvo la suerte de encontrarse una caja de polos de helados en el sótano de la casa, pero todos se habían derretido; Cómo le daba pena desaprovechar la madera de los palitos que habían quedado flotando sobre el líquido que antes eran los polos, los recogió y llamó a Derpy para que se bebiera el líquido.
No hay que desperdiciar alimentos.

A parte, quería distraer a Derpy mientras él preparaba su actividad con los palitos.
No le gustaba mentirle a Derpy, pero él era algo...Alterado para sus actividades de viernes.

En fin, con esos palitos, Pingus se fue a sus aposentos en el piso de arriba, y se puso a hacer una maqueta de una torre con los palitos.

- ¡Pues no me está quedando nada mal! - Dijo orgulloso - Con todos estos palitos quizás me da para una ciudad entera, jeje... A ver, ahora coloco con cuidado ese palito aquí... -

- ¡¡¡PIIIIIIIIIINGUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUSS!!! -
Gritó Derpy, con el estruendo de una tormenta suficientemente fuerte para derribar una manualidad de madera, mientras entraba de un portazo.

- ¡PINGUS NECESITO TU AYUDA! ¡ES ALGO TERRIBLE, MUY TERRIBLE! TAN terrible que... -

 -

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- ... ¿Qué estas haciendo? - Preguntó Derpy al ver a su amigo pegado de espaldas a un muro de ladrillos, que parecía haber sido construido en el lapso de tiempo en el que abrió la puerta para evitar que pudiera ver que había en su mesa.

- Nada en especial. - Respondió Pingus rapidamente.

- ¿Y para que es el muro de ladrillos, que parece haber sido construido en el lapso de tiempo en el que he abierto la puerta, para evitar que pueda ver que hay en tu mesa?

- Pura decoración y ninguna intención de esconder una actividad en la que se requiera calma y cuidado. - Contestó Pingus a la misma velocidad que antes.

Derpy entrecerró los ojos frunciendo el ceño.

- ...¿Me estás escondiendo algo, Pingus? Porque no es la primera vez que entro a tu cuarto por la noche y veo que hay uno de esos en tu mesa.

- Toda protección es poca para protejer Mini Pingus-Landia.

- ¿Mini pingusque?

- Nada.

Pingus comenzó a sudar un poco.
Se hizo un silencio interrumpido por Derpy rascándose la nuca, confuso, y Pingus fingiendo no estar nervioso.

- ¡Aaaah, ya sé! - Exclamó Derpy mientras chasqueaba los dedos. - Eres secretamente el hada de los albañiles y acabo de descubrir tu secreto, ¿Eh wachín? - Dijo Derpy, completamente seguro de su respuesta.

Derpy y Pingus | Problemas HigiénicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora