Al día siguiente, Derpy y Pingus salieron a la ciudad en busca de un nuevo retrete.
Estuvieron mirando por todas partes: tiendas, almacenes, bazares y quioscos por si acaso, hasta que finalmente dieron con la tienda en la que tenían los retretes más baratos.
Sin embargo, seguían sin encontrar uno que se pudieran permitir, pues resulta que dichos asientos de cerámica sanitaria eran bastante más caros de lo que esperaban.- Vaya... ¡No hay ni uno solo con un precio que nos alcance! - Decía Pingus observando los inodoros del almacén.
- Es lo que tiene el capitalismo, Pingus, cojen las cosas que justo necesitamos más en un momento y les ponen precios muy altos para que les demos más dinero. - Dijo Derpy, mientras bebía una Zumo Nacho que había comprado previamente de desayuno en uno de los quioscos que habían visitado.
- Dudo mucho que tú sepas que es el capitalismo.
- ¿No es algo así como de capitanes piratas de esos?
Pingus suspiró.
Derpy también ojeo toda la tienda, y vio un inodoro que le llamó la atención.- Oye, ¿Y ese de ahí podría servir? - Preguntó Derpy señalando una parte de la tienda.
- ¿Cuál? - Preguntó Pingus girando la cabeza.
Cuando se giró, Derpy ya no estaba ahí. Había salido corriendo por un pasillo de la tienda, pero Pingus no se había dado cuenta.
- ¿Derpy? - Preguntó confuso, buscando a Derpy.
Eventualmente, el bufón corrió otra vez hacia Pingus, ahora portando un pequeño inodoro blanco en sus brazos.
Era un váter inusualmente pequeño y que pesaba relativamente poco, y su tacto era casi de plástico.
- Mira, Pingus, ¡Mide casi lo mismo que tú! - Dijo burlón Derpy, poniendo el váter al lado de Pingus y poniéndo la mano a la altura de su amigo y el retrete.
Pingus ignoró la broma y observó de arriba a abajo el inodoro que Derpy había traído.
- Si que es pequeño... Y no tiene etiqueta de precio, ¿De donde lo has sacado? - Preguntó el pingüino, extrañado de que no tubiera dicha etiqueta.
- Pues lo había visto cuando entramos, pensé que no te gustaba por que no te fijaste en él, pero a mí me hace gracia por que esta chiquito como tú. - Explicó Derpy.
- Hmm... Igual por el tamaño puede ser más asequible... - Pensó Pingus en voz alta.
Los dos amigos se decidieron por comprar el retrete y lo llevaron al mostrador.
En la caja atendía una señora ligeramente mayor de pelo rubio muy apagado y uniforme rojo y leía una revista del corazón. Como estaba muy metida en los cotilleos de la revista, no notó como Derpy y Pingus se acercaron a la caja.
- Buenas, querríamos llevarnos este váter de aquí, por favor. - Dijo Pingus educadamente.
- Lo necesitamos para hacer pis. - Dijo Derpy aún más
educadamente.La dependienta levantó la mirada de su revista y observó a los dos amigos de arriba a abajo.
Derpy y Pingus sonrieron amistosamente.
A la mujer no le gustaba demasiado la pinta que tenían los dos amigos, les levantaba sospechas.- ...¿Es esto alguna especie de cámara oculta o algo así? - Preguntó con voz seria.
Las sonrisas de Derpy y Pingus desaparecieron, afectados por el tono de la dependienta.
- Esto... No, no lo es. - Respondió Pingus, sobresaltado por la pregunta.
- Si estubiera oculta no podría ver nada. - Añadió Derpy.
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Derpy y Pingus | Problemas Higiénicos
AcakDerpy y Pingus tienen un pequeño accidente en el que su retrete queda destrozado y van a adquirir uno nuevo. Lo que no sabían es que ese no sería el único problema con el váter que tendrían ese dia...