Capítulo #3 - "No puedo si alguien me mira"

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Después de un rato de buscar tutoriales en Internet y cruzar los dedos para la suerte, Derpy y Pingus cooperaron y consiguieron instalar su nuevo inodoro, aparte de restaurarlo y arreglar sus grietas.

- ¡Pues ya está! ¡Como nuevo! - Dijo Pingus orgulloso.

- Menos mal que hemos tardado poco en ponerlo, casi empezaba a no poder aguantarme. - Dijo Derpy.

- La cosa es que yo también... ¿Piedra papel o tijeras a ver quien lo usa primero?

- No hombre, Pingus, elige otro juego que ese se me da muy mal...

- Es un juego de azar, Derpy, los dos podemos ser igual de malos en este juego.

- Bueno... ¿Cuentas tú?

- Venga, uno... Dos... ¡Y tres!

- ¿Qué es eso? - Preguntó Derpy

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- ¿Qué es eso? - Preguntó Derpy.

- Tijeras, tú has sacado papel, ¡He ganado yo! - Dijo Pingus con una sonrisa.

- Concha... - Dijo Derpy algo frustrado - Bueno que se le va a hacer, dale, espera fuera.

- Tomate tu tiempo, aún puedo aguantar unos minutos. - Respondió Pingus con amabilidad.

Pingus cerró la puerta del baño y Derpy se quedó pensando mientras miraba de cara a la puerta.

- (Mira que igual es cosa mía, pero sigo pensando que igual no estamos jugando bien... Nah, Pingus es listo, se habría dado cuenta.) - Pensó para sí mismo. - Bueno a ver, recuerda, mea sentado o de pie, pero dentro de la taza... No debe de ser muy difi...-

Derpy había visto muchas cosas raras en su vida, aunque esta era una de las pocas que de verdad pasaban su línea de entre lo que él pudiera considerar raro a niveles interesantes o graciosos y lo que le resultaba ligeramente perturbador

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Derpy había visto muchas cosas raras en su vida, aunque esta era una de las pocas que de verdad pasaban su línea de entre lo que él pudiera considerar raro a niveles interesantes o graciosos y lo que le resultaba ligeramente perturbador.

Un váter con ojos no sólo cruzaba esa línea, si no que se la saltaba, montaba un puesto de limonada en ella y vendía duraznos a mitad del precio de mercado.

Derpy observó lo que parecía ser una especie de decoración de Halloween y empezó a moverse lentamente alrededor de ella, mientras que los ojos saltones que habían salido de repente de aquél inodoro le seguían con su intensa mirada allá donde se moviera.

Derpy y Pingus | Problemas HigiénicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora