Capítulo #6 - Llamada de la muy encabronada naturaleza

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La persecución duró poco, el monstruo volvió a posicionarse sobre el váter del baño y sin pensarlo dos veces devoró a Nectarina también, la cual gritó de terror mientras bajaba por su garganta hasta que no se la pudo escuchar más.

Derpy rápidamente llegó hasta la puerta del baño, donde vio el vil acto del monstruo y de forma amenazante le gritó al monstruo desde la puerta del baño:

- ¡ESCUPE A MI PINGUS Y A NARANJA AHORA MISMO, ESPARRAGO ENDEMO..! -

Antes de que pudiera terminar su insulto, Derpy fue abofeteado fuera del baño por uno de los tentáculos del monstruo.
Derpy se refugio detrás de la pared junto a la puerta de y sentó tratar de calmarse y pensar un plan por su cuenta.

- Vale, vale, que no panda el cúnico, tengo que calmarme... A ver, se ha comido a Pingus y a Naranja, lo que significa que ahora los están digiriendo y luego se irán a los intestinos esos... Pingus lleva más rato ahí, así que debería salvarlo primero a él... Pero a Naranja no le gustaban los espacios cerrados y los intestinos creo que son como pequeñitos y... Concha esto es muy complicado, tengo que despejar la mente del todo. -

Derpy sacó una botella de Zumo Nacho de su chaqueta mientras seguía hablando solo.

- Voy a beber un poco y así me calmo, pensaré con más claridad y Sabre como salvar a

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- Voy a beber un poco y así me calmo, pensaré con más claridad y Sabre como salvar a... -

¡CRASH!

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¡CRASH!

Otra vez, el monstruo interrumpió la frase de Derpy, esta vez golpeando con otro tentáculo que reptó silenciosamente fuera del baño con intención de dar el golpe de gracia a Derpy, sin embargo, le dio de lleno a la botella de Zumo Nacho que Derpy sujetaba.

El monstruo supuso que Derpy no podía estar lejos de donde había avanzado el tentáculo, así que siguió moviéndolo en busca del bufón.

De repente, el monstruo sintió como si algo le hubiera agarrado lo que vendría ser la muñeca de su tentáculo y sintió una especie de sensación cálida en el extremo de esta, y de repente...

¡CHOMP! ¡RAS!

¡¡¡GÑAAAAARGH!!!

El monstruo retiró rápidamente su brazo y lo devolvió al baño.
Cuando quiso darse cuenta, el extremo había sido arrancado de cuajo y tenía varias marcas de pinchazos, como si un animal salvaje le hubiera dado una dentellada y le hubiera arrancado la mano con la boca.

Derpy y Pingus | Problemas HigiénicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora