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—Gracias —dijo Chifuyu, con un tono serio y profesional.

—De nada —respondió Kazutora abriendo la puerta del coche—. Te acompaño hasta la puerta.

—No es necesario.

—Si no me equivoco, aquel es un periodista.

Chifuyu miró en la dirección que le indicó y reconoció el coche que el día anterior estaba estacionado frente al departamento de Keisuke.
—Mierda. Seguro nos siguió. —dijo con fastidio.

—Ya estaba aquí cuando llegamos. Es a ti a quien persiguen. Seguramente desde que volviste de Kyoto. Será mejor que te acompañe.

Resignado, bajó del coche acompañado por el menor de los Imaushi. Sintió vergüenza al ver su departamento. Era un viejo bodegón reconvertido en 3 viviendas. De por sí, ya se encontraba en la parte baja de la ciudad. Pero él lo habia elegido, porque tenia un aire bohemio, era luminoso y espectacularmente barato.
Sin embargo Kazutora no hizo ningún comentario sobre el deterioro externo del lugar. Lo que era una prueba más de que no siempre habia vivido rodeado de lujo.

Abrió la puerta principal y entraron a un pequeño vestíbulo. Kazutora cerró la puerta y preguntó: —¿Cuánta gente vive aquí?

—Una familia en el A y Mitsuya en el B —dijo caminando hacia la última puerta.

Abrió y entraron a un pequeño vestíbulo que daba a un gran salón.

Kazutora contempló las paredes altas y blancas, los brillantes pisos de madera y el sol que se filtraba por unas puertas de cristal.
—Muy bonito. —dijo, adentrándose y estudiando los cuadros que Chifuyu había coleccionando a lo largo de los años. Fijo la vista en tres que se encontraban en el suelo—. Estos son tuyos.

—¿Cómo lo sabés? —preguntó sorprendido, ya que no estaban firmados.

—Compré dos cuadros tuyos en una subasta. Y vi otra serie en una galería.

—Vendo casi todo en esa galería.—respondió Chifuyu, tratando de mostrarse sereno ante esa noticia.

Kazutora continuó inspeccionando y se detuvo en una fotógrafia en la que Chifuyu posaba con su madre y con su abuela.
—Asi que el dinero es importante para ti

—Sí.

Su madre había perdido todos sus ahorros durante una crisis financiera, y no le alcanzaba su salario para pagar la hipoteca, asi que Chifuyu tenía que ayudarla económicamente, y sus cuadros se vendían.
En el fondo estaba aliviado de no haber renunciado la noche anterior.

En ese momento un ruido en el estudio, los tomó por sorpresa. Ambos corrieron hacía ahí y encontraron a un periodista colgado de la ventana. Kazutora, salió por la puerta trasera de la pequeña cocina, ubicada justo al lado del estudio, y pudo alcanzar al joven en el jardín. Le quito la cámara, sacó la tarjeta de memoria y le devolvió la cámara.
Chifuyu mientras tanto acomodaba presuroso unos lienzos que habian caido al suelo. Entre ellos habia un retrato de Kazutora, que habia pintado de memoria dos años antes.
Los apiló de cara a la pared. No podía arriesgarse a que se enterara que estuvo obsesionado con él.

—Decidido. No puedes quedarte aquí —lo oyó decir mientras cruzaba la cocina.

Chifuyu sabía que no podía acceder, Kazutora sacaba su lado salvaje.
—No hace falta —dijo ruborizándose—. Haré reparar la ventana.

Kazutora inspeccionó las ventanas del lugar con gesto contrariado.
—El problema no es el cierre de las ventanas. Hay un estacionamiento en frente desde el que pueden vigilarte y con tanto ventanal pueden fotografiarte a distancia.

Desiré [Kazufuyu - Bajifuyu] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora