Despertó en medio de la madrugada, expectante, creyendo que recibiria una llamada de Kazutora, o que incluso iria a buscarlo a su casa.
Se hizo un té, se tiro en el sofá y encendió la televisión. Cuando el cielo comenzaba a aclarar y convencido de que Kazutora no daria señales de vida, volvió a la cama y durmió hasta las dos de la tarde.
Se levantó hambriento y revisó el contestador del telefono de linea. Una vez más, todos eran de periodistas. Borrandolos malhumorado, decidió descolgar el telefono.Buscó el movil en la maleta, pero al no encontrarlo asumió que lo habia dejado en la suite.
Le sirvió de consuelo, tal vez era el motivo por el cual Kazutora no se habia comunicado.
Luego de comer un ramen instantáneo, fue a ver a Mitsuya. Éste le devolvió la llave y charlaron un rato.A las seis de la tarde golpearon la puerta. Era un mensajero con paquete. En cuanto cerró la puerta, abrió el paquete con ansias, pero de inmediato el desanimo lo invadió, era su movil. Sin una nota, ni nada.
Entonces supo que desde que se habia ido del hotel confiaba en que Kazutora le pediria que volviera, que le dijera que lo que habia pasado, tambien habia sido especial para él. Pero evidentemente, ese no era el caso.
Luego de haber cargado el movil lo encendió y al instante sonó. Era Keisuke.
La conversación fue breve, gracias a su nueva popularidad, acababa de ganar un prestigioso premio de diseño en Milán, lo que significaba el reconocimiento internacional de Imaushi Group.
Una semana antes, Chifuyu habia solicitado el puesto como director para la nueva filial en Maizuru, Kioto. Si queria el puesto, era suyo.
El puesto significaba un ascenso por lo tanto, un aumento de sueldo y el alojamiento pagado. Si lo aceptaba, al cabo de un determinado tiempo podria cancelar la hipoteca de su madre. Para él era la oportunidad de dejar Sidney y el acoso mediatico, y poder comenzarde cero.
El problema era que Kazutora vivia la mayor parte del tiempo en Kioto.Lo pensó un momento, pero decidió arriesgarse y aceptó.
Keisuke volvió a llamarlo unos minutos después, habia reservado un vuelo para dos dias más tarde. Hasta que encontrara una casa, Chifuyu se alojaria en el hotel Imaushi, en Kioto.Al otro día, decidió llevar el último cuadro que habia pintado a la galeria donde exponia sus obras.
En cuanto entró a la sofisticada sala, el dueño Quincy Adams, un hombre rojizo y calvo, fue a saludarlo con los brazos abiertos. Tomó el cuadro animadamente y le dio un cheque de una cantidad astronómica.
–-En cuanto he visto que aparecias en la prensa, supe que varios compradores añadirian un par de ceros a sus cheques –-explicó–-. He vendido todo lo que tenia.–-Fantastico.
Aunque Chifuyu estuviera encantado con el cheque que le permitiria pagar las deudas de su madre y ahorrar una parte, el dinero fue al mismo agujero negro que la supuesta alegria que debía sentir por el nuevo trabajo.Quincy puso el cuadro en un caballete y se frotó las manos.
–-Ni siquiera tengo que ponerle precio. Tengo compradores haciendo cola. ¿Tienes algo más? Hariamos una fortuna hasta con unos garabatos. El escándalo vende. –-expresó.–-Me voy del pais, asi que este será el último por algún tiempo.
El hombre puso cara de consternación.–-De haberlo sabido, hubiera pedido más por los anteriores –-sacó una agenda y la repasó–-. Voy a avisar que este es el último. Por cierto, ¿Es verdad que has salido con los dos hermanos a la vez?
Chifuyu se ruborizó y se alegró de saber que dejaría la ciudad al día siguiente.
–-No. –-dijo, y agachando la cabeza, salió del lugar precipitadamente.
Solo se había acostado con uno de ellos.De vuelta en Australia, luego de un imprevisto viaje de negocios y completamente frustrado por no poder localizar a Chifuyu, Kazutora estacionaba frente a la casa de éste.
Llamó a su apartamento y mientras esperaba revivió los apasionados momentos que habian pasado en el sofá. El entusiasmo con el que se habia aferrado a él, el fogonazo que tuvo al descubrir que nunca habia pertenecido a nadie más, la fiereza con la que lo habia mantenido en su interior como si se negara a dejarlo ir, el estado de congelación cerebral en el que habia entrado al no querer salir de él...
Cuando descubrió que se habia marchado, se sintió furioso.
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Desiré [Kazufuyu - Bajifuyu] ✔️
Ficción históricahabia elaborado un plan para encontrar al marido perfecto basándose en la lista de cualidades, su jefe las cumplía todas, pero desafortunadamente era su hermano quién poblaba sus fantasías.