Desiré [Kazufuyu - Bajifuyu] ✔️

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Luego de una cena formal la noche siguiente en el castillo de la familia Imaushi, Chifuyu se disculpó a la hora del té, retirándose de la mesa.
Keisuke se había ido veinte minutos antes, durante el postre.

Al llegar ante la puerta de Keisuke, tomó aire y fue a llamar, pero una mano poderosa le sujetó la muñeca.

—Si yo fuera tú, no lo haría.

Chifuyu se volvió y se sorprendió descubrir a Kazutora.
Con un movimiento brusco liberó su brazo y se frotó la muñeca, dónde el contacto de su mano había dejado un cálido hormigueo.

—¿No te has enterado todavía? —preguntó Kazutora, señalando la puerta con el mentón—. Keisuke está... Ocupado.

Keisuke era el candidato perfecto, pero la realidad estaba probando que se trataba de un error.
Chifuyu había notado una situación extraña entre Manjiro Sano y Keisuke. La forma en que se miraban y se tocaban. Podia percibir la tensión entre ellos.
La situación se complicaba aún más, por el hecho de que Manjiro tambien era su jefe.

—¿Quieres que te descubran llamando al dormitorio de Keisuke? —preguntó con cierto enfado.

—No —respondió Chifuyu algo desconcertado al notar el tono de Kazutora.

—Por fin un poco de sentido común —hizo una pequeña pausa—. Lo que no entiendo es porque te ha invitado.

Chifuyu se tensó ante la insinuación de que era la última persona con la que habría esperado que Keisuke acudiera a una boda  familiar.
—¿Intentas humillarme?

Kazutora frunció el ceño. —No pretendía ofenderte.

—No te preocupes —dijo, desviando la mirada—. Conozco muy bien la realidad.

Lamentaba no haber reflexionado un poco más. ¿Como no había pensado que Keisuke, nombrado "Hombre del año" en una conocida revista, era demasiado perfecto para ser verdad?

Con gesto decidido, fue hasta la puerta y llamó.

Kazutora se apoyó en el marco, cruzándose de brazos.
—Rendirse no es una opción para ti.

—Prefiero enfrentarme a las cosas cara a cara.

—Espero que recuerdes que he intentado salvarte.

La puerta se abrió unos centímetros y apareció Keisuke. Chifuyu y él intercambiaron un par de palabras y cuando vió pasar a Manjiro acomodándose la ropa, supo que cualquier posibilidad de intentar una relación con Keisuke, era imposible.

—Tú lo sabías —dijo esquivandole la mirada, luego de que cerrara la puerta.

—Es una larga historia.

En este momento a Chifuyu se le cruzó una desagradable idea por la cabeza. Después de todo sabía que Kazutora también se encargaba de los trabajos sucios de la empresa.

—Estas aqui para evitar que se arme un escándalo —afirmó.

—No.

La respuesta fue en tan directa e inmediata que lo tranquilizó.

—Nos haría bien una copa —dijo Kazutora, tomándolo por el codo.

Ingresaron a un salón, un par de puertas más alejado de los dormitorios.
El lugar estaba decorado al elegante estilo inglés, con paredes de color crema, muebles oscuros y alfombras de colores vivos. Varios óleos, sin duda retratos de antepasados familiares, colgaban en las paredes.

Kazutora se sirvió una copa de brandy.
—¿Cuando te diste cuenta lo de Keisuke y Mikey? —preguntó.

—Cuando llegamos al castillo.