Espejos ❄️🦢

2.2K 239 133
                                    

Los días continuaban, el plan maestro de Camilo se desarrollaba sin inconvenientes, las miradas alrededor pasanban por desapercibido las acciones, o no acciones que realizaba.

El mencionado no podía estar más feliz, la tranquilidad y el vacío de su cuerpo lo hacían sentir en una plenitud.
Cómo lo deseaba su cuerpo comenzaba una transformación: su cintura  se curveaba, jamás ocurrió aquello con anterioridad, de igual forma, su ropa podía notarse más holgada.
A pesar de la felicidad que tenía en su mente, su cuerpo le causaba ciertos mareos, así como el mayor frío llegando hasta la médula, lo cual no era ningún obstáculo para el verdaderamente.
Por supuesto, el ingeria con honestidad una vez al día el glorioso té con una sola galleta.

Su dormitorio en aquel momento era solo iluminado con un tono azul, aquel color hacia su primera aparición en él.
"¡Hora de comenzar!" los gritos de Mirabel resonaban alrededor.
Camilo con un gran pesar en él mismo, se obligó a iniciar la mañana.
Al momento de ponerse en pie este cayó por el repentino mareo.
"Mierda" salió como un susurro de él.
Su visión no podía encontrar algún enfoque, el tiempo pasaba lentamente, por más que intentará su mente le jugaba una mala broma.

Un sonido en su puerta fué aquello que lo regreso a la realidad.
-¿Camilo?- La voz pertencia Bruno, su ahora amado tío. Su presencia en la casa aún causaba confusión y alegría a los Madrigal. -¿Está todo bien?-

Camilo por impulso pudo levantarse a toda prisa, así comenzaba el show nuevamente.
Una gran sonrisa se formó en su rostro, mientras abría la puerta.
—¿Y esa cara tan larga?— pregunto con cierto tono de burla mientras transforma su  rostro como el de su tío.

Bruno sonrió levemente ante aquel acto, pensando por un segundo antes de hablar.
—Todos te esperan abajo, desayunar juntos es agradable, ¿No es así?—.

Camilo regreso a su apariencia común, las palabras de Bruno sonaron como un lenguaje secreto, ¿Habrá un mensaje ocultó detrás? Solo alzó su mirada, llena de pánico y tristeza notoria.

—Camilo.. hace mucho no hablamos, ¿Cierto?— soltando una risa pequeña con claro nerviosismo— Lo que podido notar, no estoy molesto. Solo preocupado con honestidad, ¿El desayunar no es agradable?.

Camilo sintió una presión en su pecho. “¿Cómo es posible? Tenía todo calculado, nadie debió darse cuenta! ¡¿Qué hice?¡ ¡¿Qué hice?!". La otra voz en su mente solo podía comentar; “Esto sucede cuándo no eres lo suficientemente bueno".
Inconscientemente se transformo en miembros de su familia, finalmente regresando a él, acto que siempre hacia al momento de estar nervioso o asustado.

—Tienes razón... ¡Si no llegó no habrá comida!— grito mientras empujaba a su tío, se dirigió a su escondite, en aquel momento debía analizar que pudo haber fallado.

Camilo acerco sus rodillas al pecho, su plan había fracasado, “¿Le habrá contado a todos?, ¿Qué tiene de malo el querer ser bueno? Siempre alegan que debo cambiar mi personalidad “vaga" ¡Solo intento hacer eso!".
La respiración de Camilo era acelerada y temblorosa, al poco tiempo las lágrimas cayeron como perlas en la oscuridad.
Los minutos pasaron, al tranquilizar su corazón con un nuevo plan regreso con la mayor discreción posible a su dormitorio.

El teatro había desaparecido, ahora era una habitación genérica; una cama adornada con un dosel azul, aquel color solo podía hacerlo sentir atrapado en el océano.
El gran espejo llamo su atención, ¿Era adecuado?.

Sin pensarlo mucho Camilo se dirigió a este, una sonrisa adorno la vista.
El mayor cambio fue en su ropa, está por fin no lo abrazaba.
Aunque aquello fue un alivio no era consiente de las visibles ojeras, así como el tono pálido de su piel.
Aquello seria un problema para los integrantes Madrigal, gracias a su don ocultarlo era pan comido.
❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️

La hora familiar estaba presente, la comida adornaba alegremente la mesa.
Todos compartían una escencia alegre en esa ocasión.

Cómo clara indirecta Bruno toma asiento junto a su sobrino mayor, Camilo solo sonríe, su plan lo pondría en marcha.
Lleno su plato como lo hacía hace tiempo, aún siento la mirada de Bruno en él se obligó a llenarlo un poco más.
—Camilo...— susurro Bruno.
— ¿Ves? Estoy totalmente bien— musitó devuelta.
Camilo fijo su mirada en la comida, ¿Esto arruinaría su plan? El terror invadió cada una de sus células, no podía permitirse llorar.
Sin mirar comenzó a comer, lo más rápido que pudiese.
Lo más rápido, las náuseas eran de esperarse. No podía más, Camilo solo menciono “Gracias" antes de escapar.
Sin siquiera llegar a su lugar seguro, el alimento fue sustraído en el sanitario principal.
Las consecuencias no parecían en aquel momento de importancia, los sollozos salían tal como él canto de las sirenas.

Pasando los momentos, la relajación regresaba lentamente. El joven se levantaba mientras nuevamente un espejo estaba ante él, sin darse cuenta su verdadero yo estaba ante él. Paso su mano por su cabello, para su sorpresa un poco de el se desprendió.

—Me odio—.

Apariencias-Encanto✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora