El pequeño campeón

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La playa no es un lugar del todo tranquilo, hay mucha gente haciendo ruido normalmente; pero por alguna razón, en la que me encuentro no hay nadie, solo estoy yo escuchando el sonido de las olas chocando con la orilla y el atardecer frente a mí. Noto la silueta de un niño a lo lejos que se acerca a mí, soy yo a la edad de 7 años.

-"¿Eres feliz?"- me pregunta, pero no le respondo nada.

-"¡Entonces despierta!"- Exalta el niño.

Me levanto bruscamente pensando que necesito un psicólogo urgentemente, no es normal levantarme a las 6:00 A.M por un fantasma del pasado cada jodido día (aunque no sueño todo el tiempo siempre me levanto a la misma hora). Era sábado así que intente dormir un poco más; No es de mucha ayuda, desde pequeño, se me dificulta volver a dormir una vez levantado por la mañana, simplemente no puedo. Hacia frio así que espere a que hiciera un poco de sol viendo videos en YouTube para después salir a caminar un poco.

Han pasado alrededor de 10 años desde la boda de Bea y como esperaba, nos hemos distanciado un poco, al principio salíamos a hablar o me pedía ayuda con cosas que Joel no era muy bueno, estando siempre dispuesto a apoyarla, pero estos días realmente no he sabido nada de ella. Tampoco me tengo el valor para preguntarle si sucede algo ya que debo tener en cuenta que debe estar ocupada con su familia, su trabajo, entre otras cosas.

Una vez termino de pasear me dispongo a desayunar tranquilamente en mi hogar, cuando de pronto tocan a mi puerta.

-"¿Quién es?"- pregunto mientras me acerco de a poco a la puerta.

-"Damián, soy yo"- responde una voz conocida, pero con un tono extraño.

Al abrir la puerta no cabía duda que era ella, Bea estaba frente a mí pero había algo más, un pequeño niño de al menos unos 7 años se encontraba escondido detrás de ella.

-"Pasen"- les dije.

-"¿Como has estado?"- me pregunta con una sonrisa algo forzada.

-"¿He estado muy bien, y tú? No puedo evitar notar que traes a un acompañante."- Menciono mientras le dirijo una sonrisa al pequeño, pero él se oculta más atrás de ella.

-" Él es Luis y.... es mi hijo"- menciona ella.

No podía ocultar mi sorpresa ante esa revelación.

-"¡No puede ser, felicidades! ¿Dónde esta Joel? debería felicitarlo también"- Le digo intentando animar el ambiente.

De la nada ella toma mi mano.

-"Quiero hablarte sobre eso"- me dice con un tono desanimado, algo bastante raro en ella.

teniendo en cuenta que el niño estaba con nosotros, tenía que entretenerlo para que no nos escuche.

-"Luis, tengo algunos juguetes guardados en mi habitación de cuando era niño, ¿Quieres jugar?"

El chico simplemente asiente con la cabeza y lo llevo a la habitación que no estaba muy lejos del lugar donde nos encontramos Bea y yo, así cualquier situación podíamos escucharlo rápidamente.

Luego de eso, le doy un vaso de agua a Bea.

-"¿Que sucedió?"- Le pregunto directamente.

-"Simplemente mentiras, Joel se fue de la casa. En los últimos años el cambio demasiado, cuando nació Luis, él se notaba muy feliz ya que al fin tendría un hijo, pero por cada error que el niño cometía lo regañaba demasiado fuerte hasta el punto donde me tenía que interponer. pensaba que el aprendía que lo que estaba haciendo era incorrecto, ya que le generaba temor al niño. Luego comenzó a beber y todo comenzó a desmoronarse, aguanté muchas cosas de él pensando que podía volver a ser quien era, pero todo cambio un día que Luis no estaba en casa y lo descubrí con una supuesta amiga de la infancia que él tenía"- dijo sollozante.

Se que todo lo que paso fue cosa de su relación, pero no podía evitar sentir culpa ya que tal vez realmente debí oponerme a su unión, no para que se quedara conmigo, sino para evitarle tal horrible experiencia.

-"¿Luis te ha preguntado que paso con su padre?"- le pregunto.

-"Solo le digo que se fue a un viaje de trabajo. Vine aquí porque te necesito Damián"- aclara -"Puedo criarlo yo sola, estoy segura, pero el hecho que el crezca sin un padre puede afectarlo de algún modo"-

-"¿Quieres que yo sea su figura paterna?"- pregunto nervioso, pero ella se queda callada.

-"Sabes que estoy dispuesto a ayudarte en todo lo que pueda, pero debes entender que no creo ser apto para cuidarlo, es cierto que tengo una vida tranquila y podría fácilmente ayudarlo en diferentes aspectos, pero formarlo para la vida en general no creo poder hacerlo."-

-"Se que te pido demasiado, pero..."- la llegada del niño a la sala nos interrumpe.

-" Mamá..."- dijo el niño entre lágrimas mientras mostraba un pequeño raspón en su mano.

-"Voy a traer el botiquín"- le dije mientras ella cargaba al niño en su regazo.

Tratando la herida del pequeño, me puse a pensar en todo lo que dijo ella, ¿Realmente quiere que haga de su padre? No estoy muy bien de la cabeza y lo sé, podría hacer o decir una estupidez que lo afecte el resto de su vida y no quiero hacerle nada, debo decirlo.

-"Gracias... señor"- menciono el niño con una sonrisa.

Por alguna razón esa sonrisa me recordó a mí, él es un niño que aún no tiene las preocupaciones de un adulto, un niño solo se enfoca en ser feliz y disfrutar de estar con su madre y su padre. Realmente no puedo ser su padre, pero, no puedo dejar que pague por el error de un idiota que no puede hacerse cargo, y si Bea recurrió a mí, pues por algo debió ser

En ese momento aprendí que, si no puedo ser fuerte de corazón yo mismo, debo hacer fuerte de corazón a alguien más.

-"Por Favor champ, Llámame Damián, nos vamos a llevar muy bien."- le sonreí.

-"¿Que es champ señor Damián?"-

-"En español significa campeón, ¿Eres un campeón no es así? -"

-"¡Si! ¿Mamá, soy un campeón verdad? - Pregunto emocionado.

-"Si que lo eres pequeño champ."- respondió mientras el niño salió corriendo de regreso a la habitación.

-"Los hijos no deben pagar por los errores cometidos por sus padres, así que intentare ayudarte a darle una vida de la cual no sufra las cosas que tu o yo sufrimos, ya sea siendo hijos o padres"- Aclare.

De la nada, ella se abalanzo sobre mí.

-"Realmente no me equivoque al elegirte mi mejor amigo, gracias por esto Damián, no te pediré algo que realmente te incomode. "-

-"No hay problema, tú has hecho más por mí, solo estoy saldando cuentas"-

(...)

-"Llego el momento de irnos, despídete de Damián Luis"- le ordena

-"¡Hasta pronto señor Damián!"- exalto el pequeño.

"¡Cuídense, cuida de tu madre champ!"- le grite antes de cerrar la puerta.

Al cerrar la puerta, me senté en el piso. no tenía idea que va a ser de mi ahora.

Se que de ahora se viene un cambio drástico a mi vida, voy a estar más cerca de ella y su hijo, pero no puedo hacerme falsas esperanzas otra vez, si lo hago esta vez si moriré. debo rehacerme y regresar a mi yo fuerte, debo mostrarle la manera correcta de ver la vida y tal vez pueda de esta forma pueda crecer para bien esta vez.

Solo diloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora