CAPÍTULO CINCO

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Las clases ya habían comenzado, y el par de amigos apenas y podía con ello. Los profesores eran muy exigentes, y dejaban suficiente tarea, la necesaria como para que ellos estudiaran durante su tiempo de trabajo, llevaban apenas una semana con su nueva rutina, y ambos ya sentían el cansancio. 

La universidad empezaba a las 8:00 am y terminaba a las 4:00 pm, no tenían descanso entre ninguna clase y el camino a casa era casi de cuarenta minutos en el transporte público, maldecían que su apartamento estuviera tan lejos de la escuela. Ellos se levantaban a las 5:30 am, para tomar un baño y arreglarse, tendían su cama y acomodaban sus libros para las clases y enseguida debían salir corriendo para tomar el bus de las 7:00 am, llegaban a la escuela y ahora debía correr hacia su edificio, que para su mala suerte, era el más alejado, por lo que les tomaba unos diez minutos atravesar todo el campus, y llegaban a la clase a las 7:55 am. Gracias al frío que hace en las mañanas, ellos no llegaban sudados, pero llegaban con el corazón latiendo al mil por segundo. Tan pronto llegaban a casa, a eso de las 6:20 pm, comían algo rápido y ya estaban tomando su segundo baño para irse al trabajo, salían a las 7:45 pm de su casa y en diez minutos ya estaban acomodando mesas y sillas, revisando que las sábanas de las habitaciones VIP estuvieran limpias, así como el sanitario y los espejos. 

Para cuando terminaban el chequeo del lugar, ya era hora de abrir. Servían tragos hasta las 12:00 am, y cuando nadie necesitaba que lo atendieran, aprovechaban para hacer sus tareas, luego limpiaban todo e iban a casa, yendose a dormir hasta las 3:00 am, dependiendo de la cantidad de tarea que les dejaban. Su cuerpo lo resentía, pero ellos se escudaban en ser jóvenes y soportar esa rutina tan pesada

-Todo sea por salvarla- pensaron ambos

Días más tarde, esos desvelos cobraron factura en Jungkook, pues amaneció con un dolor de cabeza horrible, que no le permitía ponerse de pie, porque si lo hacía su mirada se nublaba y todo se ponía negro.

-Descansa Kookie, te prestaré mis notas y cubriré tu turno-

Ese día, Jeon agradeció el buen corazón de su amigo, y pensó en qué sería de él sin Jimin.

*

Ese día en el trabajo, los caballeros decidieron hacer una noche de póker, y todos apostaban propiedades, acciones y cheques con muchos ceros, según Jimin. El estaba ahí para servir las bebidas y nada más, pero no pudo evitar querer jugar y ganar ese dinero para su mamá. Por pura coincidencia, resultó que Taehyung era un az en el póker, y ni uno solo había podido derrotarle.

-Apuesto 1'000,000 de wones- gritó Jimin en su desesperación, en verdad, el no tenía ese dinero en su cuenta, pero no podía evitar hacerse la ilusión de ganar eso y hasta un poco más. Taehyung se rió, y lo invitó a sentarse para jugar. Las cartas fueron saliendo, así como los invitados, pues como esa noche solo giraba en torno al juego se aburrieron y se fueron, quedando solo Jimin y Tae en el bar. 

-Casa llena-dijo el pelirosa mientras tiraba sus cartas sobre la mesa, convencido de su victoria.

-Wow! Eres bueno, pero.... no ganas con eso- 

La expresión de Jimin no tuvo precio, era puro miedo en todo su rostro.

-Reina de corazones- el hombre mayor rió victorioso y le exigió al pobre chico saldar su deuda, esto sin duda hizo que el pelirosa quisiera ser tragado por la tierra, pero eso no iba a suceder.

-No... no tengo ese dinero- musitó cabizbajo

-¿Cómo que no tienes mi dinero? Tienes que pagarme- Tae encendió un cigarrillo y empezó a fumarlo

-No pensé que perdería, y aposté algo que no tengo- 

El hombre mayor le dio una calada al cigarro.

ONE SHOT: MY SUGAR DADDY (+18) Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora